Conociendo a Bertrand Sourdais, el vigneron de Soria
Amigo de sus amigos, Bertrand Sourdais es un viticultor de pura cepa de origen francés que ha echado raíces en España. Con más de 24 años trabajando en la zona menos conocida de la Ribera del Duero, desde su llegada en 1999, supo ver rápidamente el inmenso potencial de la región. Principalmente, encontró en las viñas viejas intactas de Soria una auténtica joya. En 2011 crea Dominio de Es con el concepto francés de Domaine y una segunda bodega, Antídoto, para demostrar que una Ribera Soriana más fluida, alegre y divertida también existe. Pero por si eso no fuera poco, también es el responsable de los vinos que salen de su bodega familiar Domaine de Pallus en el Loira (Francia) y de los de Galia, bodega soriana que recientemente ha adquirido de su amigo, el vigneron Jerôme Bougnaud. En definitiva, un total de cuatro propiedades que salen de las mismas manos, pero cada uno con una personalidad propia. Todo un placer poder compartir una copa de vino con él.
1- Con nada menos que cuatro generaciones de viticultores a tus espaldas, te desenvuelves en la viña como pez en el agua. ¿Cuál es tu primer recuerdo de vino de tu infancia en la granja de tus padres en el Loira?
Cuando era pequeño, en la bodega, mi padre me hacía llenar las botellas, pero cuando me pasaba de nivel, le daba un sorbo para nivelarlo. Me acuerdo de que un día me pilló mi padre por tener los morros manchados de vino.
2- Creciendo en un entorno tan campestre, parece que tu rumbo estaba marcado desde muy joven. Pero, ¿qué fue lo que realmente te enganchó y te hizo tener claro que querías dedicarte a la viticultura?
En Burdeos descubrí la magia de los viñedos. Hasta entonces yo me movía por el Loira como en casa. Pero una vez salí de ahí, sin referencias, solo, en Burdeos, se me abre un mundo que me enamora y me doy cuenta de que esto es lo que quiero hacer realmente.
3- En tu formación enológica, has pasado por míticas bodegas como Clos Rougeard en el Loira, Mouton Rothschild, Château Léoville Las Cases, Alvaro Palacios o Château Nénin en Burdeos. ¿Qué te llevó a cruzar los Pirineos?
En Burdeos conozco a Ricardo Pérez Palacios, "Titín" para los amigos, y me invita a las fiestas de su pueblo en Alfaro (La Rioja). Era el año 1996. Hasta entonces yo desconocía el viñedo de la península.
4- En 1999, te plantaste en Soria, una provincia que no disfrutaba del mismo prestigio que las vecinas Valladolid y Burgos. ¿Por qué apostaste por la zona menos valorada de la Ribera del Duero?
Cuando llegué a Soria, desconocía qué zonas tenían más o menos prestigio. No sabía nada de la región. Así que no podía tener ninguna idea preconcebida del lugar. En ese momento me cautivó la altura, el frío y las viñas viejas de pie franco. Valores que todavía mantengo.
5- En Soria inicias Dominio de Atauta, un proyecto que sorprende por ir a contracorriente de lo que se había hecho hasta entonces en Ribera del Duero. ¿En qué irrumpisteis? ¿Qué te llevas de esa etapa?
A título personal, es una etapa de aprendizaje en el que descubro y aprendo sobre el suelo, el clima y la viña. Un aprendizaje de la zona. A nivel global fue un proyecto cuyo engranaje fluyó muy rápido. Si vas a contracorriente es fácil que se fijen en ti. Primero, por elaborar unos vinos más frescos y equilibrados de los que se hacían hasta entonces en esta zona y, segundo, por tener una muy buena red de distribución. Dos componentes que nos hizo subir como la espuma.
6- Alguna vez has dicho que para hacer un buen vino se necesita "idea y gesto", es decir, un concepto claro y un savoir-faire. ¿Crees que en el mundo del vino es difícil mantener tus ideales para llegar a tu fin?
Es muy difícil porque constantemente estamos bombardeados de nuevas tendencias, modas e influencias. Lo peor de todo es tener ideas preconcebidas que te pueden hacer frenar y tomar un camino equivocado. Pero es que, además, en nuestro oficio solo tenemos una oportunidad al año para elaborar un vino. No podemos fallar y cuesta arriesgar.
7- Después de trabajar durante diez años en Atauta, te lanzas a la piscina con tu nuevo proyecto, Dominio de Es. En un momento que puedes decir la tuya ¿crees que se refleja la influencia vitivinícola de tu bodega familiar en Chinon en vinos como La Mata, La Diva o Viñas Viejas de Soria?
Sí que refleja la influencia porque seguimos la misma estructura que en Francia. Vinos elaborados por parcelas y coupage con los mejores crus del pueblo.
8- Las viñas que cultivas, las trabajas a partir de la parcelación, un concepto borgoñón que muchas veces choca con números y rentabilidad. ¿Piensas que el futuro de Ribera del Duero pasa por la diversificación de suelos?
No creo que sea la solución. Cada día son más las personas que quieren saber más de vino y cuando llegan a Borgoña se hacen un lío. No hay nadie que sea capaz de conocer todas las parcelas que existen. Imagínate intentar hacer lo mismo en las 30.000 hectáreas de la Ribera del Duero. En mi opinión, un primer paso sería organizar las zonas por provincias (como se hace en Rioja). De esta manera el público lo puede entender y saber donde está en el mapa. Creo que sería una muy buena opción para afinar la estructura. Una clasificación suave que se asimile bien y sin intimidar. Igualmente, yo soy de la opinión que en un vino el factor humano cuenta el 50% o más. Un mismo terroir, no tiene el mismo resultado, con uno u otro vigneron ¿Cómo lo reflejas esto en una clasificación?
9- Tu segundo proyecto, también en Ribera del Duero, es Antídoto. ¿El nombre "Antídoto" es para contrarrestar lo que no te gusta del mundo del vino?
Cuando salgo de Dominio de Atauta no estoy en mi mejor momento y empezar con mi propio proyecto que me sirve como remedio a mi mal estar. ¡Todo un antídoto!
10- Con tu vino de entrada, Antídoto, presentas una nueva Ribera del Duero más divertida. Con La Hormiga, un auténtico vino de pago y con Le Rosé y Roselito, das voz a los rosados de la zona. En una palabra, ¿nos podrías definir qué te aporta cada uno de ellos?
A los cuatro vinos los definiría con la palabra “Actualización”. En realidad hemos hecho un reset del increíble patrimonio histórico que hay en Soria. Unas viñas viejas que las hemos sabido interpretar con los nuevos tiempos.
11- En Domaine de Pallus, la bodega familiar que tienes en Chinon, tu trabajo revela, sobre todo, el encanto y el carácter histórico del cabernet franc. ¿Qué tiene la Ribera en común con el Loira para que te encuentres como en casa?
Si algo tienen en común Loira y Ribera del Duero es que las dos reflejan la influencia y la importancia del río en el desarrollo de la viticultura y la producción de vino.
12- Y no hay tres sin cuatro. Ahora te has embarcado en una nueva iniciativa, asumiendo la gerencia de Galia, una bodega de Castilla y León que destaca por sus viñedos viejos a lo largo del Duero. ¿Qué remarcarías del estilo de los vinos de esta bodega?
Recorriendo viñas viejas de Soria, si algo hay que remarcar del estilo de los vinos de este proyecto, es su aire anarquista. Es decir, al no estar dentro de la denominación y con un trabajo menos intervencionista, se trata de vinos más libres. Por un lado, Las Aldeas de Galia es un vino de pueblo en el que hemos hecho una interpretación libre. Por el otro, Galia Clos Santuy, su hermano mayor, al tratarse de un Cru, muestra unas características precisas que le dan una identidad propia. Eso sí, los dos vinos 100% de viñedo soriano.
13- Nuestros padres eran fieles a una marca, hoy nadie se casa con ninguna. ¿Qué busca el público de hoy en día? ¿Crees que las nuevas generaciones lo tienen difícil para saber y disfrutar de la cultura del vino?
Si es verdad que cada individuo es único, si generalizamos, las nuevas generaciones van en busca del descubrimiento. Cada botella es un viaje, y la copa te traslada al lugar de origen. Después, cuando ya eres más adulto, lo que buscas es la calidad. Sabes más de vino y sabes reconocer cuando un vino es bueno, te asientas más y viajas menos.
14- Como buen vigneron, seguro que te apasionan el buen vino, la buena comida y la buena compañía. Pero en el día a día, entre estoicismo (autodisciplina) y epicureísmo (hedonismo), ¿cuál de las dos filosofías es mejor para afrontar el mundo del vino moderno?
Si algo tiene de bueno nuestro oficio es que no existen límites. Cada uno hace lo que quiere. Tener libertad es una suerte y no hay que casarse con ningún estilo. Si te gusta innovar, puedes experimentar. Si por el contrario, te gusta ser tradicionalista, puedes seguir la manera de hacer de siempre. Para gustos, colores…
15- Por último, ¿nos podrías sugerir algún vino que te haya conquistado últimamente?
Hay muchos… Lo cierto es que me he quedado gratamente sorprendido con Les Pensées de Pallus 2019. Me siento orgulloso y creo que esta añada está muy lograda. Un vino que también me ha conquistado es Giuseppe Mascarello Monprivato Gran Reserva 2015, un barolo muy abierto que por primera vez he visto tan claro este gran terroir, un Rayas 2012 y un Trotanoy 2012, tomados hace poco tiempo, ¡Bua!¡Qué ricos!