Domaine Lafage Cayrol

Los cayrols son ladrillos de arcilla cocida con los que tradicionalmente se han construido los casots. Estas últimas edificaciones, típicas del noreste español (concretamente de Cataluña) son pequeñas cabañas o refugios que se construían en el viñedo para que los trabajadores se pudieran resguardar durante la noche. El característico color de estos ladrillos, muy fuertes y resistente al desgaste, se ha convertido en una seña de identidad del paisaje catalán, convirtiéndose en una parte fundamental de la identidad cultural de esta zona. Parte de esta esencia se retiene en el Rosellón francés, al sur del país galo, donde el tinto Domaine Lafage Cayrol rinde homenaje a esta cultura.

Domaine Lafage Cayrol nace en pleno corazón del Rosellón, cerca del pueblo de Maury, justo en unos viñedos —de más de 60 años—, situados en altura sobre suelos negros, margas, esquistos y calizas compactas. Las uvas se vendimian manualmente, en cajas de 10-12 Kg, y se clasifican justo antes de su elaboración. Todo cuidado es poco para mantener el buen estado de estos racimos, cultivados siguiendo métodos totalmente respetuosos con el medio ambiente. Este método de trabajo ha sido no sólo el objetivo, sino también el camino y la forma de hacer las cosas en Domaine Lafage (bodega fundada hace dos siglos).

Domaine Lafage Cayrol llega a la bodega donde se escoge y se clasifica. Tan sólo las mejores podrán pasar y ser maceradas en frío, previo a la fermentación, para conseguir concentrar y potenciar al máximo los aromas y colores de la cariñena. Finalmente, y tras la fermentación, Domaine Lafage Cayrol pasa un mes de barricas de roble, buscando el reposo pero sin renunciar a su carácter inigualable.