Tarima Mediterráneo 2022
D.O. Alicante
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El cultivo de la vid en la zona de Alicante es milenario. Se han encontrado yacimientos arqueológicos desde los siglos VI aC con representación de la viña en muchos ritos religiosos y funerarios.
Durante los siglos XVI y XVII hay un desarrollo de la enología y un proteccionismo feroz, especialmente en la ciudad de Alicante con la creación de su “Junta de Inhibición del Vino de Alicante”, cuya finalidad era proteger y potenciar la fama de los vinos elaborados con variedades propias, cuyos vinos ya eran conocidos en el norte de Europa, donde eran importados por comerciantes ingleses, suecos y flamencos para dar cuerpo y color a sus famélicos y maltrechos vinos. De hecho, su producción era tal, que en 1510 un privilegio real prohibió la importación de vinos producidos en cualquier otro lugar mientras se siguiese elaborando vino en la región.
No cabe duda que la exportación de vinos con el nombre de “Alicante” fue una clave para el conocimiento de esta región en todo el mundo, como atestiguan los vinos que viajaron con Magallanes en su primera vuelta al mundo, así como su presencia en numerosas casas reales, en especial el “Fondillón” o el “Aloque”, muy desarrollados en la huerta de la ciudad de Alicante.
Algunas de sus leyendas más famosas apuntan a la ciudad de Monóvar, situada en el sur del área de cultivo, que ya fue famosa internacionalmente desde tiempos de Felipe II por su vino dulce Fondillón, ya que según apunta Saint Simón, el bocado favorito de Luis XIV durante los últimos meses de su vida era la tarta bañada en ese vino tinto dulce y viejo. También hay referencias en el “Conde de Montecristo” o en otras piezas literarias desde autores extranjeros hasta grandes autores locales: Gabriel Miró, Azorín, Miguel Hernández, etc. De hecho, el desarrollo del viñedo en toda la zona de la montaña y el Vinalopó ha sido constante y uno de los motores del desarrollo económico y social de toda la región en el siglo XIX, impulsado sobre todo con la creación del ferrocarril Alicante-Monóvar.
Actualmente la DO Alicante se encuentra en el centro meridional de España, en la provincia de Alicante, y se creó definitivamente en el año 1957 para gestionar una primera Denominación de Origen que había sido reconocida ya en el año 1932. El Consejo Regulador controla más de 9.000 hectáreas de viñedo, que cultivan cerca de 2.000 viticultores y donde se encuentran más de medio centenar de bodegas entre elaboradoras y embotelladoras. Comprende las subzonas L'Alacantí, L'Alcoià, Alto Vinalopó y Medio Vinalopó, Bajo Vinalopó, La Marina Alta, La Marina Baja y El Comtat, aunque en líneas generales todos esos territorios se dividen en dos amplias áreas bien diferenciadas: Vinalopó y La Marina.
La más extensa es Vinalopó, que está situada sobre la ribera del río Vinalopó, y se extiende detrás de la ciudad de Alicante hasta encontrarse con Castilla-La Mancha y Murcia, donde en ésta última Comunidad se adentran unas 600 hectáreas de viñedo. Aquí los viñedos se sitúan desde el nivel del mar hasta los 400 metros de altitud hacia la meseta central.
La otra zona es La Marina, ubicada en la parte norte de la costa alicantina, a unos 75 kilómetros al norte de Alicante, capital de la región. Esta zona es una lengua de terreno muy amplia que se extiende entre Denia y Calpe, y se adentra en el mar, aunque la mayor parte de la superficie de los viñedos se encuentra en el interior, a una altura de entre 500 y 650 metros.
Clima, suelo y variedades
En líneas generales el clima en la D.O. Alicante presenta marcadas diferencias entre las dos subzonas. Los viñedos costeros de La Marina disfrutan de un característico clima mediterráneo, mientras que los de la ribera del Vinalopó están sometidos a un clima cada vez más continental conforme se adentran en el interior. También en ambas subzonas los suelos son principalmente pardo-calizos y se asientan sobre rocas calizas, con algunas zonas de arcilla arrastrada por los ríos que discurren hacia la costa de Alicante.
Son suelos bastante sueltos y sanos, y pobres en materia orgánica. Sin embargo, dentro de las dos grandes subzonas hay matices que las diferencian. Por ejemplo, en la zona de la Marina Alta, el territorio se condensa en pequeñas comarcas con altas y espesas montañas que marcan valles y territorios escalonados. Desde el Cabo de la Nao, que es el más meridional de la Península Ibérica, los aires se empotran contra esas montañas y crean un microclima especial marcado por una presencia constante de humedad en forma de brisa o lluvia. Aquí se encuentra un suelo arcilloso, fértil, con filtración muy rápida al ser franco-arenosos, pero sus características escarpadas propician el cultivo la Moscatel, lo que da a sus vinos una particular finura.
Por el contrario, en la zona del Vinalopó y l´Alcoiá las brisas marinas circulan a través de los pasillos naturales creados por un lado por la desviación de las brisas de las Sierras de Carrasqueta y Maigmó hacia el interior del Vinalopó, y por el otro por el pasillo abierto desde el Golfo de Alicante. Aquí el suelo se vuelve mucho más calizo, con alta presencia de yesos, cantos calcáreos, costra y piedras conforme se avanza hacia el oeste. Este suelo sufre grandes horas de insolación y grandes oscilaciones térmicas conforme se avanza al interior. En el Vinalopó Medio el agua es más escasa y las temperaturas más estables, mientras que en Vinalopó Alto hay mayor presencia de acuíferos, suelos más arenosos y temperaturas más extremas, dadas por la presencia de la meseta que arranca a pocos kilómetros al oeste.
El Comtat, en la montaña Alicantina, es una de las zonas de mayor altitud, donde la riqueza de suelos y el contraste térmico, permiten una gran diversificación de variedades.
La principal variedad blanca autorizada es la Moscatel de Alejandría, cuyo mayor cultivo se concentra en la zona de La Marina. El Moscatel de Alejandría es una variedad utilizada tanto para vinificación como para uva de mesa o para la elaboración de pasas, ya que su valor organoléptico es inmenso, destacando su potencia aromática, su versatilidad para elaborar vinos desde blancos a espumosos, pasando por una gran gama de vinos de licor. También en toda la DO Alicante está permitido el cultivo de las blancas Macabeo, Airén, Planta Fina de Pedralba, Merseguera, Chardonnay, Verdil y Sauvignon Blanc, así como la Riesling con carácter experimental.
En tintas, la variedad mayoritaria es la Monastrell, que representa el 75% del cultivo en la DO Alicante. Su existencia data del siglo XV y se cree que procede de la localidad valenciana de Sagunto. En España se la conoce también como Vemeta, Morastell o Morrastrell, Mourviedro, Murviedro, Alcayata, Gayata, Garrut, Monastrell de la Gayata, Espar, Flouron, Trinchiera, Rossola, Balzac o Baltasar. También a nivel internacional adopta el nombre francés Mourvèdre, (derivado de la población valenciana Morvedre), y en Portugal, y América e incluso en Australia también recibe el nombre de Mataró (población catalana en la provincia de Barcelona –El Maresme- por donde salían barcos con vinos de Monastrell de la zona). Sin embargo, a pesar de su importancia también se cultivan la Garnacha Tinta, Garnacha Tintorera, Tempranillo, Bobal, Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir, Syrah, así como Petit Verdot y Tannat como experimentales.
El Fondillón
El Fondillón es un vino dulce de Alicante, un tipo de vino único en el mundo, reconocido por la Unión Europea en su base de datos E-bachus y con una especial protección dentro de la DO Alicante. Su legislación indica que debe proceder de la sobremaduración de la uva Monastrell en la cepa, que el alcohol mínimo debe ser 16º y que éste debe proceder exclusivamente de la uva, por lo que su fermentación es biológica y sin ningún tipo de añadidos; algo que lo diferencia de los Oportos o algunos vinos de Jerez. También se especifica que debe realizar una crianza mínima de 10 años, que en muchos casos se realiza en los viejos toneles alicantinos o monoveros, con volúmenes que alcanzan hasta los 1.200 litros. Esta crianza se puede realizar de forma tradicional por el sistema de soleras, con la mezcla de las más antiguas con un porcentaje controlado de otras más nuevas, pero también puede realizarse mediante añada, es decir con las mezclas de vinos de una misma añada. A partir del 2014 debe expresarse el sistema utilizado en la etiqueta del producto.
El Fondillón se distingue por sus intensos aromas de crianza (cacao, vainilla, ciruelas pasas, notas torrefactas), que culminan en un paladar untuoso, rico, largo y persistente. En realidad este vino generoso había casi desaparecido y sólo algún bodeguero melancólico lo siguió elaborando desde siempre para consumo propio o para el abastecimiento de una reducida clientela. En la actualidad, la recuperación del Fondillón es una realidad, y actualmente hay como mínimo una docena de bodegas que lo elaboran.
Vinos y bodegas de la D.O. Alicante
A pesar que en la zona todavía se contabilizan más de media docena de cooperativas, algunas bodegas están protagonizando en la última década una auténtica revolución vitivinícola en los vinos de Alicante, vinos que combinan la personalidad y la particularidad de su “terruño” con el carácter más puro de su varietal.
Sirvan como ejemplo las Bodegas Enrique Mendoza, con una bodega en Alfás del Pi (La Marina) y otra en Villena, en la Finca el Chaconero, desde donde protagoniza producciones muy específicas para algunos vinos como el Estrecho, referido a la parcela de Monastrell situada en el Estrecho de Pipa, que media entre la Sierra de Salinas y la carretera de Yecla con suelos únicos, o también su tinto Las Quebradas que se refiere a la pedanía de Villena situada justo al norte de esa carretera donde cultiva un específico viñedo de Monastrell.
Casa Mira, en Villena, cuyo nombre ha trascendido en alguno de los vinos de Sierra Salinas, como el mismo Mira, producido en la umbría de esta sierra con unas especialísimas Garnachas.
Bernabé Navarro, en el mismo término de Villena, ha logrado distinguir su producción gracias a la autenticidad de su paraje Finca Balaguer, de unas 50 has, donde también está ubicada la bodega. Cultiva mayoritariamente la variedad Monastrell, aunque también Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah, de las que elabora algunas etiquetas monovarietales. Entre sus etiquetas destacan el tinto Beryna y el vino blanco dulce Parque Natural, procedente de viñas viejas de 40 años situadas en el Parque Natural de las Lagunas de la Mata y Torrevieja, en el sur de Alicante, así como vinos procedentes de diferentes pagos y diferentes tipos de suelo, con variedades específicas, escasos tratamientos y técnicas biodinámicas, capaces de expresar todo su carácter en sus vinos: Morrón, Casa Balaguer, Ramblís o Tragolargo, entre otros.
Bodegas y Viñedos El Sequé, situado en la zona más occidental de la DO, a la sombra de la sierra murciana de El Carche, en el término municipal de Pinoso, tierra adentro en el Alicante interior, nace de la unión de dos famosas bodegas de Rioja y Jumilla, Artadi y Agapito Rico, cuyo proyecto se centra en la variedad tinta Monastrell, que plasman en sus vinos Monastrell Vino Mediterráneo, El Sequé, y El Sequé Dulce.
Bodegas Volver es el proyecto personal de Jorge Ordóñez y Rafael Cañizares en Alicante, cuyos viñedos, entre 40-75 años de edad, cultivados en sistema de vaso en condiciones naturales, están ubicados entre Sierra de Salinas, Sierra de El Altet y Sierra de la Sima, a una altura de entre 600-750 metros por encima del nivel del mar. Elaboran una amplia colección de vinos, tanto en monovarietal como de mezcla, bajo las etiquetas de Volver, Paso a Paso, Tarima, Triga y Wrongo Dongo.
También el winemaker Telmo Rodríguez se ha visto cautivado por la singularidad de algunos de los viñedos de Alicante y la variedad Monastrell, con la que elabora el tinto Almuvedre, con uvas de los parajes de Collado de Salinas, Madara, Falcones, Solaneta y Tumanes.
Un punto y aparte merece también Gutiérrez de La Vega, ubicada en Parcent, desde donde trabaja con la Monastrell, la Moscatel y la Garnacha, con las que elabora media docena de vinos tintos, algunos con la recuperada variedad Giró, así como la colección de blancos dulces y semidulces Casta Diva, incluso un espumoso natural a base de Moscatel.
Y también señalar al enólogo de Heretat de Cesilia, Sébastien Boudon, que elabora en el término de Petrer los tintos Chapó, un Monastrell de Xorret de Catí con 12 meses de roble francés; el Petit Chapó, un coupage de Monastrell y Garnacha Tintorera sin madera; y el Grand Chapó, un exclusivo Monastrell de corte atlántico, con 18 meses en barrica bordelesa nueva de roble francés del que apenas hay 300 botellas, todos amparados por la DO Alicante.