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Grandes pioneros del vino: la Viuda de Clicquot

¿Alguna vez te has preguntado cómo una joven viuda logró transformar una pequeña casa de champagne en una de las marcas más prestigiosas y reconocidas a nivel mundial? Prepárate para conocer la inspiradora historia de Barbe-Nicole Ponsardin, la visionaria mujer detrás de Veuve Clicquot.

El comienzo de una leyenda

Barbe-Nicole Ponsardin nació en 1777 en Reims, Francia, en el seno de una familia adinerada. En 1798, se casó con François Clicquot, heredero de una casa de champagne. Sin embargo, su matrimonio fue breve; en 1805, François falleció repentinamente, dejando a Barbe-Nicole, de tan solo 27 años, viuda, con una hija de tres años y a cargo del negocio familiar.

Lejos de rendirse ante las adversidades, Barbe-Nicole tomó las riendas de la empresa, que su suegro estuvo a punto de vender, con una determinación férrea, convirtiéndose en la primera mujer en hacerse cargo de una casa de champagne. Su visión y pasión por el champagne la llevaron a desafiar las convenciones de la época y a revolucionar la industria de este espumoso.

Innovaciones que marcaron la diferencia

Barbe-Nicole, ahora conocida como la Viuda de Clicquot, no tardó en dejar su huella en el mundo del champagne. Una de sus contribuciones más notables fue la invención del método de "remuage" o removido, un proceso que contribuye a clarificar el champagne y eliminar los sedimentos. Antes de este descubrimiento, el champagne solía ser turbio, pero gracias a su ingenio, pudo presentar un espumoso brillante y claro que conquistó los paladares más exigentes.

Además, fue pionera en la exportación de champagne a mercados internacionales, desafiando bloqueos y guerras para llevar su producto. La audacia de la Viuda de Clicquot consiguió evadir el bloqueo inglés y enviar embajadores de su marca por toda Europa. 

Fue la primera en exportar champagne a Rusia, tras la caída de Napoleón I, adelantándose a sus competidores y consiguiendo el éxito de su famosa bebida espumosa en la corte del zar Alejandro I, donde se convirtió en un favorito de la corte imperial. Su valentía y habilidades empresariales no solo expandieron la marca, sino que también establecieron a Veuve Clicquot como un sinónimo de calidad y lujo.

La etiqueta amarilla fue parte de su visión de establecer a Veuve Clicquot como una marca de renombre mundial.

Se dice que fue creada para distinguir el champagne seco de Veuve Clicquot de otros champagnes más dulces, que eran más habituales en la época. La elección del color no fue arbitraria. Se cree que pudo ser un guiño al color de las casas de San Petersburgo, en Rusia, donde intentaba introducir sus champagnes; la elección pudo ser también porque el amarillo ayuda a captar la atención y siempre ha sido relacionado con el optimismo y la alegría, el lujo y la sofisticación. 

Desde 1877, la famosa “étiquette jaune” o “yellow label” lleva el color oficial de la maison de champagne (jaune clicquot), y sigue siendo un elemento distintivo de Veuve Clicquot en todo el mundo.

A la Viuda de Clicquot le debemos también la creación del champagne rosado, un deleite que entra por la vista y se multiplica con delicadeza, intensidad y frescura a través de todos nuestros sentidos. La Viuda de Clicquot experimentó con diferentes técnicas de vinificación para obtener un color rosado más intenso y estable en el champagne.

Gracias a madame Ponsardin surgieron también los primeros champagnes de añada.

El legado de una pionera

El impacto de la Viuda de Clicquot en la industria del vino y el champagne es incalculable. No solo transformó una pequeña casa de champagne en una potencia global, sino que también sentó las bases para muchas de las prácticas modernas en la elaboración del champagne. Su historia es un testimonio de perseverancia, innovación y excelencia; gracias a sus grandes contribuciones se ganó el merecido sobrenombre de “La Grande Dame de la Champagne”, cuyo lema era "Una sola calidad, la mejor".

Hoy, Veuve Clicquot sigue siendo un referente en el mundo del champagne, honrando el legado de una mujer que, contra todo pronóstico, cambió el curso de la historia vinícola. Cada botella de Veuve Clicquot no solo contiene un exquisito champagne, sino también la inspiradora historia de Barbe-Nicole Ponsardin, la Viuda de Clicquot.