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Blog de vino
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Grandes pioneros del vino: Dom Pérignon

Bienvenidos a un viaje apasionante a través de las páginas de la historia del vino, donde exploraremos las vidas y legados de aquellos pioneros y pioneras que transformaron el mundo de la enología y cuyo amor por el vino y la innovación los elevó a estatus legendario. 

Hoy hablaremos de Dom Pérignon, una figura icónica fundamental dentro de la historia del champagne.

¡Comenzamos!

Dom Pierre Pérignon fue un monje benedictino que nació en Francia en el año 1638. En 1668, fue nombrado procurador de la abadía de Saint-Pierre de Hautvillers, ubicada en el departamento de Marne (Champagne).

Se dice que la abadía fue fundada en el año 650 a partir de una profecía de San Nivardo, Arzobispo de Reims, quien paseaba cerca del lugar, pero al que el vuelo misterioso de una paloma lo guio hasta uno de los parajes más hermosos de la región de Champagne, donde reconoció la voluntad divina de Dios y decidió fundar la abadía de Hautvillers, donde todo comenzó.

Aunque a Dom Pierre Pérignon se le considera el padre del champagne, pues se le atribuye ser el descubridor del método champenoise, como se le conoce al proceso de elaboración de este famoso vino espumoso, se dice que esto es solo una leyenda, que el procedimiento ya existía y que Dom Pérignon solo lo mejoró.

Lo que es cierto es que Dom Pérignon se destacó por sus esfuerzos en mejorar las técnicas de vinificación y la calidad del vino en la Champagne, tan esa así, que creó un documento llamado "El arte de tratar bien la viña y el vino de Champagne", donde redactó once normas destinadas a mejorar las vinificaciones, que suponían una auténtica revolución, y que resultaron ser tan efectivas que siglos después siguen vigentes, como podar la viña para procurar un rendimiento limitado, vendimiar con la mayor precaución y, de preferencia, en frío (muy temprano o de madrugada). 

Fue el precursor de las “mesas de selección”, pues una de sus once normas afirmaba que se tenían que rechazar las uvas en mal estado. También decía que la primera prensada debía hacerse con los pies.

En resumen, Dom Pérignon desempeñó un papel crucial en la mejora de la calidad y el prestigio del vino de Champagne, contribuyendo al desarrollo de los métodos de vinificación y estableciendo estándares elevados para la elaboración del champagne

Como homenaje al afán perfeccionista de este monje benedictino, la Maison Moët Chandon, actual propietaria de la abadía de Saint-Pierre de Hautvillers, utiliza el nombre de Dom Pérignon para designar a los champagnes más exclusivos, elaborados únicamente en añadas excelentes.

Como anécdota final, se cuenta que cuando Dom Pierre Pérignon probó por primera vez ese nuevo vino burbujeante, estaba tan sorprendido que dijo: "¡Venid rápido, estoy bebiendo estrellas!" 

No sabemos si es verdad, pero, sin duda, es la expresión perfecta para definir de una manera hermosa y poética la inolvidable experiencia de disfrutar de un buen champagne.

Aquí te dejamos un ejemplo, por si quieres descubrir a qué saben las estrellas.

Dom Pérignon Vintage 2013

Esta añada es producto de una brotación tardía y de un verano cálido, seco y muy soleado. Presenta una gran armonía entre las variedades pinot noir y chardonnay.  Equilibrio perfecto entre redondez y acidez donde aparece un elegante buqué cítrico, vegetal y especiado. 

Aromas de ciruelas y albaricoques, toques de azahar, menta o eucalipto y matices minerales y tostados, de regaliz y cardamomo. Un champagne que se desliza en boca con elegancia y precisión y deja a su paso una exquisita y sutil salinidad.