La resurrección de la Garnacha
A partir de enero, vamos a incorporar a nuestro blog artículos centrados en las variedades que habitan en nuestros viñedos. Empezaremos con una de las más plantadas en España y, hoy en día, una de las más versátiles, la Garnacha.
Originaria de Aragón y expandida por la Corona de Aragón desde el Ebro hasta el Ródano, se ha proclamado como una de las variedades reina del clima mediterráneo. Desde su origen ha mutado y se ha convertido en Peluda, Tintorera y hasta en su forma albina, la Garnacha Gris y Blanca.
En los tiempos modernos del vino en España hemos vivido dos momentos respecto a la variedad. El primero de ellos en los años 80s, donde la uva Tempranillo y otras foráneas desbancaron a la Garnacha y a otras variedades autóctonas minoritarias. Durante esa década, los vinos producidos con esta uva eran toscos, maderizados, dulces y estandarizados (basados en vinos modernos producidos fuera de Europa) y, sobre todo, no se identificaban con el territorio. En consecuencia, las hectáreas de cultivo fueron decreciendo.
En 1989, una generación viajada por el mundo vitivinícola aterrizo en los vertiginosos “costers” de pizarra del Priorato, y allí empezó la revaloración de la variedad. Álvaro Palacios, Rene Barbier – Clos Mogador y Daphne Glorian- Clos Erasmus y Jose Luis Peréz – Clos Martinet junto al lugareño Carles Pastrana – Clos del Obac, iniciaron la recuperación de los viñedos de la zona, entre ellos los de Garnacha. Aplicaron todo el saber hacer que habían adquirido en las grandes zonas vitivinícolas europeas como Burdeos, Borgoña y el Ródano. El Priorato se convirtió en una especie de laboratorio del que fueron naciendo grandes vinos, entre ellos, L’Ermita de Álvaro Palacios, el mayor exponente en cuanto a monovarietal de Garnacha elaborado en el Priorato.
En otro lugar de la geografía española, en la sierra de Gredos (sistema central), habían viñedos viejos de Garnacha olvidados. Telmo Rodríguez, viticultor con un gran bagaje, comenzó en 1999 a vinificar las Garnachas de la zona. Más tarde, se le unió un batallón de jóvenes viñadores, Comando G, Marañones, Bernabeleva etc.., viajados por las zonas vitivinícolas más importantes, descubrieron el potencial de la zona. Al igual que sucedió en el Priorat en los 80s, empezaron a experimentar con la variedad hasta conseguir el estilo predominante de hoy en día. Vinos producidos a partir de la Garnacha con una finura reconocida en el ámbito internacional.
Debido a la atención mediática mundial que han generado estas dos regiones, otras zonas han revivido, como Rioja -sobre todo la parte Baja, con más influencia mediterránea, Palacios Remondo, Costumbres-, Navarra -donde la Garnacha era antiguamente la variedad principal de la zona y tan bien la interpreta hoy Viña Zorzal-, y como no, la tierra de origen de la variedad, Aragón -donde el Escocés Volante y Bodegas Frontonio han vuelto a elaborar unos vinos como la Garnacha se merece, excelentes-.