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En el punto medio está la virtud. Y bien lo saben en la bodega Casa los Frailes, en el Vals dels Alforins (en la D.O. Valencia), donde han conseguido encontrar el equilibrio perfecto en Los Frailes Monastrell-Garnacha, un tinto donde ambas variedades -de perfiles muy diferentes- consiguen conjugarse excelentemente.
En lo que respecta a la monastrell, experiencia no falta en esta bodega donde tradicionalmente ha sido la variedad más trabajada. Desde su fundación en 1771, cuando un antepasado de la familia Vázquez compró la finca en subasta pública tras ser expropiada por Carlos III a los Jesuitas, la familia Velázquez la han trabajado con gran maestría. Ahora, le toca el turno a María José y Miguel Velázquez, 13ª generación que actualmente se encuentra al frente de esta empresa que tiene en propiedad 130 hectáreas de viñedos con una media de 25 años (el 70% de ellos plantados con monastrell en varias parcelas a 650 metros de altitud). Por su parte, la garnacha procede directa de la parcela La Casa de aperos. En este caso, la gran diferencia entre una y otra llega directamente del suelo: mientras que la monastrell crece en suelos de origen aluvial, profundos, limosos-arenosos; la garnacha llega directamente de suelos rubificados calcáreos, sensibles a la erosión, y muy ricos en hierro. Ambos viñedos están certificados ecológica y biodinámicamente desde el año 2019, siendo una de las bodegas españolas pioneras en llevar a cabo este tipo de cultivos.
Tras la correcta maduración de la uva, los racimos se vendimian manualmente por separado. En general, ambas variedades van a llevar caminos distintos durante la vinificación de Los Frailes Monastrell-Garnacha, donde el objetivo principal es la mínima intervención posible. De esta forma, cada uva llegará a la bodega por separado y serán despalilladas. Desde ahí, Los Frailes Monastrell-Garnacha pasa directamente a los depósitos de acero inoxidable donde fermenta a una temperatura controlada. Una vez convertido en vino, Los Frailes Monastrell-Garnacha macerará 14 días (en el caso de la garnacha) y 18 días (la monastrell). Una vez terminado los tiempos, cada una de las partidas tendrá un destino distinto: depósitos de hormigón para la monastrell y barricas francesas de 225 litros para la garnacha. En ambos recipientes, el tiempo de crianza no superarán los 5-6 meses de crianza. No obstante, la verdadera magia de Los Frailes Monastrell-Garnacha reside en el hecho que ha sido elaborado en los mismos lagares construidos por los jesuitas en el siglo XV y que aún hoy sigue siendo conservados.
Aunque este es el tiempo mínimo exigido por la bodega, Los Frailes Monastrell-Garnacha tiene aún mucha más vida por delante, ya que su gran capacidad de guarda lo coloca entre los 5 y los 10 años en las mejores condiciones posibles.
Los Frailes Monastrell-Garnacha 2019 es un tinto jugoso, sabroso y muy expresivo. En nariz es muy intenso y aromático, con notas afrutadas (ciruelas) y menta. En boca es suave y goloso, fresco y voluminoso, con taninos redondos.
D.O. Valencia
(Comunidad Valenciana)
D.O. Valencia
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(Comunidad Valenciana)
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