Régnard Chablis Saint Pierre
Vino blanco Envejecido en acero inoxidable.
Joven |
|
Barrica | |
Ligero |
|
Cuerpo | |
Poco Aromático |
|
Muy aromático |
Sobre Régnard Chablis Saint Pierre
En la zona más septentrional de Borgoña (Francia), los vinos blancos de Chablis se merecen una mención especial. Entre sus bodegas más representativas, Régnard es una de las pocas que mantiene sus instalaciones en el centro histórico de la ciudad de Chablis, por lo que es considerada una de las más antiguas de la región. Fundada en 1860 por Zéphyr Régnard, esta casa presenta una gama completa y variada de vinos de calidad. Una fantástica diversidad que aún crece más cuando Barón Patrick de Laudocette se hace cargo de la propiedad. Y es que conocido por su famoso Pouilly Fumé de Laudocette, en el valle de Loira, su trabajo en Chablis es igualmente excepcional, perpetuando y mejorando el estilo y la tipicidad de los vinos de Régnard.
Entre su amplia gama, Régnard Chablis Saint Pierre se nos presenta como un ejemplo real del gran potencial que tienen los vinos blancos de la AOC Chablis. Elaborado a partir de cepas de chardonnay, la variedad por excelencia de la región y plantadas en suelo de kimmirdegiano (rocas carbonatadas del Jurásico Superior), se practica una agricultura tradicional con vendimia manual. En bodega, tras una minuciosa selección y despalillado, se prensa suavemente la uva y el mosto obtenido realiza la fermentación alcohólica y maloláctica en depósitos de acero inoxidable a temperatura regulada.
A partir de un trabajo artesanal de lo más profesional, Régnard Chablis Saint Pierre muestra el verdadero potencial de un terruño sin necesidad de maderas u otros artificios. Un vino lleno de frescor, mineralidad y delicadeza listo para perpetuar en el paladar.
2020 | Régnard Chablis Saint Pierre 2020 es un blanco perfilado. En nariz es dulce y maduro, con frutas tropicales y pomelo. En boca es graso y fresco, con una acidez suave. Notas frutales. |
|
2019 |
Régnard Chablis Saint Pierre 2019 es un vino blanco perfilado con aromas frescos de fruta blanca, notas de mantequilla y toques minerales. En boca presenta una magnífica estructura y un buen equilibrio entre fruta y acidez. Un vino redondo con un delicioso recorrido aterciopelado y un final refrescante y mineral. |