Grandes pioneros del vino: Louis Pasteur
“El vino es la más sana e higiénica de las bebidas. Alimenta, cura y alegra la vida”. Y no lo dijo cualquiera, lo afirmó Louis Pasteur, a quien se le considera el padre de la microbiología. Este científico francés dejó una huella imborrable también en el mundo de la enología.
¿Sabes por qué? Aquí te lo explicamos.
La historia de la enología y la elaboración del vino están intrínsecamente ligadas a figuras visionarias que han dejado una huella imborrable. Uno de esos grandes pioneros es Louis Pasteur, un científico francés del siglo XIX cuyo legado va más allá de la microbiología y la medicina. Pasteur no solo contribuyó significativamente a la comprensión de las enfermedades y la prevención de infecciones, sino que también dejó una marca indeleble en el mundo del vino.
En el siglo XIX, cuando Pasteur comenzó sus investigaciones, la fermentación del vino era un misterio. Los viticultores se enfrentaban a grandes desafíos debido a una fermentación descontrolada y a las alteraciones que experimentaba el vino durante su almacenamiento. Se sabía que el zumo de uva se transformaba en vino, pero se desconocía cómo y por qué.
Pasteur irrumpió en la escena científica gracias a sus profundos conocimientos en microbiología e introdujo un cambio de paradigma con su teoría revolucionaria al demostrar que la fermentación alcohólica era llevada a cabo por microorganismos, principalmente levaduras, ayudando a entender con sus estudios los secretos detrás del arte de hacer vino.
A Louis Pasteur se le considera el creador de la enología moderna. No solamente descubrió el origen del proceso de fermentación de las uvas, sino que contribuyó a mejorar el envejecimiento y conservación del vino.
Pasteur demostró que las levaduras convierten los azúcares en alcohol y otros subproductos, una revelación que transformó la forma en que entendemos y controlamos la fermentación en la elaboración de vino. Su teoría por fin ofreció una explicación científica a un proceso que anteriormente se consideraba más mágico que analítico.
Nacido en Dole, una ciudad del departamento de Jura, (Borgoña), Pasteur poseía grandes conocimientos vinícolas y estaba interesado por todo lo concerniente a la viña y el vino.
Aunque Louis Pasteur no se consideraba a sí mismo un enólogo, su influencia en la industria vinícola es innegable. Sus descubrimientos y técnicas revolucionaron la elaboración del vino, proporcionando a los productores las herramientas necesarias para controlar y mejorar la calidad del producto final.
Pasteur propuso calentar el vino a 55 grados, durante un corto tiempo, y después sellar los recipientes que lo contenían, con el objetivo de eliminar las bacterias que ocasionan su rápido deterioro.
Este procedimiento, de gran ayuda para preservar la conservación y calidad del vino, primero escandalizó a los viticultores, pero, la efectividad del resultado llamó la atención también de los cerveceros, quienes recurrieron a Pasteur para solicitar una ayuda similar con su producto.
Louis Pasteur no solo salvó vidas con sus descubrimientos en microbiología y medicina; su trabajo en enología y viticultura ha sentado las bases para la moderna producción de vino, combinando la tradición con la ciencia.
Cada botella de vino que descorchamos hoy, lleva consigo la influencia de este visionario científico francés, cuyas investigaciones transformaron la forma en que entendemos, elaboramos y disfrutamos del vino.