El Tribut de Scala Dei

De todos es sabido que en los años 80 un grupo de ‘hippies’, los reconocidos René Barbier, Carles Pastrana, Josep Lluis Pérez, Daphne Glorian y Álvaro Pérez,  llegaron al olvidado Priorat para resucitarlo y hacer grandes vinos. Se trata de una historia de un éxito irrepetible que ha marcado la zona para siempre. Sin embargo, mucho antes, en 1973 Cellers Scala Dei fue la primera bodega que se dedicó a la venta de vinos embotellados y la fundadora de la DOQ Priorat. Heredera directa de la tradición de los monjes cartujos que se establecieron en la cartuja de Santa María de Escaladei en el siglo XII e introducieron el cultivo de la vid en la zona, en la actualidad se trata de una bodega renovada por el Grupo Codorníu en cuyos vinos se muestran la recuperación de los orígenes.

Lo cierto es que los antiguos escritos encontrados en la mítica cartuja, confirman que los monjes tenían un muy buen control del cultivo de la viña y la elaboración del vino. Conocían los terrenos más apropiados para cada variedad, aplicaban estudios enológicos e, incluso, seguían estrategias comerciales para vender su vino. Basándose en esta tradición milenaria, en los nuevos vinos Scala Dei su enólogo Ricard Rofes recupera los orígenes, vinificando con raspón, utilizando grandes recipientes para la crianza y consiguiendo vinos más frescos que potencian los aromas frutales y el terruño. Así se demuestra en El Tribut de Scala Dei, un vino tinto elaborado con las variedades garnacha tinta, cabernet sauvignon y syrah procedente de cepas de 15-30 años y plantadas en los característicos suelos de pizarra "llicorella" del Priorat. La vinificación se realiza en depósitos abiertos de 7000 kg, haciendo grupos de racimos homogéneamente maduros y fermentando con levaduras autóctonas. El tiempo de contacto de las pieles con el mosto puede oscilar entre 12 y 16 días y finalmente, el vino permanece durante unos meses en depósitos de inoxidable hasta el embotellado.

Como su propio nombre indica, El Tribut de Scala Dei (El Tributo de Scala Dei), es un tributo a las tierras prioratinas. Una mirada al pasado en que destaca la frescura, la fruta y la sencillez que tan famosas han hecho a esta mítica región vitivinícola de Cataluña.