Nicolás Potel Borgoña Pinot Noir

Toda una ganga. Todo un vino que hay que aprovechar. Más que un chollo, Nicolás Potel Borgoña Pinot Noir es todo un vinazo que representa la oportunidad de probar toda una joya de la Borgoña (a un precio más que asequible). Mientras que el importe de otros vinos borgoñeses llegan a alcanzar hasta las tres cifras, Nicolás Potel Borgoña Pinot Noir se mantiene fiel a su filosofía: mostrar la identidad borgoñesa sin irse por las nubes.

Este planteamiento fue idea de Nicolas Portel, hijo del reconocido enólogo Gérard Portel quien a su muerte, en 1997, decidió establecer como négociant, mostrando y elaborando grandes vinos de esta provincia en el noreste de Francia. De hecho, si existe un territorio que todo amante del vino debe catar, ese es la Borgoña, tierra de los grandes tintos. Parte de esta importancia se encuentra en la singularidad y mezcla de sus suelos y microclimas (plasmadas en mas de 80 Appellation d'origine Contrôlée), que quedan ordenadas en los monopoles (grandes viñedos en manos de un sólo propietario) y en los climats (pequeños viñedos cultivados por varios viticultores). Esta última explotación, donde en ocasiones los vignerons tan sólo son propietarios de un par de hileras, es la más común, siendo necesario la unión de varios de ellos para conseguir grandes volúmenes de producción. Aquí es donde entra en juego el papel del négociant, personas que compran las uvas al vigneron y se limitaba a elaborarlo y comercializarlo.

Para ello —y a pesar de que desde 2009 esta empresa ya no pertence a Nicolás Portel— la calidad de la uva debe seguir siendo la mejor. Por ello, en el caso de Maison Nicolás Porter, el examen exhaustivo y la selección siguen siendo piezas fundamentales de la elaboración. Esta revisión se lleva a cabo en el propio campo, justo en el momento de la vendimia, donde se eligen tan sólo los mejores racimos. A su llegad a la bodega, todos ellos se despalillan, comenzando de esta manera una elaboración basada en la mínima intervención posible. Nicolás Potel Borgoña Pinot Noir se encuba en depósitos de acero inoxidable, donde realizará la fermentación alcohólica espontánea a partir de levaduras autóctonas. Este paso, donde no se añade ningún tipo de sustancia, es fundamental, ya que con ello se garantiza la identidad y expresión única del terroir. Pasado esto, Nicolás Potel Borgoña Pinot Noir pasa a las barricas de roble neutro, donde tendrá una crianza entre 5 y 6 meses. Por último, y a la hora de embotellarse, el vino se extraerá realizando un broquereau, una técnica que consiste en la elaboración de una apertura en el fondo de la barrica donde el vino saldrá con ayuda de la gravedad. Cualquier medida es poca para mantener en las mejores condiciones posibles a esta joya de los borgoñas.