Astobiza Rosé

“Nunca es tarde si la dicha es buena”, ese refrán español le va que ni pintado a Xabier Abando. Constructor de profesión, a sus 65 años de edad hace realidad el sueño de su padre de elaborar sus propios vinos. Un anhelo que pasó de padre a hijo y que bajo el nombre Astobiza, en honor a las montañas cercanas a la finca, en Okondo, en el País Vasco (España), ha consolidado el proyecto como un gran referente del txakolí. Un vino que, con su distintivo carácter chispeante y su frescura inigualable, se ha ganado un lugar especial en el corazón de los amantes del vino de todo el mundo y Astobiza ha contribuido a ello.

Teniendo un control absoluto de la elaboración de txakolí blanco, el proyecto da un paso más atreviéndose a probar con el primer txakolí rosado del mundo. Para ello, se utilizan uvas de las variedades hondarrabi zuri y hondarrabi beltza procedentes de cepas de entre 1996 y 2004 años plantadas sobre suelos de rocas calizas y textura arcillosa, a una altitud de 250 metros sobre el nivel del mar. Una vez se vendimia a mano en cajas pequeñas, se traslada a la bodega y allí pasa por una segunda selección en mesa, despalillado y maceración en frío previa al prensado. La fermentación se lleva a cabo a temperatura controlada y, finalmente, se embotella después de estabilizarse y microfiltrarse.

Al atreverse a innovar con un txakolí rosado, Astobiza está escribiendo un nuevo capítulo en la historia del txakolí. Astobiza Rosé, el hermano rosa del txacolí, es todo un placer para descubrir. Y es que nunca es tarde para probarlo.