Domaine Delaporte Sancerre Les Monts Damnés

Los expertos dicen que vino y queso no son buenos compañeros si lo que se pretende es disfrutar a todo detalle de cada uno de los productos. De ahí la expresión castellana “que no te la den con queso”. Sin embargo, protocolos aparte, ¿qué mejor aperitivo que un buen vino y un poco de queso? Chavignol, un encantador pueblo de Sancerre, en el Valle de Loira, sabe como nadie potenciar este maridaje con su famoso "Crottin de Chavignol". Un queso que, aunque su nombre significa literalmente ‘excremento de caballo’ por la forma que presenta, es un bocado delicioso de sabor caprino y picante. Algo que, además, casa muy bien con los vinos blancos locales elaborados por la familia Delaporte en el mismo municipio.

Domaine que ha pasado de padres a hijos desde el siglo XVII, a partir de 2010 Matthieu Delaporte es el responsable de la finca y el encargado de mejorar cada día los vinos con un enfoque más orgánico y sostenible. Su vino Domaine Delaporte Sancerre Les Monts Damnés da fe de ello. Procedente de las 33 hectáreas que tiene la finca, se trata de cepas de sauvignon blanc plantadas en suelo margoso kimmeridgiano (combinación de arcilla y conchas). Sin duda, uno de los terroirs más famosos de la AOC Sancerre en el que Delaporte invierte máximos esfuerzos para reestructurar toda la finca en favor del cultivo ecológico. Con una agricultura respetuosa y un trabajo artesanal obtiene una uva fina de grano y llena de sabor que llega a la bodega intacta y en óptimas condiciones. Allí los racimos enteros se prensan suavemente y el mosto obtenido se coloca en barricas de 600 litros a lo largo de 12 meses, durante los cuales fermenta con levaduras autóctonas y reposa sobre las lías.

Teniendo en cuenta que el Sancerre está considerado como uno de los mejores vinos blancos del mundo y que Delaporte disfruta de uno de los más prestigiosos suelos de la AOC, es indudable que Domaine Delaporte Sancerre Les Monts Damnés es un vino que, con o sin queso, no hay que dejar escapar.