Georges Laval Les Longues Violes

Hoy en día la ecología y la biodinámica están al orden del día, pero en los años 90 cuando un viticultor explicaba que todos sus trabajos en la viña y en la bodega se llevaban a cabo a partir de la posición de la luna, se le miraba con cierto recelo. Sin embargo, a visionarios como Georges Laval el tiempo les ha dado la razón y en su finca familiar de tan solo 3 hectáreas ubicada en Cumiéres, al noroeste de Epernay (AOC Champagne), ha conseguido desmarcarse de las grandes casas y convertirse en pionero en la elaboración de champagnes bio. Hoy su hijo Vincent sigue el legado y, siendo presidente de la Asociación de productores Bio de Champagne, nos muestra en cada una de sus producciones los aromas y sabores de una tierra arcillo-caliza única.

Este Georges Laval Les Longues Violes procede de una parcela mítica llamada  “Les Longes Violes”. Unas tierras que, aunque parezca increíble en esta región, nunca han sido tratadas con productos químicos y cuyas vides superan los 30 años. Cepas de pinot noir y pinot meunier que se cultivan de forma ecológica con tratamiento biodinámicos y que son vendimiadas y seleccionadas a mano en el momento óptimo de madurez. En bodega se sigue llevando un proceso totalmente artesanal y manteniendo la tradición. La fermentación es espontánea con levaduras autóctonas en barricas de roble y después el vino pasa a realizar una segunda fermentación en botella, según el método champenoise, donde permanece sobre lías durante unos 7 años y el removido se realiza estrictamente a mano en los pupitres.

Sin añadir licor de expedición (Brut Nature) y con una producción limitada que ronda las 1500 botellas, Georges Laval Les Longues Violes se ha convertido desde su primera añada en un verdadero icono de la región. No cabe duda que se trata de la máxima expresión de la naturalidad fruto de una apuesta bio transmitida generación tras generación.