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Vega Sicilia

Conoce los vinos de Vega Sicilia, las joyas de la mítica bodega española

Vega Sicilia es uno de esos vinos que todo el mundo conoce y muy pocos han bebido. De hecho, se dice que Vega Sicilia es hoy un capricho convertido en mito. Pero curiosamente, lo que más fama le dio en un principio fue la elaboración de brandy y ratafías, pues ya en 1876, en Filadelfia, la Bodega de Lacanda obtuvo un certificado de calidad por su exquisito brandy. También ese mismo año consiguió ser proveedor de la Real Casa, y en 1880 obtuvo la Gran Cruz de Isabel La Católica; y todo eso pasó sin haber nacido todavía el tinto Vega Sicilia.

Descubre además otras bodegas como Pintia, Alión, o los vinos Macán elaborados por "Benjamin de Rotschild & Vega Sicilia" que también forman parte del universo de Vega Sicilia.

La historia de Vega Sicilia es una de las más nutridas y apasionantes, y también una de las transcritas, y en Decántalo tampoco queremos quedarnos al margen de hacernos eco de la leyenda que catapultó la bodega más emblemática de España y una de las admiradas del mundo.
Ésta arranca de la mano del padre de Don Eloy Lacanda, Don Toribio, rico hacendado de origen vasco que en 1848 sacó de la penuria al Marqués de Valbuena, noble castellano que pasaba sus peores momentos económicos, comprándole una finca de dos mil hectáreas.
En 1859 Don Eloy recibe de su padre la propiedad, que esos tiempos era un conglomerado de ganadería, frutales, venta de yesos y cerámica, y cinco años más tarde viaja a Burdeos para comprar 18.000 sarmientos de Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec y Pinot Noir, que planta en la propiedad junto con Garnacha Tinta y Tinto Aragonés, pensando más en la elaboración de brandys y ratafías, ya que en 1876, en la Exposición de Filadelfia, Lecanda obtiene un certificado de calidad por sus brandys, y ese año consigue ser proveedor de la Casa Real.
No obstante también elaboraba algo de vino, como revela un anuncio de la época para promocionar un “Vino de mesa procedente de plantas de Châteaux Margot (sic)”, ello le permitió en 1882 recibir el Premio Nacional de Agricultura por su aportación de variedades de uva foráneas.

Pero 6 años más tarde, Lecanda sufre una crisis severa que le lleva a vender la finca a Antonio Herrero Vázquez, quien suma a la propiedad los pagos de Santa Cecilia, Valdecarros y El Carrascal. A partir de este momento la bodega tuvo varios nombres: Lacanda, Hijos de Antonio Herrero, Vega Sicilia y Carrascal, y su actual Vega Sicila.

El nombre de "Sicilia" hace referencia a la pequeña iglesia de Santa Sicilia, situada en la propia finca, a un kilómetro escaso de la bodega. En 1904 los Herrero alquilan la finca al riojano Cosme Palacio, de cuya mano llega a la bodega Txomin Garramiola, un personaje crucial en la historia de Vega Sicilia al comenzar a emplear técnicas bordelesas para vinificar. Y es en ese momento cuando aparecieron las primeras botellas embotelladas con las dos marcas que han pervivido: Vega Sicilia y Valbuena, vinificadas según la moda de Rioja, con largas crianzas en barricas y toneles y embotellados según demanda.

De hecho, no se sabe si el primer Vega Sicilia es de 1917 o 1915, al margen que la finca vendiera vino embotellado antes de estos años, pero lo que si es cierto es que las primeras botellas vestidas con una austera etiqueta en blanco y negro fueron de la mano de Luís Herrero, soltero, aficionado a la caza y bien relacionado con la alta burguesía y la aristocracia, que las regalaba a los buenos amigos a través de la Sociedad de Tiro de Pichón. Esta circunstancia tan poco corriente fue la que suscitó la leyenda del vino más caro de España y el mito: pues era un vino que no se podía comprar con dinero, sino con amistad.

Así transcurren algunos años y a pesar de que las cosechas del 1917 y 1918 alcanzaron la aureola máxima con premios como el de la Exposición Universal de Barcelona de 1929, la bodega seguía sin ser rentable, por lo que en 1951 los Herrero venden la propiedad a Prodes, una empresa de semillas, y con ella se incorpora Jesús Anadón, un hombre trascendental para Vega Sicilia.
Sin embargo, el empresario venezolano Hans Neumann prueba el vino en Nueva York, se enamora y compra la bodega y la finca a los Herrero en 1966, aunque apenas la visitaba, hasta que en  1982 la familia Álvarez  recibe el encargo de tramitar su venta, pero al final trasmite una oferta a Neumann y son los Álvarez quienes adquiere la bodega y los viñedos de Vega Sicilia. En ese momento se jubila Jesús Anadón, y Pablo Álvarez toma plena posesión de la dirección general de la bodega, mientras que del área enológica se responsabiliza Mariano García -ayudante de Anadón-, que tras estar al frente de 20 cosechas fundaría su propia bodega, Mauro.

Con la familia Álvarez al frente, con la añada 1987 desaparece uno de los vinos históricos de la casa, el Valbuena 3º Año, comienza a ampliarse el viñedo a sus actuales 200 hectáreas, y Mariano García moderniza los vinos de la casa acortando los tiempos de crianza. La bodega se afianza en el mercado, tanto nacional como internacional, y en 1992 se adquieren las antiguas Bodegas Liceo, ahora Bodegas y Viñedos Alión, y en 1993 comienza la expansión internacional con la compra de la bodega Tokaj Oremus en Hungría, configurándose así las dos primeras bodegas que pertenecerían al grupo Tempos Vega Sicilia (2014), donde Xavier Ausàs asume la dirección técnica del grupo de bodegas, después de trabajar seis años como enólogo de Vega Sicilia.

Ya a principios del nuevo milenio se amplía el grupo de bodegas con la compra y constitución de Bodegas Pintia, en Toro, y en 2009 empiezan a elaborar en la DOC Rioja junto a la familia Rothschild, propietaria de una parte del mítico Château Lafite y de otras propiedades vitícolas por todo el mundo, creando juntos, al 50%, Bodega Benjamín de Rothschild & Vega Sicilia.

Con los años, y con un paso seguro pero sigiloso, en 2010 Vega Sicilia estrenó la que probablemente es la nave de elaboración más moderna y ejemplar, donde se refleja el mapa de los suelos de toda la finca, fruto de trabajo excepcional de la parcelación del viñedo. David Álvarez Díez, el presidente y fundador del grupo Eulen y Bodegas Vega Sicilia, falleció en noviembre del 2015, y su hijo Pablo Álvarez sigue como consejero delegado de Vega Sicilia.
La última noticia que concierne a Vega Sicilia es la salida del enólogo Xavier Ausàs a mediados de 2015, después de 24 vendimias en la casa, y la incorporación de Gonzalo Iturriaga como nuevo director técnico, madrileño de padre riojano, que trabajó en sus inicios en la bodega de Ribera del Duero Alonso del Yerro; luego fue durante cinco años enólogo de Bodegas Habla en Extremadura y posteriormente director de exportación de Lamothe-Abiet, empresa comercializadora de productos enológicos.

La propiedad

Actualmente, la propiedad de Vega Sicilia tiene una superficie de 970 hectáreas y su espacio vitícola se asienta sobre más de 200 hectáreas de viñedo, ubicados en los recodos de la ladera sur de la cuenca del Duero, entre Valbuena y Quintanilla, apenas a doscientos metros de la bodega. En él se encuentran las variedades Tinto Fino, con el 85% del total del viñedo, y algo de Albillo, así las de origen bordelés Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec, que llevan más de un siglo plantadas en la finca, aclimatándose con los años en un encepe muy bien arraigado con el ecosistema del lugar, donde buena parte de sus viñedos muestran su encepe mediterráneo de poda en vaso, pero también cuenta con el modelo atlántico con una gran extensión de viña en espaldera.

La casona-bodega ha sido ampliada dos veces, en 1970 y en 1982, y su fachada es de ladrillo castellano, sobrio, de estilo monacal. También dentro de la finca hay una capilla donde hace más de cien años Eloy Lacanda cumplía sus preceptos espirituales, hoy convertida en un simple adorno devoto. Hoy la bodega cuenta con una avanzada nave de elaboración provista de 81 depósitos para trabajar independientemente por parcelas, cámaras de frío, sofisticadas mesas de selección, un sistema pensado para trabajar por gravedad y volcar las uvas directamente en cada depósito y hasta una cuba ascensor que lleva el vino a un nivel inferior para realizar el llenado de barricas. Ninguna barrica supera los seis años y las de roble americano se siguen fabricando en la casa, ahora en una nueva tonelería más amplia, mecanizada y efectiva.


Filosofía de trabajo

Uno de los pilares más importantes de Vega Sicilia está en la viña. Como anécdota y ejemplo del trabajo y mimo en el viñedo cabe señalar los ventiladores metálicos dispuestos en las fincas para evitar las heladas.
Las más de 200 hectáreas que circundan la bodega han sido objeto de un profundo análisis y selección clonal de las variedades durante más de una década, lo que ha dado como resultado un completo mapa de suelos, con 19 tipologías diferentes, los cuales se han reparcelado en 50 pagos.
Esta diversidad edafológica es la que se ha reflejado a la nueva nave de elaboración, que ha pasado de tener 20 depósitos a contar con 90, donde dos tercios son de acero inoxidable y el resto tinas de roble, con el objetivo de elaborar cada pago de manera independiente. Desde el punto de vista técnico, trabajar con 50 lotes de cara al ensamblaje final, permite afinar todavía más la calidad, aunque la producción se mantiene intacta.

Por otro lado, aprovechando la experiencia y el excelente resultado de las cámaras frigoríficas para uva que instalaron en 2001 en su bodega toresana de Pintia, la nueva nave de elaboración también las incorporó, lo que permite lograr vinos con más componentes aromáticos, color y sabor. Una vez que la uva, perfectamente identificada en cada caja con su procedencia exacta, está a la baja temperatura requerida, se inicia la selección de racimos en mesas de selección, donde un equipo de operarios certifica que el trabajo que se ha hecho en el viñedo es perfecto.

Desde aquí, el racimo sube hasta la despalilladora que separa el raspón de los granos y éstos vuelven a otra mesa de selección, esta vez de uvas, donde ocho personas en dos líneas las controlan una a una para eliminar peciolos y uvas en mal estado.
De aquí pasan a unos minidepósitos donde se vierten 500 kilos exactos que por un sistema de raíles llegan hasta los de fermentación de 6.000 y 8.000 litros los más grandes, aunque también hay de 500, 800 y 1.000 litros para realizar microvinificaciones especiales, así como a los 22 grandes tinos de madera.

Los Vega Sicilia realizan las fermentaciones alcohólica y maloláctica en esta nave, y posteriormente pasan a la zona de crianza, utilizando otro de los ingenios más llamativos de la nueva bodega: un gran depósito-ascensor donde sólo hay otro en todo el mundo, en Château Cos d’Estournel (Burdeos), que permite mover el vino por gravedad, respetando el sistema de verticalidad de las bodegas tradicionales en las que se evita el uso de bombas que hagan sufrir el producto.

Tras su vinificación, todos los vinos pasan a grandes tinos de madera donde se mantienen un tiempo hasta que, tras catarlos, se destinan a lo que serán sus vinos base. Tras esta fase, todos los vinos pasan por barrica nueva para ir adquiriendo hechuras, taninos y capacidad de guarda, para trasegarlos de nuevo, esta vez a barricas usadas para que se integre vino y madera y desde aquí, van de nuevo a los grandes tinos para que recuperen su fruta y sus cualidades. Este proceso se prolonga durante tres años en el caso de Valbuena 5º y entre seis y nueve, dependiendo de la añada, para el Único. La elaboración se completa en el botellero de la bodega, donde los vinos permanecerán afinándose antes de su comercialización por el famoso sistema de cupos.

En Vega Sicilia siempre ha habido una preocupación por cuidar el medio ambiente, donde las nuevas construcciones cumplen escrupulosamente con las más rigurosas normativas internacionales en materia medioambiental (ISO 14001). De esta forma hay separación entre los residuos de aguas fecales y los procedentes de las diferentes tareas de limpieza y desinfección, no entrando nunca en contacto unos con otros con el fin de evitar posibles contaminaciones. Igualmente, todos los residuos sólidos procedentes de los plásticos en que vienen envueltas las diferentes materias primas utilizadas (barricas, botellas, productos fitosanitarios,...), o de papel (cajas de embalaje) son compactados y depositados en un “punto limpio” habilitado para contener estos residuos hasta que son recogidos por empresas especializadas en su tratamiento.


Vinos de Vega Sicilia

Los vinos de Vega Sicilia no necesita presentación. Comercializa en la actualidad tres tipo de vino: el tinto reserva Valbuena 5º, que no sale hasta su quinto año, el Vega Sicilia Único hasta el décimo, y el Vega Sicilia Único Reserva Especial, cuando la más joven de las tres añadas que lo componen ha sobrepasado la década.

Valbuena 5º es la expresión más pura del Tinto Fino, la uva predominante de manera muy mayoritaria. La otra variedad empleada es el Merlot, que participa en mayor o menor medida dependiendo de la añada. El Tempranillo de Valbuena se obtiene de parcelas situadas en laderas cóncavas de suave pendiente que bajan de las cuestas del páramo. Estos suelos tienen su origen en material que se fue erosionando y acumulando como coluvio en las laderas inferiores, desarrollando un suelo de alta expresión, con una evolución importante concretada con la formación de un horizonte cálcico en profundidad. Valbuena nos muestra una visión directa de este terroir con la influencia directa de cada añada. El vino fermenta con temperatura controlada en depósitos de acero inoxidable con levadura autóctona. La fermentación maloláctica también la realiza en acero inoxidable, y tras su fermentación pasa por una crianza, entre madera y botella, de cinco años, de ahí el nombre del vino Valbuena 5º. Madera francesa y americana, barricas de 225 litros nuevas y usadas, y tinos de 20.000 litros.

Vega Sicilia Único es la referencia de Vega Sicilia. Es un vino en el que se ensamblan las cualidades del Tempranillo y el Cabernet Sauvignon en distintas proporciones según la añada, además de pequeños porcentajes de Merlot y Malbec, donde cada una de ellas aporta un elemento diferenciador, y juntas un estilo único. Las viñas se cultivan en parcelas con suelos localizados en el contacto entre vertientes que descienden del páramo y la llanura aluvial. El suelo más superficial está formado por coluvios finos de ladera con pequeños fragmentos de calizas y en profundidad aparecen abundantes gravas cuarcíticas en una matriz arenosa. En superficie abundan los cantos angulares de calizas. El vino realiza su fermentación con temperatura controlada en depósitos de madera con levadura autóctona. La fermentación maloláctica también la realiza en madera, y tras su fermentación pasa por la que probablemente sea la crianza más larga del mundo en un tinto: casi 10 años entre madera y botella. Pasando por diferentes etapas en diferentes tipos de barrica, francesa y americana de 225 litros nuevas y usadas, tinos de 20.000 litros, y cada uno de los lotes es el que determina el tipo de madera y la permanencia en cada recipiente. Tras su paso por madera envejece en botella para completar un proceso de crianza complejo y largo. En condiciones normales pasará 6 años en madera y tres en botella.

Vega Sicilia Único Reserva Especial es el tinto que no lleva añada, y es el tributo a la tradición con el que la bodega desea continuar una costumbre española muy antigua: conjugar el equilibrio entre añadas. Tradicionalmente, en España, las escasísimas bodegas que contaban con un proceso de embotellado elaboraban dos tipos de vinos en cada vendimia: el del año en curso y otro vino sin una cosecha específica, al que denominaban "Reserva Especial”. Era una mezcla de vinos de las mejores cosechas donde nacía el vino más representativo de la bodega. El Reserva Especial es el vino con más personalidad, aúna la complejidad del Único multiplicándola por varias añadas y ofrece una compleja e intensa gama aromática y gustativa. Sólo los mejores Únicos sirven para configurar el Reserva Especial, una mezcla de años, virtudes, experiencias y sentimientos que no hacen sino perfilar la esencia del estilo propio e irrepetible de Vega Sicilia.

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