Descubriendo a Meritxell Falgueras, comunicadora y sommelier
Al igual que la exitosa serie de HBO “Sex and the city” que rompió esquemas en la década de los noventa, Meritxell Falgueras abarca el mundo vino con una mirada femenina, moderna y sin tapujos. Quinta generación de una de las vinotecas con más historia de Barcelona, el Celler de Gelida, sommelier, periodista y hablante de cinco idiomas, su nombre se relaciona directamente con la comunicación, las redes sociales y el mundo editorial desde hace ya muchos años. Y es que si hay alguien que ha sabido ensalzar la cultura del vino al estilo más cosmopolita, esa es sin duda Meritxell Falgueras. Todo un lujo poder entrevistarla.
- Ya de muy pequeña te movías como pez en el agua en la tienda de vinos de tu familia. Sin duda, llevas el vino en la sangre. Sin embargo, ¿recuerdas tu primer contacto con el vino?
Es que el vino siempre ha sido parte de mi familia porque toda mi familia estaba trabajando, hasta mi abuela y yo estaba en la tienda haciendo los deberes. ¡Así que ya siendo pequeña sabía que magnum era una botella de un litro y medio y no un helado!
- No solo te has encargado de continuar el legado Falgueras. Además, te has reinventado combinando letras y vino en tu trabajo. ¿Crees que estamos faltos de comunicación en el mundo del vino?
El legado de la tienda lo lleva mi hermano con el que me llevo estupendamente y trabajamos muy bien juntos, pero a mí lo que me pone es la comunicación y sí, estamos sedientos de información comunicada con una sonrisa.
- Con cinco libros a cuestas, siendo el último tu primer libro de ficción: 'Cátame’, tus propuestas siempre son frescas, desinhibidas y actuales. ¿Piensas que detrás de una botella, siempre se esconde una buena historia?
Sí, cada vez que vaciamos una botella de vino, la llenamos de sentimientos.
- El concepto “Wine Lover” se ha puesto de moda en los últimos tiempos. Exactamente, ¿cuál es su significado? ¿Quién se puede considerar un auténtico “Wine Lover”?
El amante o aficionado del vino es muy fan del enoturismo, de los menús maridados, de catar diferentes variedades o zonas y entiende que el vino es más que un estilo de vida, es cultura.
- En tu podcast “#ConVinoConTodo” hablas del vino como un estilo de vida. Prácticas, catas, retos, consejos que nos acercan a nuestro mundo de forma divertida y desenfadada. ¿Hemos roto por fin con el estereotipo de que el vino es para los entendidos? O, por el contrario, ¿todavía nos queda mucho camino por recorrer?
El vino es como el arte (o directamente es un arte) y se ha de vivir de manera personal.
- Muy activa en twitter, en facebook e instagram y en tu blog, tus redes sociales están al orden del día. ¿Qué opinas sobre la nueva ola de "influencers del vino" que utilizan las redes sociales para hacer difusión? ¿Crees que sirve para acercar la cultura del vino a las nuevas generaciones o estamos pecando de banalizar el tema?
Todo lo que sea difundir el consumo moderado del vino me parece que siempre suma.
- Aunque cada día hay más presencia femenina, el mundo del vino todavía es machista. Nos podrías dar alguna referencia en el mundo del vino que te haya inspirado a seguir adelante en un mundo de hombres.
Yo de pequeña quería ser María Isabel Mijares. Después me inspiró mucho la fuerza de Sara Pérez y su manera de vivir la maternidad.
- Gran activista de los derechos de la mujer, eres una de las impulsoras de “Mujeres del vino”. ¿En qué consiste esta plataforma? ¿Qué propuestas tenéis pensadas para las próximas ediciones?
Gracias a que mi gran amiga Anne Josphine Cannan la fundadora de “mujeres del vino” me ayudó a resurgir de la depresión post parto, pidiéndome que la ayudara en la comunicación. Somos un colectivo que nos ayudamos las unas a las otras y que intentamos hacer siempre más visible, convirtiendo a las mujeres que trabajan en las bodegas en protagonistas.
- Está claro que los vinos no entienden de género, ya que un buen vino gusta por igual a un hombre que a una mujer. Sin embargo, aún continua el mito de que los vinos blancos, ligeros o dulces son los favoritos de las mujeres. ¿Cómo podemos acabar con este paradigma?
No! Qué va! A muchas mujeres les encanta un buen Priorat! Por esa regla de tres también habría vinos para LGTBI! ¡El vino siempre ha sido de género fluído!
- En tu libro, "Qué beber cuando no bebes" sugieres una amplia variedad de bebidas sin alcohol. ¿Qué fue lo que despertó tu interés, sobre todo siendo sommelier, en las personas que, ya sea por decisión propia o por otras circunstancias, son abstemias? ¿Crees que deberíamos pensar más en ellos?
Sí, totalmente, sobre todo para enseñar a beber a los más jóvenes y a todos a degustar la vida, también sin alcohol. Porque puedes tener una bebida gastronómica 0,0.
- Siendo madre, comunicadora, sommelier a “full time” ¿Cómo te lo haces para llegar a todo? En tu opinión, ¿la conciliación es un sueño o una realidad?
La conciliación en mi caso es gracias a mis padres y mis amigos. Sí, es muy frustrante no poder llegar a todo al nivel que te gustaría, pero tengo muy claro que no quiero renunciar a mi carrera ni a mi ansiada maternidad.
- Muchos son los sommeliers que han cruzado la línea y se han atrevido a elaborar su propio vino ¿Te ves pasándote al otro lado?
Ya he sido bodeguera en Toscana y no me gusta estar ligada a un proyecto prefiero estar en pro a la cultura del vino en general. Aunque pienso dar la cara por vinos benéficos.
Cada vino tiene su momento. Pero, ¿podrías compartir con nosotros alguna referencia que te haya marcado recientemente?
Esta semana he hecho una cata en la Roca Village sobre diferentes tipos de burbujas: que si cava brut, que si Corpinnat rosado, que si Champagne Grand Cru… Lo que más me gusta de mi profesión es esa conexión con la praxis griega en la que nunca dejas de aprender sensorialmente!