Promoción captación España

Envío gratis y sacacorchos de regalo primeros pedidos +69€ con el cupón BIENVENIDA

Blog de vino
No te pierdas nuestros artículos sobre el mundo del vino. Bodegas, elaboraciones, zonas vinícolas, maridajes, entrevistas con los mejores profesionales del panorama vinícola… Todas las novedades sobre el mundo del vino.

¿De qué hablamos cuando hablamos de cuerpo en un vino?

El mundo del vino es complejo y fascinante y, cuando estamos comenzando a explorarlo, puede ser difícil entender algunos de los términos utilizados por los más experimentados. Uno de ellos es "cuerpo del vino". A continuación te explicaremos de qué hablamos cuando hablamos de cuerpo en un vino y cómo influye en la experiencia de cata.

Imagina que agua y aceite no tienen ni color ni sabor, ¿cómo podrías distinguirlos?

Esta es una manera extrema de ejemplificar qué es el cuerpo del vino. Hay algunos que, al beberlos, corren ligeros desde la boca hacia la garganta, como un torrente de agua. Otros son más densos y se toman con calma su trayecto, impregnándonos de su sabor y dejando a su paso cierto postgusto y textura. Estos vinos son como el aceite, tienen más cuerpo que el agua.

En términos generales, el cuerpo del vino se refiere a la sensación de peso o textura que el vino tiene en la boca. Esto puede variar desde un vino que se siente ligero y etéreo hasta uno que es denso y pesado. El cuerpo del vino está determinado por varios factores, como el tipo de uva utilizada, el clima en el que se cultivaron las uvas y cómo se elaboró el vino.

Los vinos ligeros tienen un cuerpo más delgado y una textura más suave y recorren con agilidad la boca y la garganta. 

Los vinos de cuerpo medio tienen un volumen que se encuentra entre los vinos ligeros y los completos. 

Finalmente, los vinos de cuerpo completo tienen un recorrido más denso y persistente y una textura más pesada. 

¿Cuáles son los factores que influyen en el cuerpo de un vino?

Clima

Aunque no es determinante, el clima tiene relación con el cuerpo de un vino, pues generalmente los vinos que nacen en climas cálidos suelen presentar más volumen que los vinos de climas fríos. Un clima cálido favorece a la rápida maduración de las uvas y genera más azúcar que durante la fermentación se transformará en una mayor cantidad de alcohol, factores que analizaremos por separado a continuación.

Azúcar

A mayor cantidad de azúcar residual, mayor cuerpo en un vino. Piensa en cómo es la miel. Aunque es un ejemplo extremo, nos ayuda a entender el efecto del azúcar en el líquido. Si bien no llegan a ser tan densos como la miel, sí que podemos darnos cuenta de que, entre más dulce sea un vino, más cuerpo tendrá.

Alcohol

Un factor muy importante para determinar el cuerpo del vino es la cantidad de alcohol que posee. Seguro has escuchado hablar de las famosas lágrimas o piernas del vino. Si haces girar una moderada cantidad de vino en tu copa y detienes el movimiento, verás como resbala por las paredes del cristal. Cuanto más lento es este recorrido, más cuerpo tendrá el vino que tienes en la copa. Esta misma untuosidad es la que puedes sentir en la boca luego de probarlo.

Taninos

La manera en la que se elabora un vino también influye en su cuerpo. Los taninos se encuentran tanto en la piel y semillas de la uva, como en la madera de las barricas. Los vinos que suelen mantener más contacto con sus hollejos o que cuentan con crianzas más largas suelen tener más cuerpo que aquellos vinos jóvenes con poco o nulo contacto con las pieles. Por ello, los vinos tintos con crianza suelen ser más corpulentos que los blancos, aunque también podemos encontrar interesantes ejemplos de vinos con cuerpo en aquellos blancos criados en barrica o en los orange wines, que se elaboran gracias al contacto prolongado del mosto con sus pieles, por lo que contienen una mayor cantidad de taninos.

Y ya que hablamos de maneras de elaboración, aquellos vinos que, aunque no son criados en barrica, se mantienen en contacto con sus levaduras, también suelen ser vinos que adquieren volumen gracias a la autólisis de las lías, que es el proceso de descomposición de las levaduras al morir que, gracias a técnicas como el battonage contribuyen a aportar intensidad y volumen, sobre todo a los vinos blancos.

Es importante destacar que, aunque un vino sea de cuerpo ligero, no significa que carezca de sabor, personalidad o carácter. En ello intervienen las variedades de uvas que lo componen y, como hemos visto, la manera de elaboración y la cantidad de alcohol o azúcar residual.

El cuerpo del vino también puede afectar cómo se marida con los alimentos. Generalmente, los vinos con menos cuerpo se suelen maridar con platos más ligeros, mientras que los vinos más densos se suelen maridar con platos de mayor intensidad.

En conclusión, el cuerpo del vino se refiere a la textura y a la sensación de peso que el vino tiene en la boca, puede influir en la experiencia de degustación y debe ser considerado al maridar con los alimentos. Esperamos que esta información te sea útil para entender mejor este término y puedas disfrutar aún más de la degustación de vinos y, si al principio no lo tienes muy claro, no olvides que en Decántalo puedes encontrar esa información en la ficha de cada uno de tus vinos favoritos. Ahora solo te queda practicar.