Vino de Celler de Capçanes
Vinos de la cooperativa del pueblo de Capçanes
Conoce Celler de Capçanes

Capçanes es el nombre de un pueblo y su cooperativa, ambos situados en la comarca del Priorat, en el interior de la provincia de Tarragona, y pertenecen a la DO Montsant.
Su historia se remonta a 1933, cuando cinco familias del pueblo que elaboran vinos en sus masías, deciden fundar una bodega común en régimen cooperativista. Ello supuso un cambio de perspectivas comerciales, por lo que hasta principios de los noventa se dedicó a elaborar grandes volúmenes de vino a granel a precios competitivos.
Poco a poco se fue incorporando nueva tecnología hasta que en 1991, bajo las directrices del enólogo Angel Teixidó, se elaboraron los primeros vinos criados en barrica.
Pero el gran cambio y el impulso definitivo de la bodega llegó en 1995, a raíz de su encuentro con la comunidad judía de Barcelona, que solicitó a la cooperativa la vinificación de un vino kosher con el método lo mebushal, por lo que para poder identificar, aislar y vinificar pequeñas partidas de uvas seleccionadas bajo estricto control del rabino, hicieron falta nuevas instalaciones.
El primer vino kosher fue Flor de Primavera, reconocido como uno de los mejores vinos de España en su categoría y uno de los grandes vinos kosher del mundo.
Y así, Celler de Capçanes fue la pionera en España en la elaboración de kosher.
Y ese fue también el detonante del proceso de creación de una gama completa de vinos embotellados no kosher. Con la añada 1996 aparece un nuevo estilo de vino y desde entonces Celler de Capçanes no paró de realizar inmensas inversiones en tecnología y en toda la bodega, que ha sido completamente reestructurada y modernizada con la nueva nave de barricas terminada a finales del 2001, coincidiendo con la creación de la DO Montsant, donde Celler de Capçanes queda amparado bajo esta nueva denominación.
Todos estos cambios han sido posibles gracias al carácter dinámico y sobre todo al sentido común de los 80 socios cooperativistas, que avalaron con sus casas y fincas, en proporción a la cantidad de uva que produce cada uno, el préstamo bancario.
Hoy, en Celler de Capçanes se junta el talento de Anna Rovira, primera enóloga de la bodega, cuya responsabilidad se amplía al control de los viñedos, y el alemán Jürgen Wagner, responsable de la exportación, quien contribuye con su experiencia a la definición y composición de los vinos. Actualmente la producción anual de la bodega asciende a 800.000botellas y 200.000 litros de venta local de vino a granel/bag in box.
Filosofía de trabajo
La totalidad de la uva utilizada en la elaboración de los vinos procede de las 250 has de viñedos de entre 30 y 95 años de edad de los diferentes socios de la cooperativa, por lo que Celler de Capçanes cuenta también con un amplio abanico de tipos de suelo diferentes y variedades, lo que le permite elaborar diferentes vinos que reflejan la peculiaridad de cada terroir.
Suelos de caliza que ofrecen vinos frescos y sutiles. Son suelos de roca fragmentada que crea caminos para que la raíz busque el agua. Si llueve, el agua circula rápidamente pero si no llueve, no hay retención. Por eso las raíces son profundas (de 8 a 12 metros) buscando donde el terreno es más compacto.
Los suelos de pizarra aportan mucha mineralidad a los vinos porque la roca, muy hundida, sufre el calor de la actividad geológica de la tierra y la presión por el volumen de materia que tiene encima. La piedra se calienta y se lamina estando en permanente contacto con las raíces.
Arcilla, que hace sufrir a las viñas dando como resultado unos vinos salvajes. Son terrenos en zonas de lagos que han ido sedimentando por la presencia del agua, donde el color rojizo viene dado por la oxidación en suelos muy compactos, sin oxígeno, donde las plantas sufren y buscan los caminos por donde se filtra el agua.
Y por último suelos de panal que ofrecen vinos fáciles de beber y entender. Son suelos donde el viento erosiona la tierra de zonas costeras secas, playas, desierto, zonas áridas donde la arena permite que las raíces sean profundas y encuentren presencia de calcio.
Pero al margen de este minucioso estudio de suelos, merece la pena hablar de la elaboración del vino kosher, un vino que consume la comunidad judía en celebraciones como la Pascua judía o el Sabbat. La elaboración de los vinos kosher está sujeta a fuertes restricciones marcadas por la Ley Hebrea.
La edad mínima de las cepas destinadas a la elaboración del vino kosher debe ser de al menos 4 años. Toda la elaboración del vino, excepto la vendimia, deben hacerla judíos. Los tanques de fermentación y todo el material necesario para la vinificación debe tener un uso independiente para el vino kosher. Ninguna persona no autorizada por la Torà puede tener contacto físico, ni siquiera visual, con el vino. Ni tan solo el enólogo de la bodega. Durante el proceso de elaboración, el rabino se convierte en las manos y los ojos del enólogo.
Incluso durante la crianza del vino, la bodega cuenta con una barrica no apta para vino kosher pero con el mismo contenido que las otras barricas kosher, lo que permite al equipo de enólogos llevar un control y cuando hay que actuar sobre el vino se llama al rabino y se le explica qué hay que hacer y cómo hay que hacerlo.
Además, las botellas deben ser nuevas, el 1 % de los beneficios del vino se destina a caridad, y el séptimo año de vendimia se tiene que dejar descansar la viña para que se regenere. También toda la maquinaria debe ser limpiada a fondo y purificada completamente.
El vino kosher de Celler de Capçanes se exporta a diferentes países, incluso a Israel. Un dato curioso, en 2007, en una subasta celebrada en el National Jewish Heritage Museum de Manhattan, se pagaron 1.000 dólares por una botella de este vino, que está considerado el mejor vino kosher del mundo no vinificado en Israel.
Vinos de la bodega Celler de Capçanes
En la actualidad los vinos de Celler de Capçanes conforman una amplia gama, desde los más lineales y jóvenes con la etiqueta Mas Donís, que incluye en blanco de Garnacha Blanca y
Macabeu, un rosado de Garnacha, Syrah, Tempranillo y Cariñena, y un tinto de Garnacha, Cariñena o Samsó, Syrah, Merlot, Tempranillo y Cabernet Sauvignon, además de un blanc de noirs, el Mas Picota, con 100% garnacha Tinta. En su línea de vinos con un ligero paso por barrica destacan el Mas Donís Barrica con Garnacha y Syrah, Mas Collet con Garnacha, Syrah y Cabernet Sauvignon, y el Lasendal elaborado con Garnacha, Syrah y Merlot. Tambiénm elabora una línea de ecológicos, con tres vinos, el Vall del Calàs, con Merlot, Garnacha y Tempranillo, con una crianza de 12 meses en barricas de roble francés nuevas y de segundo año; Mas Picosa, con Garnacha, Cabernet Sauvignon y Syrah, donde una parte del vino reposa 4 meses en barrica; y el Mas Tortó, con Garnacha, Syrah, Cabernet Sauvignon y Cariñena, y una crianza de 12 meses en barricas francesas nuevas y de 1 año de Allier y Nevers.
A partir de aquí vienen los vinos más significativos de la bodega, como su vino de parcela Costers del Gravet, elaborado con 60% Samsó, 25% Garnacha y 15% Cabernet Sauvignon, y 12 meses en barricas francesas nuevas y de 1 año. Un vino de color cereza picota intenso, con complejos aromas de frutos rojos, aromas tostados de la barrica y taninos suaves, con buena acidez y largo en boca.
Capçanes Còmic