Cloudburst Cabernet Sauvignon

En 2004 el estadounidense Will Berliner y su mujer Alison Jobson compraron un terreno de cien hectáreas en Wilyabrup, una subregión de Margaret River, en Australia Occidental. En principio no iban buscando nada concreto. Simplemente, querían encontrar un lugar que les hablase, que les transmitiera algo y con el que pudieran conectar. Esto lo encontró en un pequeño rincón cerca del Parque Nacional Leeuwin-Naturaliste, donde los expertos de la zona le recomendaron plantar viñedos. En su caso, que durante años había dirigido una empresa de material para acampar, no tenía ni idea del mundo del vino. Pero finalmente decidió seguir los consejos y cambiar la plantación inicial de aguacates que tenía en mente por las uvas.

De esta forma, casi por azar, es como nació Cloudburst una de las bodegas más sonadas y comentadas de Australia. En gran parte, esta fama le llega por el precio de tres cifras de sus botellas, considerado por muchos “desorbitados”. Sin embargo, para Will Berliner, este es un aspecto secundario: “Mi objetivo desde el principio fue hacer el vino más excepcional posible. Nunca se trató de la escala ni del dinero, por lo que Cloudburst está impulsado por consideraciones muy diferentes a las de mis vecinos. Nadie en ningún lugar hace lo que hacemos. No conozco a nadie que llegue hasta el extremo que nosotros en el cuidado de este lugar”, declaró Berliner en una entrevista.

Y efectivamente así lo cumple día a día en su pequeño viñedo, apenas de media hectárea, donde sobre el suelo rocoso y arenoso de Wilyabrup cultiva malbec, chardonnay y cabernet sauvignon. En concreto, esta última variedad, es una de las que más ha contribuido a la reputación de esta zona, conocida mundialmente por el aspecto elegante y mineral de sus tintos. Asimismo, hay que tener en cuenta que Margaret River es una de las pocas zonas del mundo que quedan libres de filoxera. Esto supone que los viñedos, sin temor a este pulgón, crecen sobre sus propias raíces (sin ningún tipo de injerto). Igualmente, para Will Berliner también es muy importante el suelo, concebido como un elemento vivo, lleno de vida microbiana, que no se debe perturbar de ninguna manera (eso conlleva no labrarlo). Tampoco se riega ni se utilizan elementos químicos.

Esta mínima intervencíón se mantiene también durante la elaboración, dejando que Cloudburst Cabernet Sauvignon se exprese completamente. La vendimia se realiza de forma manual, ayudándose de pequeñas cajas, con el fin de preservar el estado de los racimos. Estos deben llegar hasta la bodega en las mejores condiciones posibles, donde será molturado y prensados directamente en la bota, donde Cloudburst Cabernet Sauvignon realizará tanto la fermentación como la crianza. Para Will Berliner el secreto está en mover y molestar al vino lo menos posible.

A comienzo de su andadura, allá por el 2005, Will Berliner afirmó que a pesar del precio al que vende sus vinos no ganaba para cubrir costes. Su detallismo y meticulosidad a la hora de cuidar el viñedo disparan los gastos. No obstante, Will Berliner ya se siente más que pagado con su satisfacción. Al fin y al cabo en esta vida todo no es cuestión de dinero.