Fue un año bastante equilibrado hasta que llegó la época de la vendimia. El comienzo del ciclo en octubre empezó con temperaturas elevadas y no fue hasta mediados de Noviembre que comenzaron las primeras heladas y empezaron a caerse las hojas de la vid para prepararse para el invierno. Durante todo el invierno el régimen de lluvias fue generoso y se pudieron asegurar las reservas de agua para la época del crecimiento vegetativo.Durante los meses de Marzo y Abril se produjo un aumento de las temperaturas que propició una buena brotación de la planta. El crecimiento vegetativo fue correcto y la repentina subida de temperaturas dios paso a una floración bastante rápida. óptimo crecimiento del fruto hasta que llegó la época de la vendimia, donde se produjeron lluvias que perjudicaron el estado de la uva y una bajada de la producción. Es una buena añada en la que las últimas lluvias perjudicaron el resultado final, buenos vinos que se pueden beber a corto-medio plazo, de medio cuerpo y materia.
Esta añada estuvo marcada por una primavera muy lluviosa y fría justo en el momento del comienzo del ciclo vegetativo. Este hecho hizo que madurara de manera desigual y con un cierto retraso. Gracias a un septiembre y octubre bastante seco se pudo vendimiar de una manera selectiva las uvas que maduraron con cierto retraso. Una añada complicada pero con buenos resultados ya que hubo una exhaustiva selección de uva. Los vinos de esta añada se caracterizan por un buen equilibrio en su juventud de concentración y acidez.
El año estuvo caracterizado por un buen equilibrio y las pocas incidencias climatológicas. El otoño comenzó con temperaturas suaves y escasez de lluvias. En marzo comenzó el lloro y el principio del desarrollo de la vid. Cuando comenzaba el desarrollo vegetativo de la vid bajaron las temperaturas y una gran cantidad de días de lluvia, esto provocó un irregular crecimiento del viñedo. Tras un mes de mayo inestable, las temperaturas aumentaron y comenzó un ciclo sin lluvias lo que se tradujo en un perfecto cuajado de las yemas y una buena floración. Los meses de verano fueron cálidos y con alguna ola de calor, lo que provocó un menor crecimiento vegetativo y algunos síntomas de estrés hídrico, provocando una concentración de fruto. A finales de septiembre y antes de vendimia se produjo alguna lluvia que fue perfecta para dar salida a un muy buen año por su perfecta madurez. Los vinos de esta añada se caracterizan por la integración de la buena acidez y concentración. Vinos finos y de buena guarda.
Una añada excelente en la Rioja. Con un otoño suave e un invierno frío y lluvioso, comenzó la época vegetativa con los recursos suficientes para que se desarrollara la vid de una manera perfecta. Durante este periodo no se produjeron ninguna incidencia de plagas y enfermedades hasta el final del ciclo. En vendimia no se produjeron lluvias significativos con lo que el estado sanitario de las mismas y la maduración fueron excelentes. Un gran año donde los grandes vinos criados se podrán guardar durante mucho. Perfecto equilibrio entre los taninos más amables y una buena acidez que aportan a los vinos una extraordinaria longitud.
Cata a la vista
Rubí de matices color teja. Cata en nariz
Variados y agradables matices. Toques de vainilla. Cata en boca
Perseverante, se muestra muy suave.
Cata a la vista
Rojo rubí de tonalidades color teja. Cata en nariz
Atractivas y expresivas notas de vainilla y membrillo. Cata en boca
Suave y sedoso, muestra una agradable persistencia.
Cata a la vista
Vino con color rojo picota de media capa brillante, con ribete teja. Cata en nariz
Aroma de adecuada intensidad con predominio de notas de vainilla y torrefactos. Cata en boca
Taninos espléndidos de redondeo y madurez, algo de cuero y nuez, y un recorrido largo. Recuerda a los riojas clasicos como Marqués de Riscal Reserva 2004.