Roig Parals Camí de Cormes

Hace más de 100 años Joaquín, el bisabuelo de Santi Roig, como muchos otros habirantes de l'Empordà (Cataluña), cruzaba el “camí de Cormes”  para trabajar la viña a Rossellón (Francia). A su vuelta a casa, aprovechaba para traer brotes de cariñena y replantar la viña devastada por la filoxera. Años más tarde, cuando las cepas empezaron a dar sus primeros frutos, su abuelo Narcís Roig creó, con la ayuda de otros viticultores de la zona, la cooperativa de Mollet de Peralada. Con el tiempo, por culpa de la desproporcionada relación entre la oferta y demanda de la uva, se fue abandonando. Por suerte, la cuarta generación personificada en la figura de Santi Roig y su mujer Mariona Parals volvió a confiar en la cultura del vino en 2005 con la creación de su propio proyecto vitivinícola Roig Parals. Un sueño hecho realidad que nace del legado familiar y cuyo objetivo es mantener la esencia del lugar.

Toda esta herencia se refleja en Roig Parals Camí de Cormes, un monovarietal de cariñenas centenarias plantadas sobre suelos de arena, limo y arcilla a 50 m de altura y tocadas por el viento frío y turbulento de Tramuntana. Se practica una agricultura ecológica y la vendimia es manual en el momento óptimo de maduración. En bodega las uvas se despalillan y maceran en frío durante 24 horas. Después se inicia la fermentación durante 20 días a temperatura constante y, finalmente, el vino permanece durante 12 meses en barricas de roble francés.   

Bajo la D.O. Empordà (Cataluña), Roig Parals Camí de Cormes se nos presenta como un vino único, auténtico y original. Un homenaje a unas tierras trabajadas, devastadas y recuperadas de nuevo por las manos de la familia Roig.