Vinos de Madeira

Historia del vino en la zona

Madeira es una escarpada isla volcánica ubicada en el Océano Atlántico a 1.000 km de Lisboa y a 498 km de Tenerife.

Es una de las regiones autónomas de Portugal que históricamente fue un punto importante de avituallamiento para los exploradores que realizaban largos viajes hacia las Américas, Sudáfrica y las Indias, época en la que sus vinos se popularizaron, elaboraciones que sorprendentemente no han cambiado mucho en los últimos 300 años. Los vinos de Madeira son capaces de envejecer por más de cien años y estaban considerados por la mayoría de las cortes europeas como vinos de gran refinamiento.

Pero ¿qué es lo que hace tan especial al vino de Madeira?

Tal como ocurrió con los vinos de Oporto, los característicos vinos generosos de Madeira nacieron un poco por accidente. Era habitual que los vinos tuvieran que pasar por largas travesías marítimas hasta llegar a su destino. Los vinos se hacían con uvas con una acidez alta y bajo contenido en alcohol y se fortificaban para soportar el largo viaje. El proceso de oxidación del vino sometido al calor a bordo de un barco y su paso por el Ecuador le otorgó un carácter muy particular que los elaboradores quisieron imitar pero sin tener que pasar por estos largos viajes así que construyeron edificios con una estructura que permitiera que el sol calentara las barricas durante el día para que la maduración fuera más rápida. Este sistema se denomina canteiro, y utiliza el calor solar para acelerar el envejecimiento y caramelizar los azúcares contenidos en el vino.

Los vinos más jóvenes se colocan en la parte más alta de la bodega, donde el calor es mayor, y continuaban descendiendo en los siguientes niveles del edificio, donde la crianza se desarrollaba más lentamente. Para el envejecimiento se utilizan barricas muy usadas pues de esta manera no aportan aromas ajenos al vino. Este sistema se considera muy fino ya que provoca que los vinos se oxiden y caramelicen a un ritmo más lento. Hoy en día el sistema canteiro se utiliza para los vinos de alta gama y para los vinos varietales.

Tiempo después comenzó a utilizarse el método conocido como estufagem que consiste en calentar los vinos con estufas a unas temperaturas que van de los 45ºC a los 50ºC, procedimiento a través del que se obtiene en tres meses un resultado similar al originado luego de 5 años de exposición del vino al calor tropical que experimentaba en las largas travesías en barco. En la actualidad se utilizan depósitos de acero inoxidable con temperatura controlada para imitar este proceso.

Es increíble saber que uno de los factores que los enólogos evitan a toda costa: la exposición del vino al calor, en Madeira se hace deliberadamente donde prácticamente se puede decir que el vino “se cocina”. Este método funciona porque las uvas con las que se elaboran los vinos suelen cosecharse mucho antes, por lo que su mosto es más ácido que el de otros vinos, y este peculiar proceso de envejecimiento consigue que sus vinos tengan una longevidad extraordinaria que incluso puede superar los cien años. Son vinos prácticamente eternos.

Variedades de uva

Para la elaboración de los vinos de Madeira se utilizan cuatro variedades tradicionales principales: sercial, verdelho, boal o bual y malvasía (comercializada como malmsey), todas ellas variedades blancas.

Durante la segunda mitad del siglo XIX el mildiu y la filoxera prácticamente arrasaron con los varietales tradicionales. Actualmente más del 80% del viñedo corresponde a plantaciones de la variedad tinta negra mole que da origen a vinos tintos ligeros y de sabor dulce.

Localización, clima y suelos

La isla de Madeira y su vecina, la pequeña isla Porto Santo, están ubicadas en el Atlántico norte, a unos 1.000 km de Lisboa y se encuentran en una latitud parecida a la de Casablanca, en Marruecos.

Madeira cuenta con un clima oceánico subtropical que da lugar a temperaturas suaves y agradables. Es una región de montañas con pendientes pronunciadas donde crecen las viñas ordenadas en terrazas elevadas que cuentan con suelos de origen volcánico, muy fértiles. Las uvas se vendimian de manera temprana por lo que cuentan con una altísima acidez, característica importante para la elaboración de los vinos generosos de Madeira.

La isla cuenta con alrededor de 400 hectáreas de viñedos, por lo que su producción de vino es limitada.

Clasificación

El vino generoso de Madeira es un vino al que, durante la fermentación, se le añade alcohol vínico que da como resultado un vino fortificado que puede contener un volumen de alcohol que oscila entre el 17% y el 22%.

De acuerdo a sus características, éstos son los estilos de vinos de Madeira más comunes:

Rainwater (Agua de lluvia) Madeira

Es el estilo más fresco y afrutado, de color pálido y suave dulzor. Un vino ideal para iniciarse en el maravilloso mundo de los vinos generosos de Madeira.

El Madeira Rainwater es un vino que se elabora principalmente con las variedades tinta negra mole y verdelho. Es un vino de cuerpo ligero que presenta notas de pomelo caramelizado, limones en conserva y cerveza de raíz.

Se cuenta que su nombre viene del mito que explica que en una ocasión, mientras esperaban ser recogidas para su partida a América, las barricas del vino de Madeira se hincharon en la playa a consecuencia de la lluvia (en Madeira llueve mucho) y los comerciantes, en vez de deshacerse de los vinos los comercializaron haciéndolo pasar por un nuevo estilo de Madeira, un vino delicado y ligero.

Los vinos Rainwater Madeira envejecen en promedio durante tres años y son vinos bastante accesibles.

Sercial Madeira

La uva sercial destaca por su acidez y da lugar a vinos de Madeira secos y con alta acidez.

Contienen un mínimo de azúcar residual (9 a 27 g/l). Son vinos delicados que funcionan muy bien como aperitivos, para servir ligeramente frío junto a pescados o con alimentos que suelen ser difíciles de maridar como las alcachofas o los espárragos.

Un estilo poco habitual pero que ofrece mucha frescura y sabores que recuerdan a los cítricos.

Madeira Verdelho

Son vinos que cuentan con una vibrante acidez acompañada por sabores que recuerdan a las manzanas al horno, al mango, la naranja caramelizada y a especias como el pimentón, con un delicioso matiz de volcánica mineralidad y notas de higos y frutos secos. Suelen ser más complejos y tener más cuerpo que los vinos de sercial y cuentan con una cantidad de azúcar residual que va de los 27 a los 47 g/l.

Es un vino muy versátil, capaz de potenciar el sabor de los platos dulces y salados. Ligeramente frío se puede servir como aperitivo. Acompaña muy bien a los quesos intensos como el stilton o el camembert y, por supuesto, a los típicos quesos portugueses como el Azeitão, Serra da Estrela y Amarelo da Beira Baixa.

Tiene cuerpo suficiente para acompañar chutneys y conservas agridulces. Armoniza muy bien con frutas frescas e incluso puede acompañar pescados suaves.

Madeira Boal

También se le conoce como bual, es de color oscuro y reúne aromas intensos de manzana caramelizada, azúcar quemado, pasas o canela. Es un vino dulce en el paladar pero sin ser empalagoso y conserva una acidez que equilibra su dulzor y, cuanto mayor es su edad, más interesante y complejo se vuelve el vino. Cuenta con una cantidad de azúcar residual que puede ir de los 45 a los 63 g/l.

Madeira Boal es ideal para acompañar quesos y frutas y es el vino favorito de los adictos al chocolate, es la armonía perfecta para los chocolates con 75% de cacao, o más. Los vinos Boal se llevan bien con la pastelería y son como un delicioso rayo de sol en un día de invierno.

La mayoría de estos vinos se elaboran bajo el proceso de “canteiro” y se pueden encontrar botellas con añada, a los que se les conoce como “Colheita”.

Madeira Malvasia

Es el vino, también conocido como Malmsey, por el que Madeira es internacionalmente conocida. Puede ser elaborado con distintas variedades de malvasía como la cândida, la cândida Roxa y la malvasia de São Jorge, siempre y cuando contengan altos niveles de acidez.

Este vino es de color oscuro, textura rica, aromático, de paso largo y persistente donde podemos encontrar notas de vainilla, nueces, caramelo de café, miel o chocolate además de frutos secos, higos y notas de rocas volcánicas. Es un vino ideal para acompañar chocolate, fruta o helado aunque realmente no hay postre que se le resista.

Cuenta con una cantidad de azúcar residual que va de los 63 a los 117 g/l. Sus aromas, su deliciosa complejidad y, sobre todo, sus altos niveles de acidez,equilibran su dulzura y hacen que sea menos perceptible.

Existe una quinta variedad noble, la uva blanca terrantez, que estuvo a punto de extinguirse en la isla pero que actualmente está siendo rescatada y que da lugar a vinos en prácticamente todas las gamas de dulzor aunque nunca tan secos como el sercial ni tan dulces como la malvasía.

Vinos de Madeira de acuerdo a su nivel de dulzura

Se pueden encontrar cinco niveles de dulzor en los vinos de Madeira:

1.- Extra Dry (Extra Seco): Tiene menos de 49 g/l. de azúcar residual.

2.- Seco: contienen menos de ~ 59 g/l de azúcar residual.

3.- Medio seco (Meio Seco): vinos que tienen entre ~ 54–78 g/l de azúcar residual.

4.- Medio Dulce (Meio Doce): vinos con un ~ 78–100 g/l de azúcar residual.

5.- Dulce (Doce): vinos que contienen más de 100 g/l de azúcar residual.

Vinos de Madeira clasificados por su envejecimiento

Los vinos de Madeira elaborados con al menos un 85% de las variedades nobles se suelen etiquetar según el tiempo de su envejecimiento siendo 5 años el mínimo permitido para cada una de estas uvas.

Reserva: vinos de Madeira de 5 años.

Reserva Especial: vinos de Madeira con 10 años de envejecimiento.

Reserva Extra (Extra Reserve): es un estilo poco común de vinos con 15 años de envejecimiento pues los productores prefieren alargar el tiempo a 20 años.

Colheita: vinos de una sola añada con al menos 5 años de crianza antes de ser embotellados. Se etiquetan con la fecha de añada.

Frasqueira / Garrafeira. Son vinos muy raros, provienen de cosechas excepcionales y deben haber sido envejecidos bajo el sistema canteiro durante al menos 20 años. Grandes vinos de Madeira que son prácticamente para coleccionistas.

Se pueden encontrar vinos de Madeira etiquetados como Fine/Fino y son aquellos que han sido envejecidos durante al menos 3 años y que se utilizan habitualmente para cocinar.

Algunas bodegas destacadas

Barbeito

Vinhos Barbeito fue fundada en el año 1946 por Mário Barbeito de Vasconcelos quien adquirió viñedos abandonados para elaborar vinos continuando con el legado histórico de los sistemas de estufagem y canteiro. Todo un visionario que decidió apostar por el largo envejecimiento de sus vinos con la seguridad de que el tiempo los haría mejorar. Barbeito es una de las bodegas con más renombre y singularidad de Madeira, precursora en la elaboración de vinos sin azúcares añadidos. Desde 1991 la familia Barbeito Vasconcelos comparte la propiedad de la bodega con la familia Kinoshita y continúa elaborando vinos generosos reconocidos por su calidad en todo el mundo.

Justino’s Madeira

“Hacer una cosa, pero hacerla bien”. Es la filosofía de Justino’s Madeira, una de las bodegas elaboradoras y exportadoras más antiguas de Madeira. Todo y que se constituyó como empresa en el año 1953, ya estaba establecida en la isla desde el año 1870. Fundada por Justino Henrique Freitas, elabora vinos que combinan métodos tradicionales con la tecnología más avanzada. Elaboraciones de alta calidad que se pueden encontrar en todo el mundo y que dan respuesta a las necesidades de los consumidores más exigentes. Justino’s Madeira es, sin duda, una de las bodegas líderes en el mercado de producción y exportación de vinos de Madeira.