La Furtiva Punt Verd

El joven viticultor Óscar Navas se encuentra inmerso en varios proyectos: comenzó trabajando en la bodega 4 Kilos, ahora tiene su propia bodega, ha trabajado en tiendas de vinos y también regente un bar. Pocas cosas con capaces de saciar su infinita necesidad de conocer nuevas cosas. Si todo esto fuera poco, siempre queda alguna forma de rizar el rizo. ¿Por qué no elaborar un tinto, en la D.O. Terra Alta, que repose bastante tiempo el botella? Así fue como nació La Furtiva Punt Verd.

A pesar de su suelos secos, y su clima mediterráneo con veranos calurosos, los vinos de la D.O. Terra Alta suelen tener un carácter afrutado que desaparece con las largas crianzas. Estos experimentos se llevan a cabo en Villalba dels Arcs, el pueblo de su abuela donde Óscar ha regresado buscando su propia historia. Su pasado hunde la raíces en viñedos antiguos que crecen en suelos arcillosos profundos, con algunos componentes calcáreos. Aquí, al sur de Cataluña -entre el Ebro y la frontera con Aragón-, los suelos son pobres en materia orgánica y que habitualmente se encuentran influenciados por el viento del Cierzo y la gabardinada.

Teniendo en cuenta estos factores Óscar Navas pretende que sus vinos sean simplemente un reflejo de todo esto, sin maquillajes ni artificios que lo modifiquen. “Lo esencial es buscar un estilo que dure generaciones”, asegura. Y en su caso, este estilo se basa en prensados directos, algunas maceraciones de 24 horas, fermentaciones con levaduras autóctonas y largas crianzas. En el caso de La Furtiva Punt Verd todo esto ocurre en depósitos de hormigón, enterrados en el suelo, donde el vino pasará un mes reposando.

Hay cosas que sólo se arreglan con el paso del tiempo. Otras incluso mejoran. No te pierdas La Furtiva Punt Verd. Nunca los meses y años le habían sentado tan bien a un tinto.