¿Cómo se hace el Brandy de Jerez?
¿Alguna vez te has preguntado cómo se crea esa exquisita bebida conocida como Brandy de Jerez? Acompáñanos en este viaje para descubrir los secretos detrás de su elaboración, que involucra una cuidadosa combinación de tradición, calidad y sabor incomparable.
Generalmente, se dice que un brandy es un destilado que se elabora a partir de uva o cualquier otra fruta (manzanas, peras, cerezas…) que adopta un nombre distinto de acuerdo al producto final y lugar de elaboración (cognac, grappa, pisco, armagnac…) y donde cada ingrediente aporta su particular carácter y personalidad a la bebida.
Hoy te hablaremos sobre uno de los nombres propios del brandy que, con su calidad y personalidad, ha conquistado paladares de todo el mundo: El Brandy de Jerez.
El proceso de elaboración del Brandy de Jerez comienza con la selección de los vinos de las variedades blancas, airén y palomino, tradicionales en la zona de Jerez. Aproximadamente se necesitan tres litros de vino para obtener un litro de brandy.
Es importante destacar que solo se utilizan vinos sanos, limpios y equilibrados que pasarán por un proceso de destilación, ya sea en columna o bien en alambiques de cobre denominados alquitaras, para obtener el aguardiente que se convertirá en Brandy de Jerez.
Cada destilación se divide en tres partes, según su pureza: las cabezas, los corazones y las colas, siendo la parte central (corazón) la de mejor calidad.
El corazón de la destilación es la parte que se selecciona para añejar y convertirse en brandy, mientras que el resto (cabezas y colas) se desecha. Por ello, cada botella de Brandy de Jerez se dice que contiene “el espíritu del vino”.
Lo que distingue al Brandy de Jerez de otros brandis son sus características organolépticas únicas, que son el resultado del tradicional sistema de elaboración, las características de los recipientes de madera en los que envejece y, por supuesto, las propias condiciones climáticas de la región del Marco de Jerez.
Una parte esencial del proceso de envejecimiento del Brandy de Jerez ocurre en barricas de roble americano o botas, previamente envinadas con algunos de los tradicionales vinos de Jerez (oloroso, amontillado, Pedro Ximénez… ).
Estas botas, con una capacidad de 500 litros, aportan su característico sabor y aroma al brandy durante el proceso de envejecimiento, que se efectúa bajo el sistema de criaderas y soleras, que implica el paso progresivo de los aguardientes entre distintas escalas de envejecimiento; un proceso fundamental clave para añadir complejidad, suavidad y una personalidad única al brandy final.
Dependiendo del tiempo de envejecimiento, se distinguen tres clases de Brandy de Jerez, desde el joven y afrutado Brandy de Jerez Solera, con un envejecimiento mínimo de seis meses; el fragante y aterciopelado Brandy de Jerez Solera Reserva, con al menos un año de envejecimiento y el refinado y complejo Brandy de Jerez Solera Gran Reserva, el de mayor añejamiento, con un promedio mínimo de tres años, que es lo que exige la normativa, aunque es habitual encontrar brandis que superan sobradamente este añejamiento mínimo.
En resumen, el Brandy de Jerez es una obra maestra que combina el arte, la armonía y la tradición de la región, dando como resultado una bebida única e inimitable que deleita los sentidos y celebra la rica herencia vinícola de Jerez.