Château Pesquié Terrasses Blanc

El Mont Ventoux, uno de los puertos más míticos del Tour de Francia, se puede divisar desde muchos puntos de la Provenza tanto por su color blanco, por la composición calcárea del monte, como por su enorme altura, de casi 2000 metros. Un auténtico paisaje desértico fruto de los vientos infernales que soporta, tal y como su propio nombre sugiere (ventoux significa 'ventoso' en francés), que lo hacen uno de los puertos más temidos por el pelotón. Pero aunque se trata de uno de los protagonistas de la carrera más importante y con más prestigio del ciclismo mundial, por sus condiciones es también la responsable de la elaboración de unos vinos con estilo propio bajo la AOC Ventoux. Terroirs únicos que disfrutan de un  microclima muy fresco y que proporcionan vinos muy afrutados que se caracterizan por un hábil equilibrio entre frescura y elegancia. Una de las bodegas que más han trabajado para conseguir la reputación de estos vinos del sur del Valle del Ródano es, sin duda, Château Pesquié. Una empresa vitivinícola familiar que durante tres generaciones ha sabido aprovechar las subidas y bajadas que ofrecen las colinas y valles de la comarca del Ventoux con la construcción de terrazas. De ahí el nombre de su vino blanco más preciado, Château Pesquié Terrasses Blanc.

Con 100 hectáreas de viñedos en las hábiles manos de Fred y Alex Chaudière, actuales propietarios de Château Pesquié, crean cuidadosamente diferentes cuvées para capturar la esencia de la región. En el caso de Château Pesquié Terrasses Blanc procede de una selección de uvas viognier, roussanne, clairette y garnacha blanca plantadas sobre suelo calcáreo pobre en nutrientes con una altitud de aproximadamente 350 metros. En el viñedo solo se utilizan tratamientos orgánicos y compost y el control de malezas se realiza removiendo el suelo. A causa de un microclima más fresco que los viñedos cerca del Ródano, la maduración es más lenta y prolongada y, una vez alcanzado el punto óptimo, la vendimia se realiza manualmente. En bodega, las uvas se someten a una corta maceración a baja temperatura y la fermentación se realiza durante 15 días en depósitos de acero inoxidable con levaduras autóctonas. Después, el vino permanece sobre lías y no se somete a fermentación maloláctica para mantener su frescura.

De un buen terruño, unas viñas viejas y un cultivo ecológico, nace Château Pesquié Terrasses Blanc. Un vino blanco fresco, ligero y etéreo que representa lo mejor del "gigante de la Provenza".