Después de un invierno seco, la primavera vino cargada de lluvia, permitiendo almacenar ésta agua que se hizo muy necesaria durante todo el verano extremadamente seco. Las bajas temperaturas durante la primavera retrasaron el brote de la vid, empezando el ciclo vegetativo con retraso. Un retraso que se fue regulando debido a las altas temperaturas registradas en julio y agosto, hasta el punto de retrasar la maduración en aquellos viñedos más jóvenes.La vendimia 2016 batió el récord de producción de la añada 2014, y no solo en producción también en calidad debido a las inmejorables condiciones climáticas y la excelente sanidad de los viñedos.Los vinos de esta añada se presentan con mucho volumen, con buena capacidad para afrontar el tiempo, con redondez y un tanino espectacular. Una cosecha que recuerda a las de finales de los 80 y principios de los 90.