La añada 2017 calificada como "Muy Buena" se ha caracterizado por ser cálida y seca. Las reservas de agua comenzaron bajas y se agudizaron los meses de julio y agosto, donde fue extremadamente seco exceptuando algunas lluvias fuertes hacia el comienzo de la vendimia. Pero sin duda lo que marcó el año fue la helada que afectó a gran parte de la Ribera del Duero el 28 de de abril, justo después del desborre y con una masa vegetal débil. Marcó el crecimiento vegetativo y de floración para todo el año con unas grandes perdidas de producción. A este accidente le siguieron unos meses muy cálidos de junio y julio. Debido a estos acontecimientos los vinos de este año se caracterizan por unos vinos con más volumen y una acidez media. Perfectos para beberlos en su juventud y con una buena capacidad de envejecimiento.