Han tenido un año difícil en la Sierra de Gredos pero con grandes resultados. Las inclemencias del tiempo se han dejado notar en una añada escasa de producción. En las noches de abril se produjeron heladas durante tres días seguidos que afectaron el inicio del ciclo vegetativo. Durante la floración, las incesantes lluvias provocaron una desarrollo irregular de la flor, perdiendo parte de la producción. Luego llegó la extrema sequía que ha durado hasta finales de año. Y para completar con las inclemencias del tiempo, el granizo hizo acto de presencia durante dos días, el 7 de julio y el 28 de agosto que afectaron en algunos parajes hasta con el 50% de pérdidas de producción. Referente a los resultados en los vinos, según Daniel Landi, ha sido un año de retos, tanto en la viña como en la bodega. Para poder interpretar una añada difícil han tenido que volver a darle la vuelta a la manera de elaborar, con unos resultados excelentes. Una escasa producción pero unos grandes vinos, livianos y finos. Como dice Dani “vinos que viajan hacia el norte alejándose del carácter mediterráneo de la añada”.
Esta parcela de Garnacha se sitúa cerca del pueblo de Cadalso de los Vidrios, mirando al norte y a una altitud de 900 metros sobre suelos de granito blanco. Normalmente los vinos de estos parajes suelen dar notas más afrutadas y menos florales, en esta añada no ha sorprendido las notas anaranjadas que le proporcionan al vino un frescor poco habitual. Una buena añada.
Muy fino en boca, buen cuerpo, correcta acidez. Taninos potentes que auguran un gran recorrido. Fruta roja, recuerdos minerales, especias, balsámicos.
Final largo y persistente.
Color rojo cereza con algún reflejo teja. Ribete violeta.
Nariz muy aromática y compleja. Fruta roja madura, balsámicos, canela, humo, cacao y suaves especiados que ayudan a unir todo el conjunto aromático.