La añada comenzó en otoño de la mejor manera, con unas buenas precipitaciones que llenarían las reservas hídricas para el óptimo desarrollo vegetativo. El invierno se caracterizó por las bajas temperaturas e incluso la nieve cubrió algunas zonas del Priorat. Marzo comenzó húmedo y frío lo que hizo retrasar la brotación de la vid. A mediados de Mayo se propició la floración y le siguió un Junio algo inestable con varias precipitaciones.
Un año con muy buen equilibrio. Esta añada se caracterizó por la ausencia de estrés hídrico en la planta. El invierno y primavera fue favorable en cuanto al régimen de lluvias, y las temperaturas fueron un poco más altas de lo normal. En la época de la brotación no se produjeron ninguna lluvia, con lo que la vid se conformó de manera correcta. La floración se desarrolló de una manera limpia y las Garnachas cuajaron de una manera excelente. El verano se caracterizó por días frescos y secos, pero también húmedo, lo que propició una buena fotosíntesis y un buen crecimiento vegetativo. Durante el final del verano antes de la vendimia la humedad seguía presente manteniendo el frescor en la tierra y por consiguiente una maduración de la uva más escalonada, perfecta para retener los aromas y una buena acidez. El factor negativo fueron las lluvias que se produjeron en los días de vendimia. En resumen, la añada ha sido un poco atípica en el Priorat, con vinos menos voluminosos que un año normal en la zona pero con una buena acidez que le aporta frescor a los vinos y los mantendrá vivos durante muchos años.
Un año que empezó con unos problemas en la floración pero acabó siendo muy bueno. El invierno se desarrolló con más frío y lluvia de lo normal. La primavera prosiguió con días con temperaturas bajas y mucha agua que retrasaron hasta finales de marzo la floración con los consiguientes problemas de cuajado que afectaron a la producción. Después un año complicado, cuando comenzó el verano cesaron las lluvias y las temperaturas subieron propiciando una excelente maduración debido a las buenas reservas hídricas del año. Por consiguiente, el año ha sido uno de los mejores de los últimos años. Fluidez, acidez y concentración auguran una larga vida a los vinos de esta añada.
Cata a la vista
Presenta un color picota muy intenso y muy brillante con reflejos morados. Capa alta, muy bien cubierto. Lágrima densa de caída lenta. Cata en nariz
Intenso y muy expresivo. Fruta negra madura que explota junto a unas aromáticas notas florales (violetas). Unas elegantes notas de madera junto a un amplísimo abanico de especiados cremosos y con un atractivo toque dulzón, con chocolates, avainillados, tabaco, regaliz, frescos balsámicos y toques de hierbas del monte. Cata en boca
En boca se presenta potente, equilibrado, muy sabroso, elegante. Sugerentes y cremosas frutas. Todo con una armonía perfecta y una gran finura. Largo, muy largo recorrido, con cuerpo, voluminoso, con una textura aterciopelada y una excelente acidez.
Cata a la vista
Presenta un color picota muy intenso y muy brillante. Capa alta, muy bien cubierto. Tonalidades amoratadas. Elegante lágrima densa de caída lenta. Cata en nariz
Elegante, seductor, muy expresivo. Sobre un intenso fondo mineral con unos destacados recuerdos de los suelos de pizarra, aparece mucha fruta negra madura que explota junto a unas aromáticas notas florales (violetas). Unas elegantes notas de madera junto a un amplísimo abanico de especiados cremosos y con un atractivo toque dulzón, con chocolates, avainillados, tabaco, regaliz, frescos balsámicos y toques de hierbas del monte.
Aromas en perfecta armonía y equilibrio que seducen desde el primer momento. Cata en boca
Excelente vino: potente, equilibrado, muy sabroso, elegante. Un vino que, desde el primer sorbo, envuelve el paladar con sugerentes y cremosas frutas y con una amable mineralidad. Todo con una armonía perfecta y una gran finura. Largo, muy largo recorrido, con cuerpo, voluminoso, con una textura aterciopelada y una excelente acidez. Taninos pulidos perfectamente integrados. Inmenso final, marcadamente fresco, con una gran persistencia que obliga a no olvidarlo, a disfrutar de otra copa más.
Un vino redondo que entusiasma, que nos seduce y que nos invita a disfrutarlo lentamente.
Una joya del Priorat.
Cata a la vista
Intenso color picota con reflejos amoratados. Capa alta. Muy brillante. Lágrima densa. Cata en nariz
Es una explosión de aromas que nos transporta rapidamente al Priorat. Mucha fruta negra madura y fresca acompañada de elegantes violetas y muchas notas de la madera: cremosos, vainilla, chocolates, regaliz junto a sutiles aromas herbáceos, algo balsámicos. Impresionante fondo mineral que redondea el conjunto.
Un vino muy expresivo, potente, donde todo está muy bien equilibrado. Cata en boca
Uno de los vinos más elegantes del Priorat. Redondo, muy sabroso y muy sugerente, muy equilibrado y con muy buena estructura. Alegre. De gran finura.
Ataque amplio y voluminoso. Paso muy sabroso, aterciopelado y expresivo. Muy frutal con cremosas especias y sutiles minerales. Muy buena acidez que le otorga un agradable frescor. Taninos pulidos. Final muy largo y muy persistente que deja un muy agradable postgusto.
Un vino que nos llenará de placer. Para disfrutarlo.