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San Román Garnacha 2019 es un tinto concentrado y potente. En nariz es floral y elegante, con notas a hierba seca, roble cremoso, frambuesa, fruta madura y toques balsámicos. En boca tiene carácter, y se mantienen los sabores a fruta madura, especias y taninos duros. Realizó fermentación maloláctica.
Cuando Mariano García llegó a la D.O. Toro, casi no quedaban viñedos de garnacha. Corría el año 1997 y en aquel momento, cuando Mariano - que ya se encontraba al frente de bodegas Mauro-, intentaba iniciar en esta denominación bodegas San Román (su segundo proyecto), los viticultores arrancaban las cepas de esta variedad que tradicionalmente se mezclaba con otras variedades. Incluso en algunos lugares la garnacha llegó a ser conocida como La Tapada, ya que la tendencia general se inclinaba a ocultarla y que no apareciera reflejada en las etiquetas de las botellas. Afortunadamente -¡gracias a Dios!- los viticultores han sabido trabajar esta uva y sacarle partido, produciendo excelentes monovarietales que incluso han llegado a forzar algunas legislaciones. Ese es el caso de la última reforma realizada en el pliego de la D.O. Toro donde los monovarietales de garnacha han quedado amparados bajo el paraguas de la denominación (siempre y cuando en su elaboración se haya utilizado el 85% de esta variedad). Los primeros en responder al cambio han sido bodega San Román con su tinto San Román Garnacha.
San Román Garnacha ha sido toda una revelación; y así lo ha premiado la Guía Peñín. Siempre se dice que la suerte es importante, pero quizás lo más conveniente es estar en el lugar indicado en el momento indicado. Y así ha ocurrido con este tinto que viene a responder y acallar las peticiones y ruegos de los amantes de la garnacha. Esto no sería posible sin las visión que Mariano tuvo en su momento cuando, en vez de dejarse llevar por la inercia de la mayoría, acertó al guardar y conservar 2 hectáreas de garnacha que a día de hoy se han ampliado hasta 15 (y que representa el 16% de esta variedad en toda la denominación). Actualmente la bodega cuenta con un total de 140 hectáreas repartidas entre San Román de Hornija, Villaester and Morales de Toro. En el caso de San Román Garnacha las uvas provienen exclsuivamente del Pago de los Almendros, una viña vieja (plantada en 1964) de 1,4 has localizada en el paraje de El Monte (en el minicipio de Villaester), a 710 metros de altitud. En esta zona los suelos son sueltos, pedregosos o arenosos, donde los subsuelos de arcilla permiten retener agua para que la cepa encuentre alivio durante los veranos cálidos y las épocas de sequía (con lluvia entre los 200 y 400 mm anuales). Estas parcelas se enmarcan dentro de un total de 130 hectáreas de viñedos ecológicos que se encuentran en plena conversión biodinámica.
La vendimia de San Román Garnacha es manual (tras una primera selección de racimos en el viñedo). Tras depositarlas en cajas de 15 kilogramos, los racimos pasan a una cámara frigorífica donde se enfrían y se preparan para pasar por una mesa de selección (donde se vuelve a escoger las mejores bayas). De ahí San Román Garnacha pasa por gravedad, directamente, a distintos depósitos donde los racimos enteros inician la fermentación espontánea con levaduras autóctonas, donde se realizarán suaves pisados manuales de los hollejos. Poco más que eso. Por último, San Román Garnacha pasa a las barricas de roble francés y americano de 500 litros (el 30% de ellas nuevas), donde tendrá una crianza de 20 meses, convirtiéndose en un vino deseado y esperado como agua caída del cielo. Tal y como ha descrito Javier Luengo (director editorial de Peñín): "una garnacha de altos vuelos".
San Román Garnacha 2019 es un tinto concentrado y potente. En nariz es floral y elegante, con notas a hierba seca, roble cremoso, frambuesa, fruta madura y toques balsámicos. En boca tiene carácter, y se mantienen los sabores a fruta madura, especias y taninos duros. Realizó fermentación maloláctica.