La añada 2017 calificada como "Muy Buena" se ha caracterizado por ser cálida y seca. Las reservas de agua comenzaron bajas y se agudizaron los meses de julio y agosto, donde fue extremadamente seco exceptuando algunas lluvias fuertes hacia el comienzo de la vendimia. Pero sin duda lo que marcó el año fue la helada que afectó a gran parte de la Ribera del Duero el 28 de de abril, justo después del desborre y con una masa vegetal débil. Marcó el crecimiento vegetativo y de floración para todo el año con unas grandes perdidas de producción. A este accidente le siguieron unos meses muy cálidos de junio y julio. Debido a estos acontecimientos los vinos de este año se caracterizan por unos vinos con más volumen y una acidez media. Perfectos para beberlos en su juventud y con una buena capacidad de envejecimiento.
Después de un invierno seco, la primavera vino cargada de lluvia, permitiendo almacenar ésta agua que se hizo muy necesaria durante todo el verano extremadamente seco. Las bajas temperaturas durante la primavera retrasaron el brote de la vid, empezando el ciclo vegetativo con retraso. Un retraso que se fue regulando debido a las altas temperaturas registradas en julio y agosto, hasta el punto de retrasar la maduración en aquellos viñedos más jóvenes.La vendimia 2016 batió el récord de producción de la añada 2014, y no solo en producción también en calidad debido a las inmejorables condiciones climáticas y la excelente sanidad de los viñedos.Los vinos de esta añada se presentan con mucho volumen, con buena capacidad para afrontar el tiempo, con redondez y un tanino espectacular. Una cosecha que recuerda a las de finales de los 80 y principios de los 90.
La añada 2015 se inició con un invierno con buenas reservas hídricas en el subsuelo. La primavera fue cálida y seca hasta entrado el mes de junio cuando se produjeron intensas precipitaciones coincidiendo con el inicio de la floración. Un verano con alguna tormenta bien escalonada ha dado paso a un otoño muy seco.La vendimia se adelantó ligeramente con respecto a las fechas habituales, pero las características analíticas, organolépticas, y el propio equilibrio de las bayas fue el idóneo, permitiendo recoger la cosecha en el óptimo estado de maduración.Los vinos de esta añada, calificada como excelente, presentan una buena intensidad colorante, importantes notas frutales en nariz y un potencial tánico alto en boca con taninos dulces que indican la buena maduración fenólica de las bayas. Una añada que recuerda a la excepcional añada 2005.