Schieferkopf Riesling Baden

Desde siempre la riesling ha sido la variedad blanca de Alemania por excelencia. Por ello no es raro que cuando Michel Chapoutier y sus cuatro amigos -que buscaban nuevos terrenos para elaborar vinos- cayeron en Alemania (justo al otro lado del Rin), la riesling fuera una de las principales variedades que utilizaron en sus elaboraciones. Sin embargo Schieferkopf -que así es como se llamaba este proyecto- no utilizó cualquier riesling; si no que eligieron la crème de la crème, las mejores cepas de esta variedad que se localizan en Baden, al suroeste de Alemania.

Si hay una región que se esté beneficiando del cambio climático (si esto es posible) esa es Baden, una zona paralela al Rin, en la Selva Negra, con un clima soleado y cálido que la sitúan como una de las regiones vinícolas más cálidas de Europa donde sus parcelas o grand crus tienen una gran fama y reconocimiento. Desde allí llega Schieferkopf Riesling Baden.

En este terreno, que se sitúa a los 350 metros de altitud (lo que lo convierte en una de las ubicaciones más elevadas de la zona), la variedad más plantada es la riesling. Esto ocurre debido a la gran calidad y los buenos resultados que esta uva obtiene en esta zona gracias a su suelo granítico y su orientación sur (lo que hace que el sol incida en los viñedos durante todo el día con unas 1.800 horas de luz al año). Gracias a esto, y a su clima semi continental -con veranos soleados y cálidos-, se consigue un buen grado de maduración de la uva. Para no comprometer esta calidad, la vendimia se realiza de forma manual.

Los racimos de Schieferkopf Riesling Baden, cultivados orgánicamente, llega a la bodega, donde se prensa directamente (sin despalillar), en una prensa neumática. Una vez obtenido el mosto de Schieferkopf Riesling Baden pasará un tiempo en frío con el objetivo de que las hierbas y sustancias amargas precipiten. Esto es lo que se conoce como desfangado, y es una operación que se realiza siempre antes de la fermentación, garantizando que las levaduras realicen su trabajo con un mosto bueno, en óptimas condiciones, sin sustancias ni cuerpos que amarguen el vino resultante. Schieferkopf Riesling Baden fermenta en depósitos de acero inoxidable a una temperatura controlada (entre los 16ºC y los 20ºC), asegurando con ello potenciar los aromas varietales de la riesling. El toque final no tiene secretos: un año de crianza, en estos mismos depósitos, sobre las levaduras muertas (llamadas también lías).