Azul y Garanza Naturaleza Salvaje Blanco

Según cuenta la leyenda, Robin Hood robaba el dinero de los ricos para dárselo a los pobres. Junto con el rey Arturo es una de las grandes historias medievales del folclore inglés. Y aunque se le conoce como el "Príncipe de los Ladrones", para nada es el único que se puede enorgullecer de ese título. A lo largo de la historia han existido numerosos bandoleros y forajidos que se han refugiado en lugares remotos para evadir a los cuerpos de seguridad. Desde bosques densos hasta montañas escarpadas, desiertos y cuevas, estos escondites ofrecían refugio y anonimato a aquellos que vivían al margen de la ley. Las Bardenas Reales, un paisaje único, inhóspito y fascinante de aspecto desértico en el sur de Navarra (España), era un lugar idóneo para servir de escondite a muchos malhechores y delincuentes de la zona que eran perseguidos por la justicia. El más famoso de todos fue Sancho de Rota, alias "Salchicorrota". Así como este “Robin Hood bardenero” del S.XV se adentraba en la naturaleza salvaje en busca de refugio y libertad, el proyecto Naturaleza Salvaje de Azul y Garanza se inspira en esa misma naturaleza para elaborar unos vinos auténticos promovidos por la biodiversidad y la mínima intervención.

Desde su centro de operaciones en la antigua cooperativa del pueblo de Carcastillo (Navarra), los integrantes de la bodega, María, Fer y Dani, nos presentan Azul y Garanza Naturaleza Salvaje Blanco. Un orange wine que proviene de viñas de garnacha blanca de una media de 40 años de edad sobre suelo arcilloso-calcáreo muy pobre y árido y a una altitud de 550 metros de altitud. El clima desértico de las Bardenas Reales, con gran contraste de temperatura entre el día y la noche, favorece que se produzcan uvas de alta concentración y un equilibrio perfecto y, en todo momento, se lleva a cabo una agricultura regenerativa con intención de aumentar la biodiversidad de forma lógica y natural. Tras una vendimia manual, la uva previamente seleccionada fermenta de forma espontánea con 5 días en contacto con los hollejos. Después, el vino cría en ánfora durante 6 meses antes de embotellar.

Así como la verdadera grandeza de un bandolero se encuentra viviendo en plena libertad, Azul y Garanza abraza este mismo espíritu en su Naturaleza Salvaje Blanco. Con un compromiso inquebrantable con la autenticidad y la pureza, este vino refleja la esencia más genuina del terroir de las Bardenas Reales. Pruébalo y nos cuentas...