Château Lagrange

De las siete sub-regiones que tiene el Médoc, AOC Saint-Julien es reconocida por la gran cantidad de castillos que producen vinos impresionantes año tras año. Es el caso de Château Lagrange, un dominio histórico que se identifica por la impresionante torre toscana que domina la finca y que simboliza la vida y la cultura que ha ido pasando por la propiedad.

Nombrada en la época romana "Villa Rustica", en la Edad Media se convirtió en "La Grangia". Aquí los templarios la convirtieron en lugar de culto y plantaron las primeras vides. En el S.XVI pasó a ser propiedad del noble Lagrange Monteil, responsable de su actual nombre. Pero no es hasta el siglo XVIII que se empieza a elaborar vino, primero de la mano de la familia Branne y después con Jean Valère Cabarrus, responsable de la construcción en 1820 de la famosa torre toscana. Sin embargo, durante muchos años, Château Lagrange fue percibido como un castillo de St Julien cansado y de bajo rendimiento que no era digno de su estatus de 3ème Cru Classé. En 1983 las cosas cambian. El dominio es adquirido por el grupo Japonés Suntory y, gracias a una importante inversión, en poco tiempo Lagrange pasa a convertirse en una finca vitivinícola modelo de Burdeos digna de admirar.

Es a partir de este gran esfuerzo de los nuevos propietarios que Château Lagrange recupera su orgullo y posición. Un vino que procede de viñas de cabernet sauvignon, merlot y petit verdot plantadas en increíbles suelos de grava, arena y arcilla que disfrutan de un alto contenido de hierro. El trabajo en el viñedo es respetuoso y minucioso y en bodega la vinificación se realiza por parcelas. Una vez la fermentación se completa, el vino pasa por una crianza de 21 meses en barrica de roble francés. Como resultado se consigue un vino poderoso, digno de las grandes creaciones de Saint-Julien.