La añada se caracterizó por las altas temperaturas estivales. Después de un invierno templado y con pocas precipitaciones, la primavera comenzó con bastantes lluvias lo que favoreció el crecimiento vegetativo de la vid. Durante el verano se sufrieron temperaturas muy altas y ausencia de precipitaciones, obteniendo un gran estado sanitario de la viña. Como resultado general tenemos un año equilibrado, donde la ausencia final de lluvias propició una buena concentración de materia. Este año se caracteriza por una añada con volumen que se podrá disfrutar desde su juventud.
Después de un invierno con unas temperaturas y precipitaciones normales para la DOCa Rioja, el año estuvo marcado por las altas temperaturas en primavera y verano, y por la ausencia de lluvias en los momentos más peligroso para el viñedo. A consecuencia de estos factores el estado sanitario de las vides fue muy bueno pero hubo un adelanto medio de tres semanas en la vendimia. Como resultado, el año fue calificado muy bueno en la zona con el único inconveniente de no llegar a una madurez total. Por ello, los vinos de esta añada son típicamente riojanos con algo más de graduación y un buen equilibrio entre acidez y maduración.
Fue un año bastante equilibrado hasta que llegó la época de la vendimia. El comienzo del ciclo en octubre empezó con temperaturas elevadas y no fue hasta mediados de Noviembre que comenzaron las primeras heladas y empezaron a caerse las hojas de la vid para prepararse para el invierno. Durante todo el invierno el régimen de lluvias fue generoso y se pudieron asegurar las reservas de agua para la época del crecimiento vegetativo.Durante los meses de Marzo y Abril se produjo un aumento de las temperaturas que propició una buena brotación de la planta. El crecimiento vegetativo fue correcto y la repentina subida de temperaturas dios paso a una floración bastante rápida. óptimo crecimiento del fruto hasta que llegó la época de la vendimia, donde se produjeron lluvias que perjudicaron el estado de la uva y una bajada de la producción. Es una buena añada en la que las últimas lluvias perjudicaron el resultado final, buenos vinos que se pueden beber a corto-medio plazo, de medio cuerpo y materia.
Esta añada estuvo marcada por una primavera muy lluviosa y fría justo en el momento del comienzo del ciclo vegetativo. Este hecho hizo que madurara de manera desigual y con un cierto retraso. Gracias a un septiembre y octubre bastante seco se pudo vendimiar de una manera selectiva las uvas que maduraron con cierto retraso. Una añada complicada pero con buenos resultados ya que hubo una exhaustiva selección de uva. Los vinos de esta añada se caracterizan por un buen equilibrio en su juventud de concentración y acidez.
El año estuvo caracterizado por un buen equilibrio y las pocas incidencias climatológicas. El otoño comenzó con temperaturas suaves y escasez de lluvias. En marzo comenzó el lloro y el principio del desarrollo de la vid. Cuando comenzaba el desarrollo vegetativo de la vid bajaron las temperaturas y una gran cantidad de días de lluvia, esto provocó un irregular crecimiento del viñedo. Tras un mes de mayo inestable, las temperaturas aumentaron y comenzó un ciclo sin lluvias lo que se tradujo en un perfecto cuajado de las yemas y una buena floración. Los meses de verano fueron cálidos y con alguna ola de calor, lo que provocó un menor crecimiento vegetativo y algunos síntomas de estrés hídrico, provocando una concentración de fruto. A finales de septiembre y antes de vendimia se produjo alguna lluvia que fue perfecta para dar salida a un muy buen año por su perfecta madurez. Los vinos de esta añada se caracterizan por la integración de la buena acidez y concentración. Vinos finos y de buena guarda.
Una añada excelente en la Rioja. Con un otoño suave e un invierno frío y lluvioso, comenzó la época vegetativa con los recursos suficientes para que se desarrollara la vid de una manera perfecta. Durante este periodo no se produjeron ninguna incidencia de plagas y enfermedades hasta el final del ciclo. En vendimia no se produjeron lluvias significativos con lo que el estado sanitario de las mismas y la maduración fueron excelentes. Un gran año donde los grandes vinos criados se podrán guardar durante mucho. Perfecto equilibrio entre los taninos más amables y una buena acidez que aportan a los vinos una extraordinaria longitud.
Después de muy buenos años, el 2010 se caracterizó por ser la añada perfecta. Un ciclo vegetativo óptimo y sin incidencias en el estado sanitario de la viña. Acompañado de un buen cuajado del fruto y una lenta maduración, la vendimia se produjo en un magnífico estado y con una moderada producción. Un gran año con un excelente potencial de envejecimiento que dan como resultado unos vinos especiados y afrutados, con una muy buena estructura y acidez.
Cata a la vista
A la vista presenta un color rojo intenso con algunos matices violáceos. Cata en nariz
En nariz resulta complejo y elegante. Recuerdos a chocolate y café. Cata en boca
En boca es un vino carnoso, redondo y con una equilibrada acidez.