Cero Zinfandel

En toda buena reunión que se precia siempre existe un brindis. Y siempre, siempre, siempre - da igual donde sea, con quién sea o con motivo de qué - hay alguien que no bebe alcohol y que detiene el momento: “Espera, espera, que yo solo tengo agua… ¡Y eso trae mala suerte!”. Esto no ocurriría si sobre la mesa, o a mano, hubiera una botella de Cero Zinfandel, un monovarietal vegano y sin alcohol elaborado en California.

En el tema de brindar sin alcohol nadie quiere tentar al destino. Sobre el origen de este mal fario existen varias teorías. La primera señala directamente a los griegos quienes creían que los difuntos al morir bebían de las aguas del río Lete (que significa olvido) dejando atrás su vida pasada. La segunda apunta directamente a la Edad Media, donde el agua potable era escasa, por lo que era muy habitual que al beber cualquier otra cosa que no fuera vino o cerveza la salud estuviera en riesgo. La última hace referencia a los zares rusos. Al parecer, en las cenas imperiales, el destino del homenajeado dependía del contenido de la copa que el zar alzaba en su honor: si contenía vino, el homenajeado era aplaudido; si contenía agua era sinónimo de estar condenado y sentenciado.

Tal y como su nombre indica, Cero Zinfandel está elaborado con la zinfandel, variedad tinta más cultivada en California, que produce grandes racimos compactos, de uva negra y piel muy fina. Muy vulnerable al mildiu o a la podredumbre, esta uva crece en el estado del oeste de EE. UU donde son famosas las nieblas de advección. Estas surgen cuando en verano la Corriente marina Fría de California (que proviene desde Alaska paralela al litoral), entra en contacto con el aire cálido y húmedo del Pacífico en verano. Este aire caliente asciende y se desliza sobre el aire frío, provocando un vapor de agua y una niebla muy espesa que protagoniza la mayoría de las instantáneas que se toman del Golden Gate de San Francisco. A pesar de ello, la zinfandel es una variedad dura, que se adapta a diferentes climas y tipos de suelo. Su maduración se realiza de forma desigual, siendo necesario realizar la vendimia de forma manual, seleccionando solo las bayas en mejor estado.

El proceso de elaboración de Cero Zinfandel se realiza muy suave, mediante un método de destilación al vacío a baja presión y a 30 °C. Gracias a ello, el vino no pierde calidad y tampoco se añade ningún tipo de azúcar o edulcorante. La mejor opción para todos los supersticiosos que prefieren no tentar a la suerte en los brindis.