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Vino de la denominación D.O. Yecla
Vinos que han marcado un paisaje y a sus gentes
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Barahonda HC Monastrell 2019
D.O. Yecla
(Murcia)
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Barahonda Barrica 2020
D.O. Yecla
(Murcia)
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Castaño Monastrell 2020
D.O. Yecla
(Murcia)
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Conoce D.O. Yecla

Los orígenes del viñedo en el la zona están documentados desde el siglo I antes de Cristo hasta el siglo III d.C. en los restos arqueológicos de una bodega ubicada en la Fuente del Pinar en la que se distingue el lagar conectado con la pileta. Estas instalaciones fueron reutilizadas entre los siglos XIV al XVI. Dicha bodega estaba acompañada de una villa rústica de cierta relevancia en los Torrejones en la que se han encontrado bajo relieves alegóricos al viñedo.
Por su situación, Yecla ha recibido numerosas influencias de civilizaciones como la romana, la griega, la cartaginesa y la musulmana, algo que provocó fuertes altibajos en su crecimiento económico y demográfico a lo largo de los siglos. En la primera mitad del siglo XIX, la zona sufre un freno económico debido a las desgracias climatológicas, las epidemias y la invasión del ejército francés.
La auténtica expansión del viñedo fue a partir de mediados del siglo XIX gracias a la roturación de nuevas tierras, coincidiendo con la mayor expansión entre los años 1870 a 1890 favorecido por la demanda de vino por los franceses debido a la expansión de la plaga de la filoxera en ese país. Sin embargo, la llegada de la filoxera a esta zona y el fin del tratado con Francia, que facilitaba la exportación de los vinos, volvió a empeorar el panorama.
Durante el siglo XX, los cambios también han sido numerosos. La Guerra Civil española y la posguerra provocaron un fuerte descenso de la población. Sin embargo, los años 70 supusieron un resurgir económico de la zona, sobre todo con la constitución de la DO Yecla en 1975, donde se tomaron algunas decisiones importantes, como la replantación de las variedades utilizadas para vinos de refuerzo, como la Garnacha Tintorera o la Forcallat, y potenciar y mantener la Monastrell como variedad principal, por lo que hoy ocupa más del 60% del viñedo. Hacia la mitad de los años 80, una lenta revolución promovida por pequeñas bodegas privadas y cooperativas permitió el comienzo de la producción de vinos tintos utilizando equipamientos de acero inoxidable con control de temperatura. Gracias a este esfuerzo, aquellos vinos robustos de antaño han pasado a ser vinos más equilibrados donde la complejidad aromática y el equilibrio prevalecen.
La DO Yecla está ubicada al sureste de España, en la comarca del Altiplano, en el extremo norte de la región de Murcia, y limita con la DO Jumilla al sur y oeste, la DO Almansa al norte y la DO Alicante al este. Se trata de una zona de transición entre la meseta y el Mediterráneo, y está rodeada por un anillo de montañas bajas y sierras, donde los viñedos se sitúan en altitudes que oscilan entre los 400 y los 800 metros sobre el nivel del mar. En la actualidad la DO Yecla acoge unas 6.500 hectáreas de viñedo, y sólo 7 bodegas elaboran vinos bako esta denominación.
Clima, suelo y variedades
El clima en Yecla es de tipo continental seco, con veranos cálidos en los que se pueden alcanzar temperaturas de 39º C, mientras que los inviernos son bastante crudos: en los peores días, la temperatura puede llegar a los -10º C. Por su parte, las precipitaciones son escasas, del orden de los 300 mm, concentradas en primavera y otoño. La lluvia se produce generalmente en forma de aguaceros y tormentas, que en verano pueden ir acompañadas de granizo. La fuerte insolación supera las 3.000 horas de sol despejado al año.
La característica más importante desde el punto de vista orográfico de esta zona es la notable altitud de la altiplanicie, que varía de 535 a 700 m, de la que sobresalen numerosas alineaciones montañosas, la mayoría de las cuales están dispuestas siguiendo la dirección Noreste-Suroeste. Esta constitución origina que las sierras formen entre si valles de tipo corredor y numerosas depresiones endorreicas, presentando una diferencia importante en altura, entre las cumbres y las partes bajas de los valles.
Los suelos de la zona en general son, entre otros, de tipo calizo, profundos y con una buena permeabilidad. Su pobreza en materia orgánica, sumada a su riqueza en caliza, ocasiona algunas veces una costra superficial. En general, en los suelos de Yecla abunda el hierro, un mineral que influye en la calidad y la propensión a la oxidación y a las quiebras férricas de los vinos de la comarca, sobre todo blancos.
Desde la perspectiva hidrográfica la característica más relevante de gran parte del municipio de Yecla es el carácter endorreico de sus cuencas, que son alimentadas por pequeñas ramblas entre las que se puede destacar las de Arabí, Agua Salada, del Pozo, de los Gavilanes, Toconera, Jumilla y Tomate. La rambla de mayor relevancia es la que circunda el casco de Yecla por su sector septentrional, resultado de la confluencia aguas arriba del núcleo urbano de las Ramblas del Pozico Lisón, Gavilanes, de Vera, de las Campanas y de Agua salada.
En cuestión de variedades, se autorizan las uvas de Monastrell, Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Garnacha tinta, Garnacha Tintorera y Petit Verdot. En blancas sobresalen la Macabeo, Airen, Merseguera, Malvasía, Chardonnay, Moscatel de Grano Menudo y Sauvignon Blanc.
La variedad principal utilizada para elaborar los vinos de Yecla es la Monastrell, una variedad tinta de origen español, cuyo feudo se centra en el Mediterráneo, preferentemente en la región levantina. Esta uva de brote tardío, racimo compacto y bayas pequeñas, redondas y dulces, aparece documentada ya en el siglo XV, aunque también se cree que su cultivo se remonta muchas generaciones anteriores a esta fecha. Se la conoce también con los nombres de Mataró (posiblemente porque sus vinos se embarcaban desde el puerto de la villa de Mataró cuando esta variedad se cultivaba en el Maresme catalán), Matrassa y Mourvèdre (nombre que proviene del topónimo visigodo de la ciudad de Sagunto, en Valencia). En Francia se cultiva esta variedad con el nombre de Mourvèdre en las regiones de Côtes-du-Rhône, también en Provenza -donde da origen a, famoso vino rosado de Bandol- y en Languedoc-Rosellón. También, con el nombre de Mataró se la reconoce en California y Australia, mientras que en Azerbajan es la Matrassa.
En España está cultivada ampliamente en todo el Levante y es una variedad dominante en las DO de Almansa, Valencia, Jumilla, Yecla, Bullas y Alicante, aunque está presente en otras zonas como Utiel-Requena, Tarragona, Terra Alta, Conca de Barberà, e incluso en el Penedés, de la que se elaboran algunos Cavas rosados.
Vinos y bodegas de la DO Yecla
Hace tan sólo cuatro días hubiera sido imposible hacer referencia a los vinos de Monastrell sin apoyarse más en la crítica que en los elogios. De hecho, cuesta creer que una variedad de uva ahora tan noble y reivindicada por los elaboradores levantinos tuviera hasta hace poco una fama tan mala y un futuro tan triste y oscuro.
De hecho, la Monastrell siempre ha sido una uva tan rentable como menospreciada. La uva Monastrell se caracteriza por aportar vinos de alta graduación, carnosos, tánicos, y de un color intenso. Y no cabe duda que esas cualidades le han servido, hasta hace poco, para que sus vinos viajaran durante décadas a otras zonas de España y otros países como Francia, con el fin de aderezar otros vinos más flacos, pálidos y frágiles.
Por suerte, este panorama sombrío está cambiando, y hoy ya son muchos los bodegueros que saben que la Monastrell es una variedad tan noble como la que más. Un ejemplo tácito de este salto cualitativo lo protagoniza Bodegas Castaño,que es hoy uno de los productores de vino más relevantes del sureste español por su tradición y logros con las variedades autóctonas, especialmente la Monastrell, y la adaptación de uvas foráneas al clima y suelo de la DO Yecla.
Bodegas Castaño posee una extensión de viñedos cercana a las 500 hectáreas, repartidas en cuatro grandes parcelas situadas en diferentes puntos de la DO Yecla: Las Gruesas, de 160 hactáreas en la zona norte de Yecla, donde cultiva Monastrell, Garnacha, Merlot, Cabernet-Sauvignon, Syrah, Garnacha Tintorera, Cabernet Franc, Chardonnay y Sauvingon Blanc; El Espinal de 116 hectáreas al sureste de Yecla, donde cultiva Monastrell, Cabernet-Sauvignon, Merlot, Syrah, Macabeo y Garnacha Tintorera. En esta finca se asienta una parcela experimental, donde existen 16 variedades tintas y blancas de otras latitudes sometidas a control permanente y vinificación empírica posterior; Pozulo, de 135 hectáreas en la zona noroeste de Yecla, con cultivos de Monastrell, Garnacha, Merlot, Cabernet Sauvignon, Syrah, Garnacha Tintorera y Macabeo; y Arabí, de 32 hectáreas en la zona norte de Yecla, en la falda del monte Arabí, con plantación de de Monastrell en cepa baja.
Todo este puzzle de ubicaciones y variedades le permiten elaborar una completa gama de 15 vinos, donde sobresalen sus tintos de Casa Cisca, un tinto varietal de Monastrell de 60 años y una crianza de 16 meses en barrica, y el Casa de la Cera, también con Monastrell, además de Garnacha Tintorera, Cabernet, Syrah y Merlot, con 20 meses en barricas de roble francés y americano de 550 l. Su gama de Esenciales la componen 6 vinos, el GSM, Hécula Monastrell, Castaño Selección, Santa, Castaño Dulce y Olivos de Castaño. Bajo la etiqueta Castaño comercializa un blanco de Macabeo y Chardonnay, un rosado y un tinto, además de un tinto Ecológico. Y bajo la colección de Dominio Espinal, elabora un blanco, un rosado, un tinto, y el selección especial.
Otra bodega ejemplar es Barahonda, donde la familia Candela ha pasado conocimientos y tradición de padres a hijos durante cuatro generaciones. En la actualidad cuentan con 150 hectáreas en propiedad y 600 hectáreas controladas, con las que elaboran más de media docena de vinos, desde los Barahonda blanco, rosado y tinto joven, hasta el tinto barrica y crianza, y el Barahonda Organic (ecológico). En sus vinos de gama alta sobresalen los varietales Heredad Candela Monastrell y el Heredad Candela Petit Verdot, así como el Monastrell Zona Cepa, mientras que su top de gama es el Barahonda Summum, un tinto varietal de Monastrell de pie franco con 16 meses de crianza en barricas de roble americano (90%) y francés, de producción limitada y numerada a 2.000 botellas.