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Vinos franceses

Desde vinos blancos ligeros hasta memorables vinos tintos.

Los vinos franceses son posiblemente los vinos más reconocidos del mundo. Regiones como Alsacia, Borgoña, Burdeos o el Valle del Loira están en el imaginario de cualquier amante del vino. Francia es un país con una gran diversidad y grandes contrastes de paisaje y climatología. Es por eso que podemos encontrar una amplio abanico de vinos franceses que va desde vinos blancos ligeros hasta memorables vinos tintos. Desde vinos jóvenes frescos y ligeros como los Beaujolais Nouveau, hasta los grandes vinos de Château en Burdeos. Los vinos franceses son algo más que vinos. Sus métodos de cultivo y vinificación han influenciado de una u otra manera a infinidad de zonas vinícolas en todo el mundo. Aquí te presentamos los mejores vinos franceses.

Vinos franceses los hay sin duda para todos los gustos. A continuación te damos algunas pinceladas sobre sus zonas más representativas y te invitamos a viajar por sus extraordinarios paisajes de viñedos y châteaux.

Clasificación de los vinos franceses.

La calificación de los vinos franceses es muy compleja y varía según la zona. Sin embargo, a rasgos generales se pueden clasificar en:

Vino de Mesa.
-AOC Appellation d’Origin Contrôlée.

A su vez de puede distinguir según la zona:
-AOC Genérica: Ej. AOC Burdeos, Alsacia, Borgoña…
-AOC Regional: Ej. AOC Médoc, Côtes du Forez...
-AOC Municipal: Ej. AOC Chablis, Beaune, Margaux…

O según su calidad:
-Cru.
-Premier Cru.
-Grands Cru.
-Premier Grand Cru.

También se pueden clasificar según su color (vin blanc, vin rouge, vin rosé, vin gris, vin jaune), según la cantidad de azúcares residuales (vin sec, vin demi-sec, moelleux, Doux o liquoreux en los tranquilos; brut nature, extra-brut, brut, extra-sec, sec, demi-sec, doux en los espumosos) según el gas carbónico disuelto en él (si no tiene vin tranquille, o si tiene en vin effervescent, perlant, pétillant o mousseaux) y según el envejecimiento (vin primeur o vin de garde).

Clima, suelo y variedades por zonas.

Repasamos a continuación algunas de las zonas vitivinícolas francesas más reconocidas:

Borgoña

Situada en el centro-este del país, Borgoña ha dado a Francia fama internacional tanto por su blancos minerales y longevos como por sus tintos delicados y elegantes. En esta región vinícola dos variedades son las protagonistas indiscutibles: la pinot noir, que da lugar a algunos de los tintos más sutiles, elegantes y caros del planeta y la variedad chardonnay, uva blanca que también se ha hecho con un nombre propio y que ha conseguido posicionar a los vinos blancos de Borgoña a la altura de los más grandes y deseados tintos del mundo.

Una de las particularidades que ha dado fama y personalidad a los vinos de Borgoña radica en la composición de los suelos de sus viñedos que están asentados sobre piedra caliza y restos de fósiles marinos, pues hace unos 200 millones de años esos campos estaban cubiertos por el mar. Fascinante ¿verdad?

Dentro de Borgoña destacan cinco grandes zonas: Chablis, Côte de Nuits, Côte de Beaune, Côte Chalonnaise y Mâconnais donde también podemos encontrar vinos de las variedades aligoté, pinot gris, gamay o sauvignon blanc.

Louis Latour, Joseph Drouhin, Domaine Laflaive o Dominique Derain son algunos de los productores representativos de esta zona.

Burdeos.

Los vinos de Burdeos, junto con los de Borgoña, son los abanderados de honor de la vitivinicultura francesa. Incontables son los enólogos internacionales que siguen su escuela y aprenden de sus estilos. A diferencia de Borgoña, Burdeos, región ubicada al suroeste de Francia, destaca por la elaboración de sus tintos que corresponden al 90% de su producción.

Burdeos cuenta con una situación geográfica y climatológica privilegiadas gracias a su cercanía con la costa atlántica y a la influencia de los dos ríos que la recorren y que además sirven de frontera natural entre sus zonas de elaboración: el río Dordoña y el río Garona. Los suelos de esta zona más preciados están formados principalmente por un primer estrato de gravas arenosas aluviales procedente de las montañas centrales y de los Pirineos que facilitan el drenaje del agua y luego por una franja arcillosa que la retiene y ayuda a que las vides puedan nutrirse.

Médoc y Graves son dos de las denominaciones que se encuentran asentadas en la orilla o margen izquierdo del río Garona donde nacen vinos potentes y longevos que se elaboran principalmente con la variedad cabernet sauvignon y donde se encuentran cinco Premier Grand Cru de los que seguramente has escuchado hablar: Château Lafite Rothschild, Château Margaux, Château Latour y Château Mouton Rothschild en Médoc y el Château Haut-Brion en Graves.

En el Libournais, en el margen derecho del río Dordoña, nacen los vinos más sutiles y elegantes de Burdeos que se elaboran principalmente con la variedad merlot pero también los hay en coupages con cabernet franc y cabernet sauvignon. En la “Rive Droite” están situadas dos de las grandes subregiones de la viticultura mundial: Pomerol y Saint-Émilion, cuna del que quizá sea el vino más deseado del mundo, el famoso Petrus.

Côtes Du Rhône.

Las cualidades del Valle del Ródano para el cultivo de la vid son conocidas desde la antigüedad, cuando la zona era utilizada por los romanos como carretera para desplazarse través de Francia. Fueron ellos quienes establecieron los primeros viñedos y dotaron de reputación a la región. Esta, junto con la Provenza, el Rosellón y el Lenguadoc forman parte de las regiones con un clima más cálido debido a la influencia del Mar Mediterráneo.

Con alrededor de 80 mil hectáreas es el Valle del Ródano la segunda región de viñedos de calidad más grande del mundo. Se divide en dos regiones principales: el Ródano Septentrional y el Ródano Meridional. Sus suelos son primordialmente pedregosos y el clima generalmente seco.

Son reconocidos sus grandes vinos tintos de syrah pero también se cultivan y elaboran vinos con las variedades garnacha, cinsault y mourvèdre. También se elaboran rosados y, en menor cantidad, vinos blancos entre los que se pueden encontrar algunos muy interesantes que provienen de uvas como la marsanne, roussanne, viognier, clairette, garnacha blanca y muscat.

Côte Rôtie, Crozes-Hermitage o Châteauneuf-du-Pape son sólo algunas de sus subregiones más conocidas.

Chapoutier, Marcel Guigal o Paul Jaboulet Aîné son productores emblemáticos de esta región.

Valle del Loira.

El río Loira es el más largo de Francia y al que también los romanos utilizaron como vía de desplazamiento de mercancías. El Valle del Loira es la tercera región vinícola más grande en extensión y obviamente esto contribuye a que podamos encontrar una diversidad de suelos y microclimas de influencia atlántica que ayuda a templar las temperaturas y que dan gran variedad de estilos y elaboraciones. Es una zona más apta para el cultivo de variedades blancas debido a que los veranos son bastante frescos, por lo que la mayoría de las uvas tintas no madurarían suficientemente bien. En esta amplia región sin duda destacan dos subzonas conocidas por los grandes vinos blancos que ahí nacen: Sancerre y Pouilly-Fumé.

Sancerre es cuna de vinos blancos de marcada acidez y elaborados con la variedad sauvignon blanc, con cierta mineralidad ahumada y un marcado carácter herbáceo. Por otro lado, los vinos que nacen en Pouilly-Fumé son de estilo similar pero su paso por barrica hace que tengan un carácter menos herbáceo que los de Sancerre. Si en Borgoña son codiciados sus elegantes vinos de chardonnay, es en el Valle del Loira donde la sauvignon blanc ahumada y mineral es la reina absoluta. Algunos de los elaboradores representativos del Valle del Loira podrían ser Alphonse Mellot, Domaine de Pallus, Domaine Vacheron o Sébastien Riffault.

La Provence.

Además de ser uno de los destinos más bonitos y paradisíacos para hacer turismo: situada al sur de Francia tocando la costa mediterránea, rodeada de olivos y campos de lavanda y con alrededor de 3.000 horas de sol al año, esta región francesa nos ha enseñado que los vinos rosados pueden tener elegancia, clase y mucho glamour.

En sus viñedos crecen cepas de garnacha, cinsault, mourvèdre, carignan, syrah o tibouren, esta última es una variedad tinta autóctona de la zona, con ellas se elaboran los vinos rosados más conocidos y buscados del mundo y que constituyen más del 60% de su producción vinícola. También con estas uvas se elaboran vinos tintos y se hacen vinos blancos con las variedades rolle, ugni blanc, clairette, marsanne, roussanne o garnacha blanca.

El clima es bastante cálido al tratarse de una de las zonas más meridionales de vitivinicultura francesas. Además, la influencia del Mediterráneo ayuda a que así sea, ya que se trata de un mar mucho más pequeño y caliente que el Atlántico.

Algunos de los productores de rosados de la Provenza más reconocidos son Domaines Ott, Domaine de l’Eole o Clos Cibonne.

Alsacia.

Alsacia es una pequeña región ubicada en la frontera entre Francia y Alemania y es mundialmente conocida por sus extraordinarios vinos blancos, secos y fragantes elaborados con las variedades riesling, gewürztraminer o pinot gris que compiten mano a mano con los reputados vinos blancos alemanes que se elaboran del otro lado del río Rin.

Alsacia está localizada al noroeste de Francia. La región se despliega a lo largo de la orilla izquierda del transcurso del río Rin. Por el otro costado Alsacia se encuentra protegida de los vientos fríos procedentes de Alemania por la frontera natural que le proporciona la cadena montañosa de Los Vosgos. En Alsacia se pueden encontrar suelos compuestos por granito, piedra caliza, gneiss, areniscas y esquistos la convierten en una región totalmente diferente a las del resto de Francia.

Además de estos extraordinarios vinos blancos secos, esta ubicación hace a la zona propensa a la aparición de la botrytis cinerea por lo que también se elaboran vinos dulces de podredumbre noble o de vendimias tardías.

Entre los numerosos elaboradores alsacianos maestros de la riesling, pinot gris o gewürztraminer podemos destacar Trimbach, la Famille Hugel, Bott Geyl o Kreydenweiss.

Vale la pena decir que Alsacia es también una región de paisajes de cuento, ideal para hacer turismo.

Côtes del Jura.

Quizá por su pequeño tamaño, por su recóndita ubicación o por su mínima presencia mediática opacada quizá por sus vecinos, los grandes vinos de Borgoña, la región del Jura es ese pequeño y peculiar tesoro que todo amante del vino debería conocer.

Côtes del Jura limita al norte con la Côte d’Or, Borgoña y está asentada en el macizo que lleva su nombre. Es poseedora de uno de los viñedos más antiguos de Francia y es aquí donde nace uno de los vinos más extraordinarios y peculiares del país, muy influenciado por el estilo español de los vinos de crianza biológica de Jerez: el Vin Jaune, que literalmente significa “vino amarillo”, pues es el característico color que presenta. Se elabora con la variedad savagnin que luego de la fermentación alcohólica se cría en barricas bajo velo flor, voile en francés. ¡Extraordinario imperdible de la vitivinicultura francesa!

Otro vino característico de la zona es el Vin de Paille (vino de paja), un vino naturalmente dulce que nace a partir de la desecación natural de los racimos de uvas sobremaduradas.

Vinos y bodegas francesas.

Algunos de los elaboradores emblemáticos de estas maravillas vinícolas no mencionados con anterioridad en su zona son Domaine André et Mireille Tissot, Domaine Berthet-Bondet o Domaine Des Marnes Blanches entre otros.

Sin duda alguna, Francia es todo un mosaico de elaboraciones, de paisajes, de climas y variedades donde el hilo conductor es la elegancia y el refinamiento del que sin duda muchos enólogos del mundo entero quieren aprender. Te invitamos a continuar con este apasionante recorrido a través de nuestra selección de vinos franceses que aseguramos ¡no te dejará indiferente!

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