¿El vino tiene gluten?
El gluten es una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada o el centeno que es, en primera instancia, inofensivo para el organismo humano. Sin embargo existe un porcentaje de personas que padecen de enfermedad celíaca, por lo que la ingesta de gluten puede causarles problemas muy importantes en su salud y en su vida diaria. El gluten puede estar presente en distintos productos alimenticios por lo que es importante que todos ellos estén etiquetados de manera correcta para su fácil identificación. Pero, ¿qué pasa con el vino? ¿El vino tiene gluten?
A continuación te lo explicamos.
La enfermedad celíaca es una afección del sistema inmunitario que proviene de una reacción a la ingesta de gluten y que afecta de manera diferente a quienes se les diagnostica. Es una enfermedad multisistémica, es decir, que no únicamente afecta al aparato digestivo, también puede provocar afecciones extra intestinales. Quienes la sufren experimentan síntomas que van desde la diarrea o el estreñimiento a la pérdida de peso, la anemia o la pérdida de masa muscular y pueden derivar en padecimientos como la epilepsia, la menopausia precoz, la dermatitis o el cáncer digestivo.
Dejar de ingerir gluten no es un capricho alimenticio porque sí. Para una persona que ha sido diagnosticada con la enfermedad celíaca lo menos difícil es evitar el consumo de trigo, cebada, centeno o avena con el objetivo de eliminar de su dieta la ingesta de gluten. Sin embargo, hay una cantidad importante de alimentos y bebidas que no derivan de ninguno de estos componentes pero, sin embargo, en su composición contienen gluten. Una mínima cantidad, e incluso la contaminación cruzada de alimentos que no contienen gluten, pero que han sido preparados en un sitio donde queden trazas de esta proteína, puede desencadenar una serie de reacciones que ponen en peligro a quienes padecen enfermedad celíaca.
El gluten se utiliza como espesante y aporta flexibilidad a las masas por lo que puede estar incluido en pastas, productos de pastelería y panadería, yogures, quesos, embutidos, patés, conservas, caramelos, helados y en algunos licores.
¿Qué pasa con el vino?
Una frase muy importante que se menciona en la página web de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España es la siguiente:
“El ser diagnosticado con enfermedad celíaca no tiene que impedirte salir a socializar con tus amigos y conocidos, ya que la gran mayoría de bebidas alcohólicas que consumimos están libres de gluten o lo pierden en el destilado o su elaboración”
Los vinos y espumosos, al estar elaborados a partir de la fermentación de las uvas, son bebidas sin gluten, totalmente aptas para los celíacos.
Te estarás preguntando ¿qué pasa con los destilados que se elaboran a partir de cereales?
El gluten en el whisky se pierde durante el proceso del destilado, por lo que es apto para los celíacos.
Si bien el vino es una bebida libre de gluten, hay que tener cuidado con las sangrías y tintos de verano industriales, ya que pueden contener gluten. Si estas bebidas se preparan en casa, con vino y refresco, las podemos consumir sin preocuparnos. El problema radica cuando se compran ya elaborados. En ese caso más vale no arriesgar.
El brandy, el anís, la ginebra, el ron, el tequila o el pacharán también son bebidas aptas para las personas que padecen enfermedad celíaca.
Tener algún padecimiento, intolerancia o enfermedad siempre limita de alguna manera nuestra vida cotidiana. Así que, es una buena noticia, para todos los amantes del vino que además sufren de celiaquía, saber que es una bebida totalmente apta para su disfrute sin embargo, seamos celíacos o no, todo consumo se disfruta mejor si se hace con moderación. Digamos ¡salud! pero siempre con mucha cabeza.