5 historias de grandes bodegas de champagne que deberías conocer
¿A quién no le brillan los ojos delante de una copa de champagne?
Independientemente de las diversas calidades que existen de este producto, champagne es siempre sinónimo de glamour y elegancia, pero también es un conjunto de anécdotas y de historia. Hoy haremos un recorrido por 5 bodegas que han contribuido a incrementar la legendaria fama mundial de este espumoso francés.
Moët & Chandon
“En la victoria mereces beber champagne; ¡en la derrota lo necesitas!”.
Napoleón Bonaparte.
Moët & Chandon es quizá la marca de champagne más conocida a nivel mundial. Cuenta con el viñedo más extenso y con una de las bodegas más grandes de la región. En su entrada hay una escultura de Dom Pérignon, el famoso monje benedictino que, según cuenta la historia, exclamó ¡Estoy bebiendo estrellas! cuando por primera vez probó lo que posteriormente sería conocido como champagne.
Las instalaciones de esta maison cuentan con un laberinto de 28 km de túneles que están excavados debajo de la avenida de Champagne, en Épernay, en plenos suelos calcáreos tan característicos de la zona.
¿Sabías que Napoleón Bonaparte fue el primer visitante de las cavas de Moët & Chandon? Fue en el año 1807.
En este 2019 la bodega celebra 150 años de vida. La saga Moët nació en 1869, cuando decidieron elaborar su champagne “Brut Imperial” como homenaje a la relación establecida en 1801 entre Napoleón Bonaparte y Jean-Remy Moët, nieto del fundador de la maison.
Taittinger
“Deme Taittinger blanc de blancs… No es muy conocido, pero es el mejor champagne del mundo…”
James Bond, en “Casino Royale” (1951) de Ian Fleming
Cuentan que Teobaldo IV “el Trovador”, quien fuera rey de Navarra y conde de Champaña y Brie, estaba enamorado de Blanca de Castilla, que era la reina consorte y que fue la madre del rey Luis IX de Francia.
Teobaldo, para demostrar su lealtad al rey, marchó a la cruzada en 1239 pero cuando volvió de Oriente venía con dos tesoros: una rosa de Damasco y una vid de un cepaje desconocido y posiblemente antecesor de la variedad Chardonnay. Fue en ese momento cuando se comenzó a escribir la historia de Taittinger y su simbiosis con los Condes de Champaña quienes dieron su nombre al cuvée más prestigioso de la maison, con la autorización del último descendiente de los Condes, y cuya antigua residencia pertenece desde 1932 a la Casa Taittinger.
Es el sello con la imagen del trobador el que rodea el cuello de cada una de las botellas de esta mítica bodega.
La maison está ubicada en las criptas de la antigua Abadía de Saint Nicaise, en Reims, a 18 metros de profundidad, y forma parte de “Coteaux, Maisons et Caves de Champagne” inscritas en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO.
Veuve Clicquot
Quizá el nombre de Barbe-Nicole Ponsardin no te suene para nada, pero fue la primera mujer que dirigió una maison de Champagne. ¿Y si te dijéramos que ella es la famosa Veuve (viuda) Clicquot?
La viuda Clicquot, también conocida como “La gran dama del Champagne”, era una mujer audaz e inteligente, una mujer valiente que asumía riesgos y que, con tan solo 27 años, se hizo cargo del negocio de vinos de su esposo cuando éste falleció y no sólo evitó la quiebra de la empresa sino que inclusive fue capaz de innovar para mejorar. A ella se le atribuye el invento de “las mesas de removido”, los inconfundibles pupitres que aún en la actualidad se continúan utilizando para situar los sedimentos del espumoso en el cuello de la botella para posteriormente extraerlos con mayor facilidad, lo que convirtió al champagne en una bebida cristalina.
Actualmente el champagne de la famosa etiqueta amarilla es todo un referente de calidad a nivel mundial. Veuve Clicquot dispone de 395 hectáreas de viñedos de clasificación excepcional y unas espectaculares bodegas de guarda excavadas en la roca caliza, en las colinas de Saint Nicaise, en Reims, que cuentan con alrededor de 24 km de túneles (los crayones de Reims) clasificados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Pommery
Madame Louise Pommery fue la artífice del éxito de Pommery Champagne. “La señora de las Rosas” como también era conocida, se hizo cargo de la empresa en 1860, cuando su esposo falleció, y es considerada una de las figuras imprescindibles para la historia del champagne.
La Maison Pommery fue una de las pioneras en utilizar la red de crayères o crayones de Reims, una red de túneles subterráneos excavados en la piedra caliza tan característica de la Champaña para almacenar y envejecer el vino en un lugar fresco, oscuro y a una temperatura constante. La bodega Pommery Champagne cuenta con 120 crayones que conectan 18 km de galerías y a los que se accede a través de una preciosa escalera de 116 escalones. Es la maison donde el Champagne se convierte en arte pues sus galerías están además decoradas con inmensos bajorelieves esculpidos directamente sobre la suave tiza de los crayères por el artista Gustave Navlet.
Otra de las aportaciones de Madame Pommery fue la creación del champagne Brut.
En aquel entonces predominaba el gusto dulce o semidulce en los espumosos y fue Madame Pommery quien decidió introducir en el mercado un nuevo estilo: el champagne seco. Fue así como nació el Pommery Nature 1874, convirtiéndose instantáneamente en un clásico que inspiró a muchos imitadores.
El Domaine Vranken-Pommery está en una preciosa finca de estilo Isabelino, a unos pasos de la Catedral de Reims.
Bollinger
Renaudin-Bollinger & Cie fue fundada en Aÿ, en 1829. En 1941 Elisabeth Law de Lauriston Bourber, mejor conocida como Lily Bollinger, se hizo cargo del negocio después de la muerte de su esposo, Jacques Bollinger.
Lily Bollinger no tuvo hijos. Llevaba una vida tranquila de paseos en bicicleta a través de los viñedos en la Champaña hasta que tuvo que saltar al mundo empresarial, dominado por hombres. Lily amplió la producción mediante la compra de más viñedos y convirtió a Bollinger en la gran maison del Champagne que es hoy.
Era una mujer encantadora y, durante sus numerosas visitas al extranjero, su gracia natural cautivaba allá donde fuera. También era una excelente estratega y una empresaria intrépida. Fue la precursora del famoso Cuvée R. D. (Récemment Dégorgé) de Bollinger, un champagne de larga crianza que sale al mercado justo después de su degüelle.
Bollinger es sinónimo de elegancia y, si bien es cierto que Taittinger es el champagne favorito de James Bond en las novelas de Ian Fleming, Bollinger ha utilizado este famoso espía inglés como sistema de marketing donde aparece como el espumoso preferido del Agente 007. Tan es así que para celebrar el 50 aniversario del debut cinematográfico de James Bond, la maison lanzó una edición limitada, el Bollinger 002 para 007 (La Grande Année 2002, la añada más excepcional de esa década y la única que podría satisfacer los estándares de calidad exigidos por Bond).
Si después de este paseo por algunas de las casas más famosas y míticas de la Champaña aún no tienes claro cuándo descorchar una botella de champagne, haz caso a la sabiduría de Lily Bollinger quien pensaba lo siguiente:
«Lo bebo cuando estoy feliz y cuando estoy triste. A veces lo bebo cuando estoy sola. Cuando estoy acompañada lo considero obligatorio. Como con él si no tengo hambre y lo bebo cuando sí la tengo. En cualquier otro caso no lo bebo, a menos que tenga sed.»
Más sencillo, ¡imposible! :)