François Crochet Sancerre Rosé

De todos es conocido el dicho familiar “padre trabajador, hijo vividor, nieto mendigo”. Pero en este caso, la excepción confirma la regla. Porque si algo ha conseguido la tercera generación de viticultores de la familia Crochet es llevar a lo más alto el trabajo que inició su abuelo y afianzó su padre. Ubicado en la población de Bué, a pocos kilómetros al oeste de la ciudad de Sancerre, en el Loira (Francia), François Crochet ha convivido con la viña desde su tierna infancia. Todo un apego que le permitió tener claro que quería dedicarse a ella en cuerpo y alma. Tras formarse en el Liceo Vitícola de Beaune y practicar en varias bodegas de Francia y Nueva Zelanda, en 1998 vuelve a casa preparado para dar lo mejor de sí en la finca familiar. Algo que lo lleva a cabo realmente bien, porque sus sancerres de producción limitada y hechos a mano desaparecen así como aparecen en el mercado.

Ejemplo de este saber hacer se encuentra en François Crochet Sancerre Rosé, un vino rosado elaborado con la variedad pinot noir en unas parcelas con los terroirs más típicos de la AOC Sancerre. Un total de tres hectáreas y media de viña compuesta mayoritariamente de suelos calizos, arcilloso-calcáreas e incluso silíceos en el que se practica una agricultura ecológica y se adoptan métodos totalmente respetuosos con la salud de la cepa. En bodega la uva entera se prensa con suavidad y durante 3 semanas el mosto fermenta en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada. Después el 85% del vino envejece en inox y el 15% restante en barricas de roble viejas durante 6 meses.

Visto lo visto, la tercera generación Crochet sube con fuerza, con un talento innato y emprendedor que se muestra en François Crochet Sancerre Rosé. Un sancerre clásico con un estilo preciso y refinado y de lo más innovador.