Ferraton Crozes-Hermitage Calendes

La calenda era, en el calendario romano, el primer día de cada mes. Con el tiempo, por extensión, pasó a significar “tiempo” o “época” y de allí nació la máxima latina “ad calendas graecas”, con la que suele designarse irónicamente algo que no ha de cumplirse porque los griegos no tenían calendas. Célebre es la contestación que dio la reina Isabel de Inglaterra a Felipe II de España, cuando le pidió un favor: “tus órdenes serán cumplidas, buen Rey, en las calendas griegas”. Es decir, nunca. Sin embargo, cuando nos encontramos este vino bautizado con el nombre de Ferraton Crozes-Hermitage Calendes, para nada tiene que ver con el significado irónico de no cumplirse. Porque realmente cuando Michel Ferraton toma el relevo de su padre en la bodega histórica afincada en el corazón de Tain l’Hermitage y con la ayuda del prestigioso Michel Chapoutier se pasa a trabajar en biodinámico a ritmo de los ciclos lunares, ve su sueño cumplido. El de interpretar los distintos terruños para ofrecer una identidad propia.

Procedente de parcelas sedimentarias y graníticas, Ferraton Crozes-Hermitage Calendes es fruto de los tres grandes terruños de la denominación de Crozes-Hermitage, en el Ródano. Un monovarietal de syrah que se cultiva ecológicamente teniendo en cuenta preceptos biodinámicos. Una vez en bodega, la uva es despalillada y después fermenta en depósitos de hormigón. La extracción se lleva a cabo a través de pigeages y remontados y macera durante 20 días a temperatura controlada. Finalmente el vino realiza una crianza parcial en foudres demi-muid durante 8 meses.

Como resultado Ferraton Crozes-Hermitage Calendes es un vino con una relación calidad-precio impresionante firmada por una maison emblemática del Ródano y custodiado por una de las figuras biodinámicas más emblemáticas de Francia. Una combinación perfecta para ofrecer un homenaje al paso del tiempo, al que da sentido al auténtico trabajo del enólogo.