Enrique Mendoza Santa Rosa 2020
D.O. Alicante
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Enrique Mendoza era propietario de un supermercado en el municipio alicantino de Alfàs del Pi, su pueblo natal, y en 1970 plantó su primera viña con unas 200 cepas. En esa época su relación con el vino era simplemente un entretenimiento, una forma de elaborar unos pocos litros de vino para consumo propio de forma totalmente artesanal. De hecho, la época de vendimia era una auténtica fiesta de amigos que se reunían con la excusa de la recolección. Con el tiempo, y como la producción de vino fue en aumento decidió vender vino a granel, al mismo tiempo que iba adquiriendo cada vez más experiencia. A pesar de disponer de unos medios limitados, su inquietud por conseguir vino de calidad le llevaron a poner en práctica nuevas técnicas, como por ejemplo la fermentación a temperatura controlada con bolsas de hielo. Todo un reto. Sin embargo, la rudimentaria bodega fue creciendo y Enrique decidió elaborar en serio, por lo que consiguió crear su propia bodega en Alfàs del Pi, en unos terrenos muy próximos a la costa y con una humidad elevada, pero pronto se dio cuenta no eran los más óptimos para elaborar vinos tintos de gran calidad, lo que le obligó a buscar una nueva ubicación para su segunda bodega.
HISTORIA DE LA BODEGA
Actualmente Enrique Mendoza tiene dos bodegas. La bodega de Alfás del Pi, la primera, al estilo de un chateaux francés, está destinada a la elaboración de las variedades, como el Chardonnay, junto al mar, y también 4,5 hectáreas de Moscatel Romano. También aquí hay una de nave de crianza y las instalaciones de embotellado y expedición.
En 1989, tras esta fase experimental en Alfàs del Pi, la familia Mendoza se trasladó hasta la Finca Chaconero, en Villena, para llevar a cabo la segunda ampliación de bodega y viñedo con cepas de variedades internacionales la Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir, Petit Verdot, así como la recuperación de una finca de 40 años plantada con Monastrell. La finca El Chaconero se encuentra al oeste de la ciudad de Villena a unos 400 metros de altitud, junto al paraje del Cabezo de la Virgen, y en la actualidad cuenta con unas 120 hectáreas de viñedo. Especial importancia cobra el estudio del suelo de este paraje, donde se encuentran gran cantidad de suelos distintos, unos aptos para el cultivo y otros no ya que los estratos del suelo se encuentran oblicuos y no horizontales.
La bodega está dirigida actualmente por dos de los hijos de Enrique Mendoza, Pepe y Julián Mendoza. Pepe estudió enología en la Escuela de Viticultura y Enología Feliz Jiménez de Requena-Valencia, terminando sus estudios en 1990, año a partir del cual pasó a ser el enólogo de la bodega familiar, y hoy es uno de los enólogos de mayor prestigio en España. Fue el primer enólogo español que llegó a Nueva Zelanda, en el grupo Grove Mill en el Valle de Malborough, y también ha elaborado para el Grupo Altavista en Mendoza, Argentina. También en Europa ha realizado varios intercambios con viticultores de la región Toscana de Brunello di Montalcino, de Burdeos y Bergerac. Por otro lado, Julián es el encargado del marketing y la comercialización de los vinos.
FILOSOFÍA DE TRABAJO
Sin restarle importancia a la faceta bodeguera, las experiencias vitales y profesionales de Pepe Mendoza adquiridas con los años, han dejado una huella importante en la manera en que entiende la viticultura en Enrique Mendoza, priorizando el cuidado del campo por encima de todo lo demás. Por eso se pone en práctica una viticultura natural sin utilizar herbicidas ni insecticidas, combatiendo las plagas mediante feromonas (confusión sexual) o abonando el campo con compost de su propio ganado. Pero no por ello renuncia al aprovechamiento de técnicas modernas que le permitan mejorar la calidad de la uva.
En la Finca Chaconero de Villena, en el interior, están las variedades tintas, mientras que en la finca El Chaconero se encuentra el viñedo principal y la bodega de elaboración. Actualmente trabajan en dos vertientes, lo ecológico y la agrotecnología, cuya filosofía es la de no agredir al campo y aprovechar la técnica.
Y aunque el secreto de un buen vino se encuentre en la viña, Pepe Mendoza ha equipado la bodega con la mejor tecnología que le permite experimentar continuamente en la elaboración de los vinos y emplear técnicas tan innovadoras como la fermentación “caliente” o la oxigenación de los mostos en plena elaboración. La bodega también dispone de una cava subterránea con capacidad para 500 barricas.
LOS VINOS DE ENRIQUE MENDOZA
Enrique Mendoza Chardonnay es un vino joven varietal procedente de los viñedos situados en el Cabezo de la Virgen de Villena. La uva se maceró durante 3 horas para pasar a ser fermentado a muy baja temperatura (13ºC). El vino permanece en contacto con sus levaduras y lías hasta su embotellado. En nariz recuerda al heno, frutos secos como la avellana y frutas maduras tropicales como el plátano y piña, ligeros y finos aromas a corteza de pan y pastelería. En boca es persistente, graso, maduro y con buen equilibrio.
Enrique Mendoza Chardonnay Fermentado en Barrica procede de la Finca “El Chaconero” en el paraje denominado Cabezo de la Virgen de Villena. La uva se maceró durante 3 horas para pasar a fermentar a baja temperatura (16ºC) en barricas nuevas de roble Francés Allier, permaneciendo unos meses con sus lías y levaduras. Presenta los aromas propios de la variedad Chardonnay con toques de ahumados procedentes de su fermentación en barrica. En paladar es amplio y guarda buen equilibrio entre acidez, grado alcohólico y barrica.
Enrique Mendoza Pinot Noir Crianza es un varietal Pinot Noir 100% de los viñedos situados en la ladera del Cabezo de la Virgen de Villena. La uva se despalilló suavemente para conseguir que el grano pasara entero a fermentar en pequeños depósitos de acero inoxidable a 25ºC, y luego permaneció durante 10 meses en barricas nuevas y de un año de roble francés Allier. Ofrece un aroma de fruta madura, y las bayas rojas como la grosella y el arándano se entrelazan con notas de gran mineralizad como piedras rojas o grafito. Es un vino fino, suave y con un agradable tanino jugoso y alegre.
Enrique Mendoza Monastrell Crianza se elabora con un 50% de Merlot y 50% de Monastrell procedentes de uvas seleccionadas de la Finca El Chaconero en el paraje llamado Cabezo de la Virgen de Villena. El vino ha fermentado en pequeños depósitos de acero inoxidable a 26ºC durante 20 días, y la maloláctica se realizó en barrica, luego maduró durante 13 meses en barrica de roble francés Allier y roble americano Oregón. Los aromas a monte bajo como el romero, espliego y tomillo se unen con frutillos rojos y aromas florales característicos de la variedad. En boca es maduro, sereno, con una fina y elegante carga tánica.
Enrique Mendoza Syrah Crianza es un monovarietal elaborado con uvas procedentes de los situados en la Finca El Chaconero. Realiza la maloláctica en barrica y luego permanece durante 13 meses en barricas nuevas de roble francés. En nariz es maduro, relajado, sereno, con gran recuerdo mineral como piedras negras, grafito y humus, que se entrelazan con notas balsámicas y especiadas. En boca es fino, denso, elegantemente tánico, huyendo de reconcentraciones y estridencias.
Enrique Mendoza Petit Verdot es un varietal procedente de la Finca el Chaconero. Fermenta en depósitos de acero inoxidable durante 24 días a 27ºC y realiza la maloláctica en depósitos de acero inoxidable. El vino ha permanecido durante 14 meses en barrica (9 meses en roble Americano Oregón Nuevo y 5 meses en roble Francés Allier de 1 año). Los aromas recuerdan a frutas del bosque como las moras, arándanos y fresas entrelazadas con fuertes recuerdos a piedras negras, grafito, humus, tierra mojada, sotobosque, tostados y humo. En boca es potente, serio, carnoso, con abundantes taninos.
Enrique Mendoza Cabernet-Syrah Reserva se elabora con 30% Shiraz y 70% Cabernet Sauvignon procedentes de la Finca El Chaconero de Villena. Realiza la fermentación en depósitos de acero inoxidable a 27ºC con levaduras autóctonas del viñedo, y recibe una crianza de 16 meses en barricas nuevas y de primer año de roble francés Allier. En nariz olfativa es muy mineral, tranquilo y sosegado, con aromas a grafito, piedras negras, humus y tierra recién labrada, fresco, balsámico con recuerdos a eucalipto y mentol. En boca es intenso con carácter maduro, denso y carnoso con abundantes taninos granulosos y dulces, guardando un perfecto equilibrio entre acidez, el grado alcohólico, la fruta y la madera.
Enrique Mendoza Peñón de Ifach Reserva se elabora con un 50% de Cabernet Sauvignon, 25% Merlot y 25% de Petit Verdot, donde cada variedad se vendimió y elaboró por separado, permaneciendo 18 meses en barricas de roble francés Allier y roble americano de Ohio de primer año. En nariz es maduro, con recuerdos a frutos rojos del bosque entrelazados con balsámicos, tostados y ahumados aportados por las barricas de tostado medio. En boca es serio, profundo, largo y fresco con excelente carga tánica.
Enrique Mendoza Santa Rosa Reserva se elabora con 70% Cabernet, 15% Merlot y 15% Shiraz, con uvas seleccionadas de los racimos con el diámetro de baya más pequeño, se encuba con grano entero y fermenta con levadura autóctona. El vino fermenta a 28ºC se realizan pequeños y frecuentes remontados diarios y tiene una maceración post-fermentativa de 14 días. Este vino fue criado en la sala de barricas de la bodega en Alfaz del Pi durante 17 meses en barricas nuevas de roble francés Allier. En nariz es muy mineral, con recuerdos a grafito, humus, piedras negras y tierra recién labrada, que se entrelazan con notas especiadas, balsámicos y florales como la violeta. En boca es muy equilibrado, uniendo potencia y elegancia con una firme carga tánica pero sin reconcentraciones ni agresividades.
Enrique Mendoza “Estrecho” Monastrell es un vino 100% Monastrell, elaborado de un único pago ubicado en el paraje “Estrecho de Pipa” en Villena, situado a 700 metros sobre el nivel del mar y con unas características edafológicas que lo hacen único. Es una viña tradicional con 1500 plantas por hectárea formada en vaso y sin ningún apoyo de irrigación, el abonado es compost de ovejas ecológicas fermentado por la bodega. El vino ha permanecido durante 14 meses en barricas nuevas de 500 litros de roble francés. Posee un aroma con mucha fruta en sazón, elegantes balsámicos, sotobosque, humus, tierra mojada, pino, romero, frutas rojas bien maduras y pan de higo acompañadas de finas notas ahumadas y de cedro aportadas por las barricas de roble francés de Allier de 500 litros. En boca es fino, con taninos dulces y granulosos, fresco y ácido, muy largo y untuoso.
Enrique Mendoza “Moscatel de la Marina” está elaborado a partir de uvas de Moscatel de la variedad Alejandría siguiendo el método tradicional del encabezado del mosto con alcohol vínico pero con la mejor tecnología para aprovechar el máximo potencial de la uva. En nariz es rico, alegre, con las notas a la variedad con recuerdos a miel de azahar, sutiles notas a piel de naranja y mandarina fresca, con notas balsámicas y a hierba recién cortada. En boca es ligero, muy untuoso y con alta acidez cítrica que da nervio y alegría.
Enrique Mendoza “Moscatel de Mendoza” está elaborado con cepas de Moscatel Alejandría, la cepa más clásica del Mediterráneo. Estas cepas se cultivan de forma tradicional en pequeñas terrazas de tierras arcillo-calcáreas y conducidas en vaso con muy baja densidad de plantas, 1300 cepas por hectárea. El vino ha sido criado durante 10 meses en barricas nuevas de 500 litros de roble francés Allier. En la nariz predomina la miel de azahar, mermelada de naranja, jazmín y notas de tostado. En boca es un vino con buen equilibrio entre azúcar, acidez y grado alcohólico. Posee una entrada elegante y suave. Tiene el azúcar justo para que no resulte empalagoso. En el retrogusto nos vuelven a salir las notas a vainilla y madera nueva.
Enrique Mendoza “Dolç de Mendoza” es un vino dulce natural que sólo se elabora en años muy especiales, ya que se necesita de uvas especialmente sanas capaces de aguantar la sobre maduración en la planta hasta ser vendimiadas en la primera semana de diciembre. En nariz abundan los aromas primarios a bayas rojas como moras, arándanos y fresas, con finas notas ahumadas y especies como canela y clavo. En boca el alto nivel de glicerina y el azúcar residual acaricia el paladar, con suaves taninos y una suficiente la acidez.