Travaglini Gattinara Vendemmia

Según la leyenda, las líneas curvas y retorcidas de su botella fueron diseñadas para facilitar el servicio del vino a un papa zurdo. Otra versión, mucho más práctica, avala que su forma se ideó para facilitar el decantado. Sea como fuere, por un motivo u otro, es imposible no reconocer en cualquier cava o despensa una de sus botellas. Travaglini Gattinara Vendemmia es ya todo un mito. Un clásico de los vinos italianos.

El padre de este tinto elaborado en la DOCG Gattinara fue Clemente Travaglini, quien en el año 1920 comenzó a producir vino a partir de sus propias uvas de la variedad nebbiolo cultivadas en Gattinara, en el Piamonte. La ciudad, que se encuentra al pie del Monte Rosa y resguardada por los Alpes, se protege de las corrientes frías, dejando que la uva -que crece en suelo volcánico-, madure al abrigo de las suaves brisas y de la niebla. Aquí las cepas viejas (entre 15 y 45 años) y que se sitúan a los 300-450 metros de altitud, dan unos rendimientos bajos, pero de una gran calidad.

Ahora, casi un siglo después y con la bodega en manos de Cinzi Travaglini (la bisnieta de Clemente y cuarta generación de la familia), las bodegas Travaglini continúan manteniendo la misma elaboración que ha garantizado la calidad de sus vinos. En el caso de Travaglini Gattinara Vendemmia la fermentación se produce en depósitos de acero inoxidable a temperaturas controladas. Quince días más tarde, Travaglini Gattinara Vendemmia se trasiega a barricas de roble de Eslavonia durante 30 meses. Por último, se remata con una crianza corta en botella durante unos meses.