El otoño e invierno de la nueva cosecha, comenzó con unas menores precipitaciones y temperatura un poco más elevadas. Con las temperaturas extrañamente altas que se produjeron en el mes de marzo se adelantó de una manera considerable la brotación. Como consecuencia de la helada sufrida el 28 de abril, los brotes más adelantados sufrieron una pérdida considerable de producción. Después del incidente, el ciclo vegetativo transcurrió de una manera normal, a destacar las dos diferentes floraciones que se produjeron debido a la helada. El verano prosiguió con temperaturas altas y pocas precipitaciones. No es hasta septiembre cuando se equilibran los estados fenólicos y fenólicos. El resultado de esperar un poco más a la vendimia les ayudó a conseguir una uva equilibrada y sin vegetales.
La añada se caracterizó por las altas temperaturas estivales. Después de un invierno templado y con pocas precipitaciones, la primavera comenzó con bastantes lluvias lo que favoreció el crecimiento vegetativo de la vid. Durante el verano se sufrieron temperaturas muy altas y ausencia de precipitaciones, obteniendo un gran estado sanitario de la viña. Como resultado general tenemos un año equilibrado, donde la ausencia final de lluvias propició una buena concentración de materia. Este año se caracteriza por una añada con volumen que se podrá disfrutar desde su juventud.
Después de un invierno con unas temperaturas y precipitaciones normales para la DOCa Rioja, el año estuvo marcado por las altas temperaturas en primavera y verano, y por la ausencia de lluvias en los momentos más peligroso para el viñedo. A consecuencia de estos factores el estado sanitario de las vides fue muy bueno pero hubo un adelanto medio de tres semanas en la vendimia. Como resultado, el año fue calificado muy bueno en la zona con el único inconveniente de no llegar a una madurez total. Por ello, los vinos de esta añada son típicamente riojanos con algo más de graduación y un buen equilibrio entre acidez y maduración.
Fue un año bastante equilibrado hasta que llegó la época de la vendimia. El comienzo del ciclo en octubre empezó con temperaturas elevadas y no fue hasta mediados de Noviembre que comenzaron las primeras heladas y empezaron a caerse las hojas de la vid para prepararse para el invierno. Durante todo el invierno el régimen de lluvias fue generoso y se pudieron asegurar las reservas de agua para la época del crecimiento vegetativo.Durante los meses de Marzo y Abril se produjo un aumento de las temperaturas que propició una buena brotación de la planta. El crecimiento vegetativo fue correcto y la repentina subida de temperaturas dios paso a una floración bastante rápida. óptimo crecimiento del fruto hasta que llegó la época de la vendimia, donde se produjeron lluvias que perjudicaron el estado de la uva y una bajada de la producción. Es una buena añada en la que las últimas lluvias perjudicaron el resultado final, buenos vinos que se pueden beber a corto-medio plazo, de medio cuerpo y materia.
Esta añada estuvo marcada por una primavera muy lluviosa y fría justo en el momento del comienzo del ciclo vegetativo. Este hecho hizo que madurara de manera desigual y con un cierto retraso. Gracias a un septiembre y octubre bastante seco se pudo vendimiar de una manera selectiva las uvas que maduraron con cierto retraso. Una añada complicada pero con buenos resultados ya que hubo una exhaustiva selección de uva. Los vinos de esta añada se caracterizan por un buen equilibrio en su juventud de concentración y acidez.
El año estuvo caracterizado por un buen equilibrio y las pocas incidencias climatológicas. El otoño comenzó con temperaturas suaves y escasez de lluvias. En marzo comenzó el lloro y el principio del desarrollo de la vid. Cuando comenzaba el desarrollo vegetativo de la vid bajaron las temperaturas y una gran cantidad de días de lluvia, esto provocó un irregular crecimiento del viñedo. Tras un mes de mayo inestable, las temperaturas aumentaron y comenzó un ciclo sin lluvias lo que se tradujo en un perfecto cuajado de las yemas y una buena floración. Los meses de verano fueron cálidos y con alguna ola de calor, lo que provocó un menor crecimiento vegetativo y algunos síntomas de estrés hídrico, provocando una concentración de fruto. A finales de septiembre y antes de vendimia se produjo alguna lluvia que fue perfecta para dar salida a un muy buen año por su perfecta madurez. Los vinos de esta añada se caracterizan por la integración de la buena acidez y concentración. Vinos finos y de buena guarda.
Una añada excelente en la Rioja. Con un otoño suave e un invierno frío y lluvioso, comenzó la época vegetativa con los recursos suficientes para que se desarrollara la vid de una manera perfecta. Durante este periodo no se produjeron ninguna incidencia de plagas y enfermedades hasta el final del ciclo. En vendimia no se produjeron lluvias significativos con lo que el estado sanitario de las mismas y la maduración fueron excelentes. Un gran año donde los grandes vinos criados se podrán guardar durante mucho. Perfecto equilibrio entre los taninos más amables y una buena acidez que aportan a los vinos una extraordinaria longitud.
Cata a la vista
Color cereza picota, vivo, intenso y profundo con reflejos violáceos. Abundante lágrima de caída lenta y uniforme. Cata en nariz
La Nieta 2010 es más fragante que añadas anteriores. Exhibe una nariz intensa y a la vez delicada, llena de matices. Sobresale una fruta negra madura, jugosa y carnosa que va dejando paso a aromas torrefactos, especias dulces, notas florales y de fondo profundos balsámicos, mentolados y minerales. Cata en boca
En boca tiene una entrada fresca, un paso redondo, suave, sedoso, aterciopelado, muy elegante. Magistralmente estructurado, con unos taninos maduros y domados, excelente acidez y un final eterno y persistente. En retronasal notas afrutadas, especiadas, tostadas, lácticas, balsámicas, minerales…Delicado, complejo, infinito.
Cata a la vista
Color cereza picota con reflejos violáceos. Abundante lágrima de caída lenta y uniforme. Cata en nariz
La Nieta exhibe una nariz intensa y a la vez delicada, llena de matices. Sobresale y predomina una fruta negra madura, jugosa y carnosa que va dejando paso a aromas de finas maderas, especias dulces, notas florales y de fondo profundos balsámicos y minerales. Cata en boca
En boca tiene una entrada fresca, un paso redondo, suave, sedoso, aterciopelado, muy elegante. Magistralmente estructurado, con unos taninos maduros y domados, excelente acidez y un final eterno y persistente. En retronasal notas afrutadas, especiadas, tostadas, lácticas, balsámicas, minerales…Delicado, complejo, infinito.
Cata a la vista
Intenso rojo picota con bordes violáceos. Muy brillante. Lágrima densa, de caída lenta. Cata en nariz
Sobre una sugerente cremosidad, aparece la rica fruta. Al abrirse, percibimos unas equilibradas notas de la madera, unos tostados y especias dulzonas que completan la fruta sin taparla. Delicados toques florales y un buen fondo mineral. Intensa y placentera nariz. Cata en boca
Se muestra redondo desde el principio, entrando de forma amplia y voluminosa, con cuerpo. Paso sedoso, untuoso, intenso. Marcada fruta negra junto a la madera muy bien integrada. Muy buena acidez que le proporciona una frescura agradecida. Taninos ligeramente presentes. Final muy largo y persistente con un ligero y agradable amargor y un postgusto mineral.
Un gran vino que nos conquistará. Un placer, una joya.
Cata a la vista
De color rojo oscuro, muy brillante, con ribetes amoratados. Lágrima continua que tinta la copa. Cata en nariz
Gran intensidad aromática muy compleja. Encontraremos aromas de fruta negra, tostados, lácteos, especies (más bien dulzonas: vainilla, canela). Todo ello con un marcado fondo balsámico y mineral. A medida que se abra, más intensidad encontraremos. Cata en boca
Muy buena entrada, paso amplio y aterciopelado, muy poderoso. Taninos presentes pero muy bien integrados. Postgusto largo, persistente, con presencia mineral. Un vino muy elegante.