MontRubí Serres Velles Carinyena

Por excelencia, la D.O. Penedès es tierra de blancos. Sin embargo, en este rincón catalán, ubicado entre la sierra catalana y el mar, las variedades tintas también tienen mucho que decir. Y si no, que le pregunten a Heretat Montrubí, una de las bodegas de la sierra donde mejor llevan a cabo este tipo de elaboración. En concreto, desde el año 2000, esta empresa se encuentra dentro del Proyecto Gaintus, una iniciativa que tiene como fin recuperar la sumoll, una uva autóctona de la zona en peligro de extinción y con la que un año más tarde elaboraron un tinto monovarietal (el primero del mundo). Desde entonces, estos vinos rojos han ido adquiriendo protagonismo en Heretat Montrubí, dispuntándole el lugar a los blancos (también maravillosos, por cierto). El monovarietal Heretat MontRubí Serres Velles Carinyena, es uno de esos vinos.

Heretat MontRubí se ubica en el pueblo de L’Avellà, en el Alto Penedés, en una finca de 100 hectáreas donde se combinan encinas, olivos, robles y viñedos. Estos últimos ocupan 40 hectáreas que se dividen en 35 parcelas, totalmente ecológicas (con certificado), donde desde hace décadas los propietarios se esfuerzan en mantener y conservar un gran patrimonio natural. Esto sólo se consigue con prácticas respetuosas, basadas en saberes ancestrales y tradicionales de la zona, donde la mayorías de las operaciones y trabajos se realiza de forma manual. Finalmente, las fermentaciones espontáneas, en depósitos de acero inoxidable y a partir de levaduras autóctonas, terminan de darle este toque de autenticidad a Heretat MontRubí Serres Velles Carinyena (que terminará reposando en barricas viejas de roble francés).

¡Viva Heretat MontRubí Serres Velles Carinyena! ¡Viva el regreso de los tintos catalanes!