Variedades autóctonas y minoritarias
Os presentamos una selección formada por vinos elaborados con variedades autóctonas pero minoritarias de la península ibérica. Han sido variedades denostadas durante mucho tiempo e incluso replantadas en los años 90 por variedades mejorantes venidas de Francia, como Merlot Cabernet etc. En los últimos años el auge de encontrar vinos diferentes, identitarios y de calidad, han dado paso a volver a recuperar este tipo de variedades.
Caiño Tinto: Es una uva procedente de Galicia, en Ribeiro ha sido una uva bastante utilizada para elaborar vinos tintos, pero en Rias Baixas su cultivo fue disminuyendo debido al fuerte potencial de los vinos blancos de la zona. Los vinos obtenidos con esta variedad son complejos aromáticamente y con una marcada acidez en boca que se hace más palpable en las zonas más costeras de las Rias Baixas.
Como representación os presentamos un vino de la zona del Salnés elaborado por Rodrigo Méndez, aposto por este tipo de variedad que estaba en declive hace ya más de diez años. Hoy en día es uno de los grandes tintos españoles, complejo, ligero y salino.
Rufete: Es la variedad mayoritaria de la sierra de Salamanca. Una zona y variedad muy poco conocida, pero que últimamente está teniendo su notoriedad debido a los vinos finos que se están obteniendo con esta variedad.
Este vino lo elaboran Mandrágora vinos, unas grandes conocedores de los vino finos del mundo. Búsqueda de viñedos en diferentes suelos de la sierra de Francia y vinificaciones clásicas de zonas como la Borgoña se complementan para elaborar este vino.
Sumoll: antes de la Filoxera esta variedad estuvo muy presente en el territorio catalán pero de manera más destacada en la zona del Penedes. Después de haber sufrido la plaga los viticultores comenzaron a plantar variedades blancas para elaborar espumosos. En los últimos años los jóvenes viñadores han comenzado a elaborar vinos con esta variedad, controlando las maduraciones y maceraciones para elaborar vinos fluidos.
Pardas es uno de las bodegas que aposto por esta variedad y unos de los mejores elaboradores. Este Sus Scrofa es el vino que lo elabora en cemento para que nada interfiera en los aromas. Un buen vino para ver el potencial del Sumoll.
Trepat: la uva autóctona de la Conca de Barbera. Esta variedad se ha utilizado para elaborar vino rosados y espumosos en la zona, así ha sido por el poco color y graduación que se puede obtener con esta variedad. Debido a la creciente demanda de vinos con poco color y alcohol esta uva está siendo recuperada y utilizada para vinos tintos.
Josep Foraster ha sido una de las bodegas que aposto en el 2011 por este tipo de vinos. Bajaron los rendimientos por hectárea y lo vinificaron como un tinto. Como resultado tenemos este magnífico vino.
Maturana tinta: Esta variedad ha sido rescatada de unas viñas que estaban localizadas en Navarrete en el año 1990. Uno de los que comenzo a recuperar esta variedad fue Juan Carlos Sacha un profesor de la universidad de enología de Logroño. Se suelen obtener vinos con bastante color y una vertiente algo más especiada y vegetal.
Este vino es el fruto de la investigación y reproducción de estas cepas que se localizaron en Navarrete.
Tintilla de Rota: con esta uva se elaboraban vinos tintos en la zona de Cádiz desde el siglo XIX. Recientes trabajos de ADN han demostrado que genéticamente es igual a la variedad Graciano, pero tanto por clima como por los años plantados tiene su propia singularidad. Antiguamente la utilizaban para elaborar vinos dulces pero hoy en día se están elaborando vinos secos, jóvenes o con algo de crianza en barrica.
Este vino de Willy Pérez es un intermedio entre conservar el carácter afrutado y especiado de la variedad y conseguir algo más de complejidad vinificando de diferentes formas. El viñedo esta plantado en el famoso pago de Balbaína en Sanlucar de Barrameda sobre suelos de Albariza. Un vino que demuestra el gran potencial de esta variedad.